Así es la bici de Luis Enrique, de 9.000 euros, ‘made in Asturias’
La marca asturiana MMR desarrolló la bicicleta con la que el exseleccionador compite en la Cape Epic. Fernando Alonso y Óscar Freire también llevan sus bicis.
Luis Enrique, exseleccionador nacional español, compite esta semana en la Cape Epic, la prueba más mediática del mundo de bicicleta de montaña, de 700 kilómetros de distancia, que se disputa en Sudáfrica, con una bicicleta especial hecha en Avilés (Asturias) cuyo valor que bordea los 9.000 euros y que usa también el piloto de Fórmula Uno Fernando Alonso.
“Si la vida te da limones, haz limonada”. Es el lema vital de Luis Enrique. Y si su condición física le permite abordar desafíos como la Cape Epic, lo lleva a la práctica. Compite con la marca asturiana MMR, un producto que cuida con mimo una empresa local con el único secreto de “calidad a buen precio”, capaz de facturar 21 millones en 2022, lo que la convierte en la sexta potencia del sector en España.
Junto a Luis Enrique y Alonso, otro deportista de élite como el triple campeón del Mundo de ciclismo Óscar Freire también ha optado por la firma. En el caso del técnico que llevó a la selección española al Mundial de Qatar, su experiencia con una Kenta SL la está viviendo actualmente en la Cape Epic, prueba reina de la modalidad de montaña. La compañía se siente agradecida por la elección, pero ese efecto no se refleja aún en el mercado. El sector se encuentra aún plena fase de recuperación de la pandemia. La crisis de escasez de componentes no ha terminado.
Alberto San Martín (Oviedo, 47 años), director general de Sport Lifestyle de Machines Made for Racing (MMR), empresario aficionado al ciclismo que procede de una pequeña empresa familiar de construcción en la que estuvo 20 años, comenta las dificultades actuales en el sector de la bicicleta, pues los efectos de la pandemia del coronavirus aún están golpeando con fuerza.
Actualmente, San Martín dirige un negocio que tiene en nómina a 35 empleados y que facturó en 2022 alrededor de 21 millones de euros, el 30 por ciento procedente de las exportaciones a países como República Checa, el Benelux, Costa Rica, Italia, Puerto Rico y Chile.
21 millones de facturación en 2022, ahora periodo de crisis
No soplan buenos aires para el segmento, que ve cómo las cifras menguan en relación a años anteriores, aunque se espera la recuperación para el segundo semestre de 2023. En años anteriores, la citada marca facturó 16 millones en 2021 y 20 en 2020. Ahora llega la incertidumbre.
“Estamos sufriendo los efectos de la pandemia, desde hace 3 años estamos teniendo muchos problemas con la entrega de material para montar las bicicletas. Hubo un boom del ciclismo, se vendió todo en su momento, pero ahora no hemos recibido todavía los pedidos encargados hace dos años. Los proveedores son cuatro y todos pedimos material, por lo que han colapsado. La venta se ha parado”, explica.
San Martín explica a EFE la crudeza de la crisis, ya que las ventas se han estabilizado. “No progresan, hemos pasado de vender todo a no vender nada, hay más bicis que demanda, lo que obliga a seguir una política de descuentos. La gente prioriza las necesidades básicas, como la comida, la luz, el gas..antes que el ocio”.
Siendo realista, el gerente de la empresa prevé menos facturación en 2023, “será un año complicado”, asegura, pero espera con optimismo una recuperación a partir del verano. Los ingresos podrían pasar de los 21 a los 18 millones.
“El secreto, bicis de calidad a buen precio”
Según explica Alberto San Martín, el precio medio de sus bicicletas están en torno a los 3.500 euros, siendo las más caras las de gama alta sobre los 8.300.
“Las bicicletas que fabricamos son un producto de alta calidad a buen precio. Trabajamos con cuadros de aluminio y de carbono, bicicletas eléctricas y gravel, modalidad ésta que está teniendo mucho tirón, por lo que sacaremos en abril un modelo en carbono”, explica el gerente.
La idea de la bicicleta y su ensamblaje tienen lugar en Áviles, localidad sede de la empresa, mientras que el cuadro y los componentes vienen de Asia, principalmente de Taiwan, Japón y China. Después las bicis se pintan en Portugal, “en la fábrica más importante de Europa”, que te ofrece flexibilidad con los colores y a la hora de entregar los productos”.
El director de ingenieros es el exprofesional José Luis “Chechu” Rubiera, quien desde hace años aporta “su experiencia contrastada en el pelotón y traslada sus conocimientos a los proyectos”. Por su parte, el campeón olímpico en Pekín 2008, Samuel Sánchez, aporta su trabajo como embajador global de la firma.
Los personajes asturianos más conocidos como el piloto Fernando Alonso o el exseleccionador Luis Enrique Martínez utilizan las bicicletas de la empresa que preside, así como otros nombres destacados como el piloto de rallys Carlos Sainz o el triple campeón del Mundo de ciclismo Óscar Freire.
Actualmente, explica a EFE Samuel Sánchez, las bicicletas de la marca asturiana están siendo utilizadas por el equipo femenino del MMR de Mountain Bike que está compitiendo en la Copa del Mundo y por el equipo profesional del Caja Rural Seguros RGA, que utiliza “dos modelos estrella, el Adrenaline SL, concebida para las subidas, y la Adrenaline AEro, apta para la velocidad y el esprint”.
La ‘famosa’ bicicleta de Luis Enrique se puso en valor con la participación de Luis Enrique Martínez en la prueba sudafricana de BTT Cape Epic, la prueba más prestigiosa por etapas de la bicicleta de montaña que se disputa hasta el próximo 26 de marzo.
El exseleccionador visitó la fábrica en Avilés y eligió una bici modelo Kenta SL, cuyo precio bordea los 9.000 euros. Un modelo de doble suspensión de la marca asturiana que ha brillado en pruebas de Copa del Mundo de XCO gracias al equipo MMR Factory Racing Team.
“El efecto Luis Enrique no se ha reflejado en una reacción del mercado. Estamos agradecidos por el hecho de elegir nuestras bicis, lo mismo que con Fernando Alonso u Óscar Freire. Su imagen han aportado más valor a la marca, le da más visibilidad, pero no se refleja en aumento de ventas”, explica Alberto San Martín.