Buitrago gana, Plapp se viste de amarillo y combate nulo entre los favoritos

Giro de Italia, Vuelta a Burgos, Saudi Tour… Son los escenarios en los que había alzado los brazos un fabuloso escalador como Santi Buitrago, que cada vez va a más. Desde este miércoles, el colombiano ya sabe lo que es ganar en una carrera de una semana del World Tour, tarea que ha tachado de la lista tras conquistar la cuarta etapa de la París-Niza. El colombiano fue el más listo, el más fuerte de una escaramuza que formó en el tramo final de la etapa junto a Luke Plapp, que le arrebató el liderato a McNulty. El australiano (23 años), cinco veces campeón nacional de su país (tres en ruta y dos en crono), también de estreno, puesto que nunca había liderado una carrera por etapas. Entre los favoritos, más allá de unos segundos intrascendentes que bonificó Evenepoel en un esprint, hubo combate nulo.

Una jornada digna de un monumento, como es el Giro de Lombardía. Así se presentaba la cuarta etapa de París-Niza, bajo un día húmedo y de baja temperatura. Todo ello aderezado con un recorrido de 183 km en el que se debían superar siete puertos: seis de 2ª categoría y uno de 1ª, para un total de 3.428 metros de desnivel acumulado. Casi nada. Durante buena parte del día, el protagonismo fue para Jasper de Buyst (Lotto), Stefan Bissegger (EF Education), Christian Scaroni (Astana) y Mathieu Burgaudeau (TotalEnergies), integrantes de la escapada.

En la primera hora de carrera, con una de las ascensiones superadas, los corredores rodaron a más de 46 km/h de promedio, una clara intención de lo que sería la carrera: nada de tregua. Los fugados apenas pudieron abrir hueco más allá de los 3 minutos, por lo que su destino estaba sellado. Además, más allá de la propia victoria de etapa, había otro jugoso botín para los ‘gallos’: el esprint intermedio de Régnié-Durette. Evenepoel, como hiciera ya el pasado domingo, no se lo pensó dos veces y se lanzó a por los seis segundos de bonificación. Lo consiguió, eso sí, con el permiso de un Roglic que se mantuvo a su rueda, dando la sensación de no querer exprimirse.

Con la fuga finiquitada, quedaban los dos últimos puertos. Ahí, en el Col du Fût d’Avenas-Les Chappes, saltó Plapp, que contaba con el consentimiento de los favoritos. Hizo camino, y más aún cuando a su causa se unió Buitrago. Quien dijo definitivamente adiós a sus opciones en la general fue el segundo clasificado del año pasado, un David Gaudu que perdió contacto con el grupo principal tras sufrir una caída a 1 km de coronar como consecuencia de un ‘afilador’. Colombiano y australiano iniciaron la ascensión de los 3 últimos km con 40 segundos de renta. Y no perdonaron. Plapp claudicó ante el ritmo del cafetero, pero le sirvió para atar el amarillo, mientras que Evenepoel no sacó nada de su arreón a 300 metros de meta: Skjelmose, 3º, le arrebató 4″ de bonificación. Este jueves, etapa reservada para velocistas, siempre y cuando superen una pequeña cota (1 km al 6% de media) situada a 11,5 km del final en Sisteron.