El tesoro de Ruanda, reválida para Pogacar y un “sueño” para España

Es el día. Algunos de los 165 inscritos llevan soñando toda la temporada con este momento. El poder disputar esta prueba ya es un logro para ellos, pero hay un listado más reducido que, además de correr para vivir la experiencia, siendo además los primeros Mundiales en la historia de África, lo harán para tratar de poner su nombre en una cita, cuanto menos, diferente a lo vivido hasta ahora. Es el plato final, y el más esperado, de los Mundiales de Ruanda que se están celebrando en su capital, Kigali. A las 9:45, junto al Convention Centre, el punto neurálgico de las carreras durante toda la semana, arrancará uno de los Mundiales más duros de la historia: 267,5 km para un total de 5.475 metros de desnivel acumulado.

Un circuito de 15 km al que darán nueve vueltas iniciales, después una ‘diferente’ que contará con el puerto que apunta a decidir la carrera, y más tarde otras seis para rematar. Eso los que queden, porque los expertos, como es el caso del seleccionador Alejandro Valverde, ve “difícil” que terminen más de 30 corredores. Los numerosos pasos por meta hacen que, una vez terminado el trabajo de los gregarios o perder contacto con el pelotón (salvo que sean los propios jueces los que manden parar para no estorbar ni ser doblado) echar pie a tierra antes de terminar. Y, claro, hay un favorito principal, que no es otro que el vigente campeón: Tadej Pogacar (27 años).

“Sí, ya hice mi último entrenamiento con el maillot arcoíris. La próxima semana… ya veremos”, dice el esloveno, con un potente equipo (Roglic entre ellos) tras el 4º puesto en la crono de hace una semana, una cita en la que fue doblado (salió 2:30 después) por el otro gran favorito para hoy, Remco Evenepoel. “Bueno, él borró de esa forma el momento en el que Vingegaard le dobló en la crono del Tour. Tal vez me toque hoy a mí borrarlo”, añadió el del UAE sobre su ‘rivalidad’ con el belga. El recorrido tiene varias claves: las cotas de Kigali Golf y Kimihurura, al más puro estilo clásica belga con adoquines y, principalmente, el Mont de Kigali (5,9 km añ 6,9%), la gran ascensión del día que se realizará en esa vuelta ‘diferente’ por fuera del circuito y con una pendiente engañosa, ya que es más dura de lo que refleja al contar con pequeños descansillos.

En Ruanda los protagonistas están convencidos de que, pese a que todavía faltarán 100 km a meta al coronar, será el punto que marque la carrera. El propio Evenepoel deja caer que algunos compañeros de Pogacar en el UAE, pese a ser de otros países, le podrían ayudar: “Ya pasó en 2024 (Sivakov). Seguro que echarán una mano. Están en su derecho”. En la altitud de Kigali (1.567 metros), con la afición volcada y un aire que, según los corredores, a veces cuesta respirar sobre la bici por la contaminación, ni Pogacar ni Evenepoel nombraron a Juan Ayuso entre sus rivales. Del Toro, Vine, Pidcock… fueron algunos de los que citaron. Menos presión, y tal vez más libertad, para el español, que llega “con ilusión” a la cita, una competición que es “un sueño” y que lleva meses marcada en rojo en su calendario. Olano, Freire, Astarloa y Valverde lo consiguieron. Por soñar que no quede, aunque sea a más de 8.000 km de España. En Ruanda hay un maillot arcoíris en juego.

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