Kuss se corona en Burgos y Bittner repite victoria

El año pasado se proclamó campeón de La Vuelta por sorpresa. No por su incuestionable calidad, que le permite ser uno de los mejores escaladores del mundo, sino porque partió en la ronda española como escudero de lujo de Jonas Vingegaard y Primoz Roglic, sus jefes de filas. Todo ha cambiado un año después. Sepp Kuss no solo volverá a la ronda española para defender su corona, sino que lo hará como firme candidato al título y líder único en las filas del Visma, máxime tras erigirse vencedor de la Vuelta a Burgos por primera vez en su carrera. La preparación, después de perderse el Tour de Francia por un inoportuno COVID-19, ha sido un éxito.

Y es que el de Durango hizo todo lo que debía a lo largo de la semana. Ganó con solvencia la etapa reina con final en las Lagunas de Neila, lo que le otorgó un liderato que ya no soltó. Supo sufrir en la crono, su punto débil, para retener el primer puesto sobre un Max Poole que se quedó únicamente a 5 segundos. Por último, tiró de galones en el momento decisivo de la quinta y última etapa para certificar su victoria, ya que el británico le lanzó un órdago a poco más de 1 km para meta, con un ataque sorpresa que Kuss fue capaz de sofocar sin ayuda. El podio de la carrera lo cerró el prometedor neozelandés Finn Fisher-Black.

“Esta victoria significa mucho para mí. He tenido muchos contratiempos este último año. El miércoles pasado ya fue un día muy agradable para mí con la victoria de etapa. Ganar la clasificación general de una carrera por etapas de varios días me hace muy feliz. No esperaba poder hacer esto tan pronto. Fue agradable poder correr aquí con muchos de los muchachos seleccionados para La Vuelta. Que saliera tan bien desde el principio, nadie en el equipo lo había previsto. La victoria en la clasificación general me da mucha confianza y espero con ansias las próximas carreras”, resumió Kuss al término de la carrera, antes de poner rumbo, casi sin respiro, hacia la Clásica de San Sebastián que disputará este sábado junto a su compañero Vingegaard.

Para animar los anodinos 156 km que debían recorrer los ciclistas entre Frías y Condado de Treviño, la organización de la carrera puso en marcha el ‘segundo día de capitanes’ previsto para esta 46ª edición de la ronda burgalesa. Los brazaletes identificativos para dos corredores de cada equipo, al más puro estilo fútbol, señalarían a aquellos que contarían con pinganillo para afrontar la etapa. Y en el tramo final, el plano estratégico dio bastante juego. Patrick Gamper (Red Bull) y Michael Leonard (Ineos), fugados desde los primeros compases, jugaron al gato y al ratón, pero el pelotón les engulló en el último kilómetro. Justo antes de ese punto lo intentó Poole en vano, aunque no es moco de pavo subir a un podio del Pro Tour con 21 años. La etapa se resolvió al esprint, casualidades del destino, con idéntico desenlace al de la primera etapa. Cortina perdió fuelle tras liderar la volata, Pavel Bittner le superó para repetir triunfo y Giacomo Nizzolo se intercaló entre ambos. La próxima semana tocará activar el ‘modo Vuelta’.

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