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JAN ULLRICH

Ullrich desvela a Kroos su calvario: “No estaría aquí si no fuera por mis hijos”

El ex ciclista alemán se confesó en el podcast del centrocampista del Real Madrid y su hermano Felix.

Actualizado a
Ullrich se confiesa: “Necesito sexo”
@_jan_ullrich

La vida de Jan Ullrich, como la de tantos ciclistas de su época, quedó destrozada por el dopaje generalizado con el que convivían. Su historia es de sobra conocida, ganador del Tour de Francia en 1997 y de la Vuelta a España en 1998, amén de dos medallas olímpicas (Oro en ruta y plata en crono en Sydney en el 2000), todo empezó a truncarse cuando su nombre apareció asociado a la Operación Puerto en 2006, año en el que ya no pudo participar en el Tour. Menos de un año después ya anunciaba su retirada, afirmando que nunca había hecho trampas, y poco después llegaría la sanción de dos años.

Desde entonces Ullrich se ha visto salpicado por numerosos episodios polémicos fuera del mundo del ciclismo como el accidente de tráfico que provocó en 2014 mientras conducía borracho, el ataque al director alemán Til Schweiger en su domicilio de Mallorca en 2018, en un año en el que además fue acusado de agredir a una prostituta. Aunque su momento más delicado tuvo lugar en 2021, cuando tuvo que ser hospitalizado durante un viaje a Cuba tras recaer en su adicción a las drogas y el alcohol en un episodio en el que Lance Armstrong, su gran rival y ahora gran amigo, tuvo que ir al rescate tras visitarle en el hospital.

Ullrich, que ha vuelto en los últimos meses a la primera plana del ciclismo con la presentación del documental ‘Der Gejagte” (El Cazado) sobre su calvario tras conocerse su dopaje y los episodios posteriores, y que se en Amazon Prime Video, tambien quiso compartir compartir su experiencia con los hermanos Kroos, Toni y Felix, en su podcast ‘Einfach mal luppen’.

Sobre los motivos que le empujaron al dopaje, Ullrich confiesa que “parecía que tenía que ganar cada carrera porque había ganado la más difícil (el Tour)” y que “no conseguía desconectar por la presión de los medios”. “Cuando me iba de vacaciones no estaba tranquilo. No podía volver a una vida habitual. Necesitaba descansar, pero tenía actos con patrocinadores, publicidad, entrevistas... Tuve una presión que sentí como extrema”, relata. “Entonces venía un médico y te dice que tiene una receta secreta con efectos inmediatos. Hoy en día el doping está desplazado. Todos saben lo que es, pero entonces no era así. Ahora sí me siento culpable, pero entonces no se podía controlar. Estaba en la lista de sustancias prohibidas, pero no podía ser controlada. En aquella época no era un delito, sino una igualdad de posibilidades. No te sentías culpable porque sabías que las personas contra las que luchabas también la usaban muchos de ellos. Crees que no haces nada malo”.

Sobre sus motivos para contar su historia y salir de la oscuridad, desvela que “estaba deprimido. Tenía que dejar lo que estaba haciendo. Tenía que llevar una vida normal de nuevo. Creía que estaba totalmente derrotado, pero me dije que no podía seguir así, que tengo cuatro hijos. Ellos me motivaron, porque yo me había abandonado completamente. Sin mis hijos probablemente hoy no estaría aquí”.

De esta forma Ullrich revla también como era su procedimiento para doparse después de Lance Armstrong hiciese lo mismo durante una entrevista en el podcast de Bill Maher el pasado mes de diciembre, donde el texano aseguró que “la EPO, que era el combustible para cohetes que cambió no solo nuestro deporte sino todos los deportes de resistencia, tenía una vida media de cuatro horas, así que salía del cuerpo muy rápido. Con una vida media de cuatro horas, podías hacer las cuentas. La verdad es que tenías una droga que era indetectable, que te mejoraba el rendimiento y la recuperación”.