Kopecky es la reina de los Mundiales con su tercer oro en Glasgow

Ser ciclista total está de moda. Lo son Mathieu van der Poel y Tom Pidcock, que en los últimos tiempos han sumado títulos mundiales en diferentes modalidades del ciclismo. Y también lo es Lotte Kopecky. Este domingo, la belga elevó su figura al Olimpo de este deporte al proclamarse campeona del mundo de fondo en carretera, días después de haberse colgado dos oros en pista (eliminación y puntuación) en estos Mundiales de Glasgow. Es la cuarta corredora de Bélgica que se hace con este maillot arcoíris, cosa que no sucedía desde el éxito de Nicole Vandenbroeck en 1973. Tuvo que ser ella, la nueva reina del ciclismo femenino, quien pusiera fin a la sequía.

La corredora del SD Worx, segunda en el pasado Tour de Francia, venció a lo grande, demostrando su superioridad en el tramo más decisivo de la carrera. Soltó a todas sus rivales en las últimas subidas del trazado escocés y saboreó la gloria por undécima ocasión en este 2023. Demi Vollering, acalambrada en los últimos kilómetros, tiró de coraje para colgarse la plata al rebasar en los metros finales a Cecilie Uttrup Ludwig (bronce). La española Mavi García, pese a estar lejos de la lucha por las medallas al quedarse cortada por una caída, firmó un respetable 10º puesto.

Banderazo de salida. Risas, colegueo, buen rollo durante los primeros minutos. La calma que precede a la tempestad. No hubo que esperar para el inicio de las hostilidades, ya que a unos 127 km de meta se formó una escapada de siete corredoras en la que se filtraron dos outsiders de la calidad de Ashleigh Moolman y Juliette Labous. Y llego Crow Road, ascensión en la que la carrera saltó por los aires. En buena parte, gracias al alto ritmo impuesto por Alemania y el viento lateral que hizo acto de presencia. El grupo principal quedó muy reducido y una leyenda viva de este deporte vio arruinado su sueño del arcoíris por momentos. Marianne Vos, una de las favoritas, perdía contacto, y a pesar de que más tarde logró enlazar en el llano posterior a la subida, fue un síntoma de debilidad revelador. Entretanto, las cámaras de televisión enfocaban a un rostro familiar, el de un Tadej Pogacar que tras finalizar su participación mundialista en la prueba contrarreloj decidió arrimar el hombro como auxiliar de la selección eslovena para repartir bidones a su pareja, Urska Zigart. Genio y figura.

Con el consiguiente reagrupamiento entre fuga y pelotón, se llegó al circuito de Glasgow. La tensión estalló. Las caídas se cobraron a uno de los nombres importantes, una Emma Norsgaard que se vio obligada a abandonar con serio gesto de dolor en la clavícula (ya se la fracturó en la Strade Bianche). A ese capítulo de bajas, debido a la exigencia del recorrido, se sumaron la neerlandesa Lorena Wiebes, que se bajó de la bicicleta a 73 km del final, y la polaca Katya Niewiadoma. Para entonces, las opciones españolas de un buen resultado caían en picado después que Mavi García fuese incapaz de seguir el ritmo en el grupo principal. Durante muchos kilómetros rodó en solitario, en tierra de nadie.

Por delante, empezaron a formarse cortes decisivos, esos en los que hay que estar bien representado para mantener vivas las opciones de medalla. Las selecciones favoritas lo tenían claro, y tanto Italia, como Países Bajos, Alemania, Suiza y Bélgica lograron estar representadas en un grupo de siete corredoras con Kopecky, Paladin, Markus, Ludwig y Lippert. Pero, ¿dónde estaba Van Vleuten? A 65 km de meta, la defensora del maillot arcoíris sufría un pinchazo por el que tuvo que cambiar de bicicleta. Como consecuencia, más de 1 minuto perdido. Carrera a contrapié. Tocaba remar. Parecía abandonada a su suerte, pero el grupo de favoritas levantó el pie del acelerador y la corredora del Movistar logró enlazar. Nueva partida para ella y para Mavi, que también llegó. Y lo hizo con actitud.

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Superioridad individual

La balear no se lo pensó y pasó al ataque en cuanto contactó. Van Vleuten, muy atenta, a su rueda. Quedó en nada, pero mostró su valentía. Mientras la suiza Chabbey rodaba escapada en solitario, ajena a la batalla que se estaba librando por detrás, las máximas favoritas revelaron sus cartas. Van Vleuten, elemento incendiario. Vollering, el caballo ganador. Kopecky, la ‘apagafuegos’. La secuencia vista a 35 km de meta no dio lugar a dudas: Annemiek ataca, Kopecky cierra fácil el hueco y Vollering se pega a la rueda de la belga. La superioridad numérica de las neerlandesas podía ser un factor diferencial. Pero no lo fue…

La culpable fue Kopecky, que en cada subida, en cada arrancada, demostró ser la más fuerte. Salía a cada corte con suma facilidad, pese a tirar de sangre fría por momentos. La sartén por el mango. Justo antes de acabar la penúltima vuelta, la mala suerte volvía a cebarse con Van Vleuten en forma de una segunda avería. Fuera de combate. Vollering lo probó e inmediatamente después empezó a sufrir calambres. Kopecky olió sangre. Ganó unos metros junto a Ludwig, la corredora que más resistió su estela. Pero el último cambio de ritmo de la belga, a falta de unos 5 km, fue definitivo. Eterna gloria a una temporada irrepetible con triunfos en Omloop, Tour de Flandes, Nacionales (crono y fondo), Tour y Mundial. ¿Qué más se puede pedir?

Resultados del Mundial élite fondo femenino

1ª Lotte Kopecky (Bélgica) - 4h 02:12

2ª Demi Vollering (Países Bajos) - a 7″

3ª Cecilie Uttrup Ludwig (Dinamarca) - m.t.

10ª Mavi García - 4:05