Aranburu: “Cada día cuesta más ganar, pero nos salió el plan”

Pese a ser guipuzcoano, Alex Aranburu corrió en Madrid como si estuviera en casa. Varios amigos de su cuadrilla, con camisetas iguales, estuvieron arropando al vasco. A sus 28 años, el del Movistar se proclamó campeón de España y en El Escorial, después de los auxiliares y compañeros del equipo, los amigos fueron los siguientes en felicitar a Álex. Rápido tuvieron una foto todo juntos con el maillot de campeón de España. En el Movistar desde 2022, la andadura de Aranburu en el Movistar apunta a llegar a su fin al término del año. Sin embargo, por ahora las cosas están saliendo bien con dos victorias en poco más de una semana. Desde el sábado estará en el Tour de Francia. Atendió a los medios tras vestirse con la rojigualda.

-El Movistar hizo valer su superioridad numérica. ¿Cómo fue el plan?

Estábamos con las bazas de Pelayo, Lazkano y yo para intentar disputar los Nacionales. Decidimos endurecer la carrera desde el primer paso por la meta, en el circuito final, y la verdad que se hizo una selección importante. Cuando hemos neutralizado a Pelayo sabía que era una buena oportunidad para sacar hueco. Ataqué (a 23 km de meta) y luego había que darlo todo para llegar hasta meta. El plan salió a la perfección.

-Fue tercero en las tres últimas ediciones. ¿Se saca una espina?

Al final es difícil ganar. Cada día cuesta más. Estuve cerca de conseguirlo los últimos años, pero para ganar había que estar ahí antes. Llegó el día así que contento.

-A lucir el maillot de campeón español en el Tour.

Así es. Desde el sábado allí estaré. Tengo buenas sensaciones y estoy muy contento.

-¿Qué se le pasaba por la cabeza cuando iba en solitario?

Quería sacar distancias de primeras. Tiré a tope y cuando me dijeron que tenía un minuto de ventaja intenté regularme para no explotar, y la verdad que creo que lo hice bien para poder llegar a meta.

-Hace escasos días ganó en Bélgica, cortando una sequía de dos años. ¿Le dio eso un plus de motivación?

Al final todo ayuda. En Bélgica sabía que estaba bien y el ganar claro que te da confianza. Cuando llegamos aquí a los Nacionales el rutómetro me marcaba buenos números, por lo que hemos decidido jugar así nuestra baza. En un grupo reducido también hubiésemos tenido opciones.

-Tuvo un inicio de año complicado...

Sí. Me rompí la clavícula en Mallorca y tuve que parar un mes, que eso significa volver a empezar de cero. Luego, tuve que trabajar mucho en altura, numerosos días fuera de casa... pero el trabajo sale a la luz.

-Las etapas iniciales del Tour se le adaptan bien. ¿Sueña con ello?

Bueno... cierto es que son buenas, pero en el Tour hay mucha gente y mucho nivel. Iremos día a día, con la dinámica de disputar las etapas y buscar la general con Enric Mas.

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