Enésima exhibición de Vingegaard, nuevo líder de Tirreno-Adriático

De exhibición en exhibición. Y tiro porque me toca. Pero con todos los respetos para una fantástica carrera como O Gran Camiño, esta vez el recital llegó en Tirreno-Adriático, prueba histórica en la que participan los 18 equipos del World Tour y algunos de los mejores corredores del mundo. Poco importa. El resultado es el mismo para Jonas Vingegaard, que en lo que va de temporada no ha hecho otra cosa que arrasar. Como ya hizo por partida triple en la ronda gallega, el danés (27 años) atacó a 29 km de meta, en la última ascensión del recorrido, y venció en solitario por amplio margen. La general, a falta de dos jornadas, queda muy encarrilada. Así es la ley de Vingegaard, implacable. El mejor de los mortales fue Juan Ayuso, que finalizó segundo, idéntica posición que mantiene en la general. Eso sí, ya no es un suspiro, sino 54 segundos los que cede con Vingegaard. No está todo perdido, pero con semejante nivel del danés cuesta creerlo…

Con tres desenlaces en los que se produjo el esperado esprint y una crono de 10 km casi intrascendente, lo que habíamos visto hasta ahora en la Carrera de los Dos Mares podría catalogarse como pobre en términos de espectáculo. Pero este viernes, la quinta etapa anunciaba la hora de la verdad, el momento de los favoritos. Recorrido corto, de 144 km, pero con atractivo suficiente como para plantear una bonita batalla. El escenario, a priori, apuntaba a ser San Giacomo, puerto de casi 12 km al 6,2% de promedio que conduciría a la meta de Valle Castellana una vez superado su descenso.

Y desde el banderazo de salida no hubo tregua. Costó lo suyo, pero después de varios intentos se formó una escapada de diez corredores con un tremendo nivel: De Marchi, Vendrame, Ganna, Clarke, Howson, Bonifazio, Davy, Asgreen y Cort Nielsen y, en representación española, Cortina. Dado que el del Movistar y Asgreen se encontraban a menos de 1 minuto del entonces líder Milan, el pelotón les mantuvo a una distancia prudencial en todo momento, conscientes de que podrían ser una amenaza. No obstante, la exigencia fue tal, que en Castellalto, primer puerto puntuable, la maglia azzurra perdía contacto con el grupo de favoritos. Y fue un adiós para no volver.

Por tanto, una cosa era clara: el liderato cambiaría de dueño al término de la etapa. Con los fugados neutralizados en la parte inicial de San Giacomo, el primer puesto volvía a manos de Ayuso de forma virtual. Pero con unos 5 km de ascenso por delante, Vingegaard quiso poner las cosas en su sitio. Ataque letal sin mirar atrás que no obtuvo respuesta. Era imposible. Quizás sólo el mejor Pogacar sería capaz de estar con el danés tras un cambio de ritmo semejante. Vingegaard coronó con casi 1 minuto de ventaja sobre el grupo perseguidor, pero pudo ser mucho más de no ser porque Isaac del Toro, que se marcó una subida espectacular, emergió cual salvavidas para que Ayuso y los demás minimizasen pérdidas.

Y llegó el descenso, con carretera técnica, húmeda, delicada… Daba igual. Si algo ha demostrado el danés en los últimos años es que su habilidad en las bajadas está casi a la altura de su poderío en la escalada. Domina todo. Y a todos. Perfectamente acoplado, desatado en su pedaleo, aumentó todavía más su ventaja en los kilómetros de falsollano ascendente que conducían a meta. En el esprint del grupito perseguidor, en el que también estuvieron O’Connor, Arensman y Uijtdebroeks, Ayuso apretó los dientes hasta el último metro para superar a un gran Hindley.

“No me sorprende en absoluto, estamos acostumbrados a esto. Todos sabíamos que sucedería, pero nadie podía hacer nada. Después de Vingegaard, Del Toro era hoy el más fuerte. Le doy las gracias”, explicó Ayuso, algo resignado, sobre la superioridad mostrada por el nuevo líder. “Siempre tuvimos el plan de intentarlo hoy. El equipo corrió de manera increíble. El plan se ejecutó perfectamente y estoy muy feliz de poder pagárselo a los muchachos. No sabía que era el Día Internacional de la Mujer, pero dediqué esta victoria a mi esposa por todo el apoyo que me brinda”, resumió un Vingegaard que, con el primer triunfo de su palmarés en Tirreno, ha conseguido su mejor inicio de temporada de siempre (nunca había ganado cinco veces antes del mes de abril). El ‘tirano’ suma y sigue.