Pogacar estrena el arcoíris de la única manera que sabe
El esloveno conquista el Giro de la Emilia con un ataque a 38 km de meta en su primera carrera como campeón del mundo. Un 2024 de ensueño.
Seguramente sea con el tiempo, pasados unos años, cuando de verdad se contemple este 2024 de Tadej Pogacar (26 años) como uno de los mejores de la historia de un ciclista, porque las cosas se tienden a valorar más con el tiempo, pero lo que es seguro es que no es necesario para calificar esta campaña como una de las mejoras de siempre en un deporte de tal tradición y pasado como es el ciclismo. El esloveno, hasta este 2024, ya era uno de los grandes corredores que tiene, y tendría, este deporte, con dos Tours de Francia por bandera (y conquistas más variopintas, como un Tour de Flandes...) pero, en estos apenas 10 meses de competición, el del UAE reescribió la historia. Su propia historia.
El campeón del Giro y del Tour de esta temporada tachó la pasada semana una casilla que anhelaba casi como ninguna: la de ser campeón del mundo. En Zúrich y, fiel a su estilo de correr, a lo grande, se hizo con el maillot arcoíris tras un ataque a 100 km de meta y una galopada de 51 km en solitario. Tras aquello, tocaba estrenar el preciado maillot, tal vez el más deseado (junto al amarillo) en el pelotón, y Tadej eligió para ello el Giro de la Emilia, carrera en la que fue segundo en los dos últimos años (en 2022, tras Enric Mas, y en 2023, tras su compatriota Primoz Roglic).
En un día desapacible, lluvioso, el arcoíris lució con fuerza: ataque a 38 km de meta en la primera subida a San Luca y fin del juego para el resto. Como es habitual esta temporada cuando está presente, la lucha es por la segunda posición. Todo ello bajo la lluvia, en un gran contraste (lógico por las fechas) respecto al pasado 30 de junio, en la segunda etapa del Tour, cuando la ronda francesa pasó por una abarrotada San Luca para acabar en Bolonia. Aquel día Pogacar también atacó, pero no soltó de su rueda a Vingegaard y Evenepoel (aunque sí se vistió de amarillo). Esta vez, la película fue muy distinto, porque el danés no estaba, pero sí el belga (que acabó abandonando), y Roglic (que tampoco terminó), y una lista de favoritos que poco o nada pueden hacer ante el esloveno.
Una fuga de seis corredores, con el Ander Ganzabal (su segunda carrera con el Euskaltel), tuvo de margen hasta que el UAE quiso, y fue a 93 km de meta cuando se pusieron a tirar y, cuando apretaron, derribar la escapada. Entonces, un reducido grupo de favoritos se postulaba para afrontar, en el circuito final, la primera de las cinco ascensiones a San Luca (2,1 km al 9,6%, poco más de 5 minutos de subida). ¿Esperar y reservar fuerzas para el Giro de Lombardía el próximo sábado? No era algo que entrase dentro de los planes de Pogacar, que suma 24 victorias esta campaña, 87 en su carrera. A casi dos minutos llegaron Pidcock y Piganzoli, que completaron el podio. En la prueba femenina, el triunfo fue para la italiana Elisa Longo Borghini (cuarta vez) por delante de las francesas Evita Muzic y Juliette Labous, con Urska Zigart (estrella eslovena y pareja de Pogacar), a las puertas del podio. Mavi García, 14º, la mejor española.
Históricamente (no siempre se cumple) se habla de la maldición del arcoíris. En el caso de Tadej, traslada esa maldición a sus rivales. y es que es el primer corredor desde 2005 (Boonen) que triunfa en su primer día de competición tras ser campeón del mundo. Le quedan dos días de competición para esta, tal vez, irrepetible temporada: Tres Valles Varesinos (martes) y Giro de Lombardía (sábado). La Historia, su principal rival a día de hoy. En cuanto a españoles, Roger Adrà, sexto, y Enric Mas siguen con buenas piernas y el balear acabó en octava posición en una meta donde logró su última victoria hace dos años.
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