Cyrus Monk, el último héroe de la París-Roubaix 2024, fue más rápido que el ganador de 2010

La París-Roubaix siempre nos deja grandes historias por contar como la exhibición de Mathieu Van der Poel, el pundonor del neozelandés Laurence Pithie tras llegar séptimo a meta después de sufrir una dura caída o la imagen de los ciclistas llegando a meta con las manos llenas de ampollas por el esfuerzo de sujetar la bicicleta en los exigentes tramos de adoquines.

Sin embargo otra de las historias de la París-Roubaix 2024 tiene como protagonista al australiano Cyrus Monk, el último ciclista que logró llegar al velódromo André Petrieux de Roubaix en esta edición. Con una media de 41,63 km/h, hizo una mejor media que el ganador en 2010, Fabian Cancellara (39,32). Condiciones diferentes, otros tiempos, pero dato llamativo.

Con el velódromo casi vacío y 47 minutos después de que Mathieu Van der Poel cruzase la línea de meta, Monk entraba en el recinto para dar la vuelta y media de honor y terminar la París-Roubaix a 48:18 del ganador, por lo que su resultado computará como haber llegado fuera de control.

Un logro que tanto el Q36.5 como la propia París Roubaix destacaron en sus redes sociales. “El último hombre del Velódromo. Pinchó en el primer sector y estaba fuera de carrera, pero Cyrus Monk tenía sólo una cosa en su mente: terminar la París-Roubaix. Casi una después del ganador lo consiguió. Un absoluto héroe”.

En declaraciones recogidas por el equipo, el propio Monk calificaba así la dureza de su aventura tras concluir la prueba. “Creo que la París-Roubaix son los Juegos del Hambre. Todo el mundo en casa quiere vernos sufrir. Cada sector es como un cañón que explota y alguien muere. Para mí eso pasó en el primer sector y luego hubo 29 sectors de infierno después de eso”

El propio Monk daba más detalles de su aventura con este comentario en las redes sociales, destacando las numerosas incidencias que vivió. “Menudo infierno de día. Pinchazo en el primer sector del pavés. Perseguí para volver al grupo. Luegi sufrí un doble pincahzo en Arenberg. Muchos golpes de llantas para encontrar a alguien feliz que me diera repuestos. Aprecié mucho los ánimos de todos los que esperaron en la carretera. Muchas gracias”. Toda una odisea del último héroe de la París-Roubaix 2024 en llegar al Velódromo.

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