Jorgenson revalida su corona en París-Niza con la última etapa para Sheffield

En 2024 llegó segundo, por detrás de un Remco Evenepoel que se consoló con el triunfo en la última etapa. Un año después, con un belga ausente que regresará a la competición en la próxima Flecha Brabanzona (18 de abril), la historia se repitió para Matteo Jorgenson, que todavía sigue sin saborear el éxito de una victoria parcial en su ‘casa’. Pero este domingo, el residente en Niza, sí se llevó el ‘premio gordo’ con su segunda general consecutiva de la ‘carrera hacia el sol’, por delante de Florian Lipowitz y Thymen Arensman, sus acompañantes en el podio. La etapa fue para Magnus Sheffield.

El del Visma lo hizo con total merecimiento en una carrera a la que le tiene tomada completamente la medida. Poco le importó que su compañero Jonas Vingegaard, finalmente retirado antes de las últimas etapas, le arrebatase el maillot amarillo, poco le molestó la mala meteorología, de constante frío y lluvia, y poco le afectó verse solo en casi todos los momentos decisivos de la carrera francesa. Al Visma le salió perfecto rodear a Matteo y Jonas con un fuerte bloque de especialistas con el que sacar ventaja en la crono por equipos. Después, Jorgenson fue el más fuerte. Y lo demostró sobre el asfalto.

El clásico desenlace en Niza, con una sucesión de puertos continua, siempre se presta a las sorpresas, a inesperadas remontadas. Pero Jorgenson, que había bordado su periplo en la carrera a lo largo de la semana, no estaba dispuesto a echarlo todo a perder el último día. Mads Pedersen, que en esta París-Niza se ha disfrazado del mejor Wout van Aert, especialmente en las subidas, fue gran reclamo de espectáculo. En la Côte de Peille, penúltima ascensión puntuable, todavía resistía en cabeza como último superviviente de la fuga, pero allí comenzaron las hostilidades entre los hombres de la general. Gall y Vlasov se unían a su causa. La victoria de etapa se le complicaba al danés…

Por si fuera poco, para el Col d’Eze se apuntaba a la fiesta Sheffield. Más madera. Fue entonces cuando Jorgenson le vio las orejas al lobo. Rodeado de rivales y sin compañeros, el estadounidense tomó una excelente decisión: la mejor defensa es un buen ataque. Por tanto, el líder atacó, soltó a sus mayores preocupaciones, Lipowitz y Arensman, y alcanzó a Gall y Vlasov. En la última cota, Col des Quatre Chemins, Sheffield soltó a Pedersen en la lucha por la victoria, mientras que Gall sacaba unos metros antes de coronar a Jorgenson. No obstante, el estadounidense, valiéndose de su mayor conocimiento del terreno, firmó un descenso brillante con el que dejó atrás a Gall por la segunda plaza. Segundos antes, su compatriota Sheffield completó un doblete redondo para Estados Unidos en el Paseo de los Ingleses.

“Es un alivio, más que otra cosa. Ha sido mucho estrés durante esta semana. Llevaba pensando en esto en los últimos cuatro meses. Es bueno haber dado todo lo que podía y haber hecho el trabajo. Menos en las montañas, he tenido un equipo muy fuerte el resto de la carrera para el llano, la táctica, el posicionamiento… Estoy muy contento del equipo. He ganado París-Niza dos veces seguidas, es una locura poder decir eso. Traté de atrapar a Magnus, pero iba muy fuerte y no pude. Se merece esta victoria”, resumió el campeón al término de la etapa, un Jorgenson que llegará pletórico de forma y confianza a las clásicas de las piedras, sus próximos objetivos: E3, A Través de Flandes y Tour de Flandes. Candidato a todo.

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