Momparler: “Teníamos la estrategia, pero faltaron fuerzas”

La Selección de ciclismo en carretera terminó los Juegos Olímpicos con Alex Aranburu, en el puesto 18ª, como el mejor de los tres representantes en París, a 2:13 del triunfador Evenepoel. Juan Ayuso ocupó el puesto 22º mientras que Oier Lazkano fue 35º. Este último también fue la baza española una semana antes en la contrarreloj, siendo el 26º. Después de su regreso a España, Pascual Momparler, el seleccionador, hace balance en AS de lo vivido en la cita olímpica, la segunda para él tras la de Tokio hace tres años, aunque aquella estuvo llena de problemas para el residente en Úbeda, pasando un largo tiempo aislado en la capital japonesa por COVID. En París fue un ambiente olímpico total.

“En Japón era todo diferente por el coronavirus y el miedo que existía por ello. No había grupillos, historias y aquí todo fue diferente. En la Villa Olímpica los jugadores de balonmano (Hispanos) conocían todos a Lazkano, otros preguntaban cuando llegaba Ayuso. Los del tenis, que te puedes imaginar que estuviesen en una burbuja, están igualmente ahí como uno más. Fue todo muy bonito”, cuenta Pascual sobre la experiencia antes de valorar la carrera del pasado sábado. “Sabíamos que Holanda, con Van der Poel, y Bélgica, con Evenepoel y Van Aert, serían las grandes referencias. El plan A y el plan B pasaba siempre por estar en los cortes delanteros”, añade Momparler.

“Por ejemplo, en el corte en el que se fue Lutsenko, o en el de Politt posterior, nosotros teníamos que haber estado ahí, ya sea con Lazkano, Ayuso o Aranburu. ¿Qué pasó? Que la gente no podía. El ritmo fue alto y era muy complicado filtrarse en grupos. Bastante hicieron con llegar en el grupo que acabaron. De hecho, Aranburu estuvo posicionado siempre donde se coloca en todas las clásicas; Ayuso, que nunca había estado en una clásica tan larga, ocupó un sitio digno, físicamente perfecto, mientras del que esperábamos un poquito más era de Lazkano, que tiene esa irregularidad que también da días de gloria. No tuvo el día de otras veces”, desgrana el seleccionador recordando la carrera.

“Los tres acabaron reventados, con la sensación de haber dado todo y haber sacado el máximo provecho al día. Teníamos la estrategia, pero faltaron fuerzas. Es obvio que a un deportista, cuando termina una carrera y no gana, está un poco desilusionado. Siempre quieres más”, concluye Momparler, que desde ya empieza a trabajar en la preparación de los próximos compromisos de España, dos citas de mucho peso que disputarán en septiembre, especialmente la segunda de ellas: el Europeo en Bélgica, a mitad de mes, y el Mundial de Suiza, a finales.

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