Sebastián Mora se baña en oro en Ballerup: campeón del mundo de puntuación
El castellonense (36 años) se proclama campeón del mundo de puntuación en Dinamarca, ocho años después de su oro en scratch.
“Si hay alguien en quien podemos confiar es en Sebastián Mora. Siempre está ahí. Siendo realistas, es la mejor baza de España”, nos decía en AS el pistard Alejandro Martínez sobre las opciones de medalla de la delegación española en los Mundiales de Ciclismo en Pista de Dinamarca. Dicho y hecho. En el velódromo de Bellarup, el castellonense tocó el cielo una vez más a sus 36 años para proclamarse campeón del mundo de puntuación. Una lección magistral con la que puso fin a la sequía española en esta disciplina, ya que desde que él mismo ganase el oro mundial de scratch hace ocho años ningún español subía a lo más alto del podio. Eterna gloria.
160 vueltas, 40 km por recorrer sobre madera de pino siberiano. Puro frenesí. Así se compone una prueba de puntuación que está dando varias alegrías a la pista española en los últimos años. Albert Torres, dúo inseparable de Mora y hoy ausente tras su dura caída en los Juegos de París, se proclamó subcampeón del mundo en Glasgow en 2023, una plata que el propio Mora también se colgó el pasado enero en los Europeos. Un presagio de lo que estaba por venir, una preciosa recompensa a una dilatada carrera fuera del foco mediático, de silencioso trabajo en la sombra. Y eso que el inicio del castellonense no fue para tirar cohetes…
Pero sabía lo que se hacía. Vaya si lo sabía. El vigente campeón de puntuación, el neozelandés Aaron Gate, así como otras grandes estrellas del fondo, como el portugués Iuri Leitao, no estaban presentes, por lo que las opciones de éxito del resto de aspirantes aumentaban. Las de Mora, también. El español entró poco al trapo durante el primer tercio de carrera, ganando puntos residuales en esprint con poco esfuerzo, a base de seguir ruedas. Convenía guardar el tanque para el tramo final, en el que un veterano fondista como él podía sacar el máximo provecho. Después de acumular un pequeño botín, sumando como las ‘hormiguitas’, llegó su momento: dos vueltas ganadas (20 puntos por cada una) y salto hacia la zona noble. A soñar.
El tramo final de carrera fue un auténtico recital por parte de Mora. Saltó a cada ataque decisivo con solvencia, cambió el ritmo para ganar esprints, formó los cortes que le convenían en todo momento… Con la medalla prácticamente asegurada (17 puntos de ventaja sobre el cuarto clasificado) llegó el milagro. ¿Por qué conformarse con el bronce? Había piernas para más. Todos se vigilaban. Batalla táctica, terreno de Mora. El español formó un corte con el belga Fabio van den Bossche y el japonés Naoki Kojima en las últimas vueltas, camino de un último esprint que puntuaba doble. Si lo ganaba, sumaba los 10 puntos que necesitaba para vencer al danés Niklas Larsen. Y lo logró, tras soltar a sus dos acompañantes a base de un ritmo infernal. Es el vigésimo oro de la historia de España en los Mundiales de pista, el segundo en la cuenta personal de un Mora que ya es leyenda, como Guillermo Timoner, Isaac Gálvez o el gran Joan Llaneras. Hacer posible lo imposible.
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