Pogacar regala un show para dar su primer golpe en la Volta a Catalunya

Estaba llamado a ser el protagonista y lo fue de principio a fin. Este martes, tras un ataque a 6,5 kilómetros de meta, a más de 2.000 metros de altitud, Tadej Pogacar tomó el mando de la Volta a Catalunya. El corredor del UAE, tras llevarse la Strade Bianche, subirse al podio de la Mián-San Remo y darle al palo en la jornada inaugural de Sant Feliu de Guíxols, dinamitó la carrera en la subida a la estación de Vallter. Camino de la nieve, el pedaleo del esloveno, en medio de una niebla que impidió ver el inicio de su exhibición, se volvió inalcanzable para un gran Mikel Landa (Soudal), el mejor de los mortales, y el resto de los gallos, incluidos los Visma, con Sepp Kuss y Cian Uijtdebroeks lejos de la batalla, o Aleksander Vlasov (Bora), que terminó tercero. Lo extraordinario convertido en rutina. Etapa, liderato y mensaje para Jonas Vingegaard, su verdadero rival, aunque sea desde la distancia.

El esloveno y el danés se hablan de show en show, a modo de cartas envenenadas, y el de Vallter 2.000, llamado a ser el clímax del día, empezó muy pronto. El primer acelerón de Pogacar, aunque esta vez no fue producto de su impaciencia, se produjo a 169 kilómetros de meta. Llegó a tener algo más de un minuto de margen sobre el pelotón y, luego, se dejó atrapar. Según L’Etapa Reina, pódcast oficial de la prueba, fue para realizar sus necesidades. Aquellos que lo vivieron en primera persona dicen que vieron salir al esloveno, que se escapó con Felix Grossschartner, de un cañaveral. Como si fuera la crónica de otros tiempos, las hazañas de Pogi se transmiten boca a boca. Va por delante de las cámaras. Tranquilamente, tras el parón, volvió a la bici, esperó al grupo principal y prosiguió con su espectáculo.

Por aquel entonces, el pelotón perseguía una fuga formada de salida, con seis corredores y al 50% española. Samuel Fernández (Caja Rural), Álex Jaime (Kern Pharma), Xabier Isasa (Euskaltel-Euskadi), Jimmy Janssens (Alpecin), Kevin Colleoni (Intermarché) y Jambaljamts Sainbayar (Burgos-BH), con poca oposición de inicio, marcharon en cabeza con diferencias por encima de los seis minutos y medio. Entonces, como había “pedido” el propio Tadej, el Israel de Nick Schultz, que empezó la jornada como jefe, se puso a controlar los tiempos. “Espero que hagan honor al maillot de líder”, dijo el esloveno, tan simpático como acostumbra en la salida. Tan letal como es tradición en la llegada.

La experiencia Pogi al completo

Pogacar, que perdió a Jay Vine por problemas estomacales (el Visma también se quedó sin Bert Lemmen por una fractura de clavícula), bromeó con Attila Valter, del equipo neerlandés, por el hecho de coincidir el apellido del húngaro con el nombre de la subida final, sobre la que tenía puesto el foco. Por ello, mientras el sol inicial dejaba paso a la lluvia, antes del Coll de Coubet, el esloveno también puso a trabajar al UAE. Y continuó con su actuación, regalando sonrisas a cámara. De la Costa Brava se pasaba al Pirineo y el pelotón, mientras Janssens y Samuel Fernández se escapaban de sus compañeros de fuga, se abrigaba y sufría con el tiempo y el esloveno, que aceleraba en la bajada. El Visma se calentaba para cerrar el hueco y Pogi se relamía.

“Comenzamos con buen tiempo, como en verano, y luego vimos estas nubes. Las condiciones fueron duras, fue una subida dura y se podía sentir la altitud, pero estoy feliz de ganar”, resumió un Pogacar que, ya sin nadie por delante, en Vallter (11,4 km al 5,2%), volvió a acelerar sin testigos. En televisión, apareció ya totalmente solo y perseguido por un grupo liderado por Landa, que se llevó y fue dejando por el camino a Joao Almeida, Egan Bernal, Ujtdebroeks, Harold Tejada o a un Lenny Martínez que probó al español sin éxito. Sólo Vlasov aguantó con él y tras un Pogacar que ya había dado su primer golpe en la Volta a Catalunya. Uno de los grandes y, seguramente, no el último. El próximo, podría tener lugar este mismo miércoles en Port Ainé (18 km al 6,7%), con 176,7 kilómetros, un puerto de primera y dos subidas de categoría especial.

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