Maté: la vida tras la retirada y el premio solidario Gino Mäder

El 31 de diciembre es una fecha que marca el final de todo (casi) y el inicio de algo nuevo. El 2024 se fue y, con ello, Luis Ángel Maté (40 años) deja de ser ciclista profesional. En el pelotón desde 2008, y siendo el Cofidis en el que más tiempo estuvo, El Lince terminó su carrera con cuatro años en el Euskaltel, siendo La Vuelta su última competición como profesional, al menos de carretera, porque poco después disputó el Campeonato de España de Gravel. Acabada La Vuelta en Madrid en septiembre, Maté volvió a casa, a su Marbella, en bici. Siempre estuvo muy concienciado con la bicicleta, con el planeta y con la ayuda a los demás, y por eso fue galardonado hace escasas semanas en París.

El Veló d’Or, que otorga el premio al Balón de Oro ciclista y del que AS es jurado, tenía poca discusión este año: fue para Tadej Pogacar. En la ceremonia se entregó un nuevo premio, el llamado Gino Mäder, en recuerdo al talentoso corredor suizo fallecido en 2023 por una caída precisamente en el Tour de Suiza. “Es un premio por representar los valores que tenía Gino: ir al Senado en bicicleta, hacer de la bicicleta un instrumento social, la reforestación. Fue un honor para mí”, cuenta Maté después de vivir “una experiencia muy bonita”. Precisamente, en La Vuelta 2021, en la que Mäder hizo un gran papel (5º, y mejor joven), el suizo donó un euro a una organización ecológica por cada ciclista que superase en aquella Vuelta, y acabó con una alta cantidad por su gran rendimiento.

Aquello llamó la atención a Maté, que habló con el propio Mäder. “Fui en una etapa por Galicia a felicitarle por su gesto. Y más de alguien tan joven”, cuenta un Maté que tuvo a Gino de inspiración y, por ello, se volvió de Santiago de Compostela, meta de La Vuelta en 2021, a Marbella. Luego repetiría. Ahora, Luis Ángel es “un ciclista retirado”, pero ciclista “toda la vida”. “Son mis primeras Navidades en mucho tiempo sin las exigencias del profesionalismo. Me siento raro, pero estoy disfrutando. Es toda una vida haciendo lo mismo y no es fácil adaptarse a nivel físico, ni psicológico, ni hormonal. Lo llevo bien, estoy conociendo una nueva faceta de la bici que es la que ahora necesito”, destaca el andaluz.

“Seguiré con marcas como Orbea, Ekoi, Etxeondo. También estaré muy conectado con el mundo del gravel, que me llama mucho la atención, y el mountain bike. Iré a la Titan Desert de Marruecos, por ejemplo”, añade El Lince, que revela la que tal vez es su gran ilusión para 2025: su campus. “Será el Marbella Cycling Weekend, y se celebrará el 14, 15 y 16 de marzo. Se trata de un grupo muy reducido de gente y haremos una concentración como si fuésemos un equipo profesional, mesas rondas... y vendrá gente interesante. Me hace mucha ilusión que sea en mi casa, Marbella, porque sorprenderá a la gente todas las posibilidades de ciclismo que hay aquí. Ese fin de semana deseamos que sea el epicentro del ciclismo nacional”, concluye un Maté que arranca una nueva vida fuera del profesionalismo pero siempre sobre la bicicleta.

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