Una revolucionaria crono por equipos marcará la París-Niza
Por 14º año consecutivo, la París-Niza saldrá del departamento de Yvelines. Hace 30 años que esta prueba no incluye una contrarreloj por equipos.
La París-Niza, diseñada por François Lemarchand y Yannick Talabardon, marca el regreso de la primavera, siendo una de las grandes carreras por etapas en el calendario de los ciclistas. Este 2023, la París-Niza celebra su 90º aniversario. Dos adjetivos que definen esta prueba son: variedad y equilibrio. “En los veinte años que han transcurrido desde que tomé el relevo de Laurent Fignon en la dirección de la París-Niza, el nivel deportivo ha aumentado considerablemente. Teníamos que encontrar terrenos de juego adecuados para una nueva generación de corredores”, declaró el director de la carrera.
Esta edición trae una novedad en el programa, se trata de la contrarreloj por equipos; 30 años después de una victoria del equipo ONCE en 1993 en Roanne. Esto se debe a la imposición por el terreno de Dampierre-en-Burly y por el deseo de innovar. Los tiempos de esta TTT se registrarán sobre el primer corredor de cada equipo que cruce la línea de meta. Esta decisión obliga a los equipos a idear una buena estrategia para llevar a su líder en el tramo final. La innovación también debería impedir que un equipo entero barriera la cabeza de la clasificación general, mientras que es probable que la jerarquía se reorganice al día siguiente, cuando el pelotón cambie de marcha para afrontar una nueva subida.
La Carrera hacia el Sol se ha convertido en un gran objetivo para los corredores polifacéticos. El año pasado se la llevó Primoz Roglic, que se espera que este año deje su puesto de líder al campeón del Tour de Francia, Jonas Vingegaard. La prueba dará comienzo el 5 de marzo en La Verrière y finalizará, una semana después, en el Paseo de los Ingleses.
La subida que conduce a la Loge des Gardes (Allier) es una de las más duras dentro de la capital francesa. Con 6,7 km de longitud y un 7,1% de pendiente media, se espera que ordene la clasificación general de cara a la jornada del fin de semana.
El plato fuerte será el sábado con el Col de la Couillole. Con 1.678 metros de altitud, es el puerto más alto escalado en la París-Niza y podría coronar al futuro ganador de la prueba. No obstante, la prueba final que se disputará el domingo en las alturas de Niza, por el Col d’Eze, puede ofrecer un suspense, obligando a los líderes a confiar en su mejor apoyo para triunfar en el Promenade des Anglais.
A excepción de escalones, los velocistas podrían encontrar terreno propicio en las dos primeras etapas que finalizan en La Verrière y Fontainebleau, respectivamente. Sin embargo, también en la etapa 5, que termina en Saint-Paul-Trois-Châteaux. Los especialistas en escapadas, que pueden poner sus miras en la Loge des Gardes, serán especialmente mimados el viernes entre Tourves y La Colle-sur-Loup, una etapa sin tregua y con una elevación de 2.750 m, un perfecto anticipo del fin de semana que se avecina.