Pello Bilbao: “La desgracia de Mäder nos recordó lo frágiles que somos”

Pello Bilbao (33 años) es uno de los corredores más fiables del pelotón español. Dos fueron las victorias que consiguió en 2024, aunque de importante valor al ser ambas en el World Tour. La primera fue en el ya lejano enero, en la más lejana Australia, con un parcial del Tour Down Under, y la siguiente llegó en julio, en el Tour, una etapa que sirvió para poner fin a una sequía de casi cinco años sin éxitos españoles en la prueba (después llegarían los triunfos de Ion Izagirre y Carlos Rodríguez). Para acabar la temporada, el del Bahrain estuvo en el Critérium de Singapur, (sorprendido porque aficionados locales le preguntasen por la época del Euskatel) organizado por el Tour de Francia, donde habló con AS.

—Para acabar la temporada, en Asia, destino poco habitual en el ciclismo. ¿Qué le parece?

—Soy de moverme bastante, y me gusta viajar, pero aquí en Singapur todavía no había estado, y me pareció una gran idea. También estaré en Japón (le acompaña su mujer y su pequeña, de un año) que otro viaje que tenía pendiente, por lo que genial. No podía rechazar esta propuesta de ASO.

—Y, además, rodeado de compañeros en el Bahrain como Arashiro, Govekar…

Pues sí, porque somos compañeros, y tenemos muchas historias dentro del pelotón, pero nos falta muchas veces conocernos más fuera de la competición.

—¿Cómo valora su temporada?

—He tenido años con más regularidad o, mejor dicho, sacando algún resultado más, pero simplemente la victoria del Tour vale por muchas más que otras que he conseguido. En Australia también empezó el año ganando y tal vez faltó algún triunfo en la parte final de la temporada para redondear el año, aunque no puedo pedir mucho más.

—El fallecimiento de Gino Mäder fue un momento muy duro tanto para su equipo como para usted, como es obvio.

—Fue muy duro… durante las siguientes semanas te pones a pensar si todo esto merece la pena, pero al final también nos hace darnos cuenta del valor que tiene la vida. Cuando te tocan estas desgracias, y para mí no fue la primera vez, te das cuenta de lo frágiles que somos, de que nuestro deporte conlleva mucho riesgo, pero nos tocó reponernos.

—¿Y cómo influyó esto en su gran Tour de Francia?

—En gran medida todo lo que conseguí (sexto en la general y victoria de etapa) fue gracias a él. Muchas veces necesitas una motivación especial, y una desgracia de tal magnitud te hace sacar fuerzas que ni sabías que tenías. No tenía ganas ni de entrenar cuando su fallecimiento, pero le di la vuelta y convertí esa rabia en sacar lo mejor de mí mismo. Corrí el Tour con emociones muy profundas, y tras 13 años de profesional quizás tiendes a tomar una carrera como si fuera cualquier otra, pero en este Tour todo fue distinto para mí.

—Con el ciclismo de hoy en día, con 33 años ya es casi un veterano. ¿Está en su mejor momento?

—Estoy en mi punto de maduración plena, el óptimo. Ir más para arriba es complicado, pero es la intención, y al final los pequeños detalles te pueden dar una gran ganancia. Año a año he ido mejorando algo y esa será la mentalidad hasta mi último año de profesional.

—Para ese año todavía queda, ¿no?

—Sí, mínimo, los tres firmados que tengo con el Bahrain (renovó este año hasta 2026) y después ya veremos. Teniendo en cuenta lo que supone el ciclismo moderno en cuanto a sacrificio las 24 horas de día, dedicación… exige mucho mentalmente, pero mientras siga disfrutando, aquí estaré, aunque soy consciente que cada año el nivel de exigencia sube.

—Ganar etapa en el Tour era un reto que ya cumplió. ¿Cuáles tiene ahora?

—Pues uno bonito sería conseguir el triplete de etapas en grandes vueltas, porque te mete en un club que digamos es exclusivo. Donde me falta ganar es en La Vuelta, y la verdad que es una carrera que no le he dado oportunidades los últimos años porque no encajaba bien en mi calendario (no la corre desde 2018). Me gustaría intentarlo.

—¿Entonces La Vuelta modificaría su calendario de 2024?

—No, la prioridad será estar en el Tour, y en función de cómo vaya la temporada y depende de cómo vayan también los objetivos, podremos ver si afrontamos ese reto.

—No fue a disputar la general del Tour y acabó sexto. ¿Qué le dice eso?

—Al empezar, no me imaginaba estar así en la general, quería descartarme lo antes posible, pero Mikel Landa me dio esa oportunidad (era el teórico líder), el equipo, entre comillas, me presionó a no desconectar y gracias a las circunstancias pude acabar sexto, aunque no cambio una etapa en el Tour por ello.

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—¿Y le anima esto a ir a por generales?

—Tal vez yendo a por una general al 100% tal vez sí podría mejorar, ¿no? Siempre te queda esa duda: el saber si es mejor ir a por etapas o pelear la clasificación. Para 2024 hemos perdido corredores importantes como el propio Landa, desgraciadamente Gino, Milan… eso nos hará tener más responsabilidad y cubrir más calendario entre los que seguimos. Seguramente en algunas carreras tendré que partir ya de salida con toda esa responsabilidad.

—¿Le gustaría acabar su carrera en el Bahrain?

—Puede ser. Es probable. Es el equipo en el que más años he estado (lleva desde 2020 tras pasar por Euskaltel, Caja Rural y Astana) y tengo mucha cercanía a la hora de trabajar con la mayoría. Es un grupo humano excelente que te hace trabajar muy despreocupado y centrarte únicamente en la carrera y los aspectos deportivos. Me siento muy a gusto con mi rol y no tengo ningún motivo para cambiar.

—Y en 2024, año olímpico. ¿Se ve en París?

—No sé…, a priori, tres plazas para España son pocas. Habría que valorar si realmente el recorrido es propicio, porque puede ser que haya corredores con perfiles más adecuados para ello y en mi caso el Mundial sí se adapta más. No veo que me merezca la pena cambiar todo el planteamiento de la temporada para estar en los Juegos. Si valoran que mi opción es la mejor, pues lo hablaremos.

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