“Noto que cada vez tengo más responsabilidad”, se sincera Alex Aranburu, el guipuzcoano de Ezkio de 26 años recién cumplidos al que apuntan todos los focos de la Selección antes del Mundial de Flandes. Y no es para menos, porque en la expedición todos coinciden en que es la gran baza de una Selección en el que el hueco dejado por el lesionado Valverde es muy grande. “Valverde es mucho Valverde”, reconoce el vasco, que no obstante ve este peso como algo positivo: “Es una oportunidad, al final yo también me motivo más”. De hecho, desde el cuerpo técnico de la federación se asegura que, a pesar de que este año no hay un líder tan claro como el murciano, Aranburu parte como jefe de filas de un equipo con nombres como Cortina o Gorka Izagirre, que también pueden ser alternativas.

Pero Aranburu, que en el Astana también ha dado un paso adelante (en la órbita del Movistar para el próximo año), se ha ganado la oportunidad de ser la referencia, con resultados como su sexta posición en la Omloop, la séptima en San Remo, un buen número de segundos y terceros puestos, más la victoria este mismo año en una etapa de la Vuelta al País Vasco, el primer triunfo World Tour de su palmarés. “No llego tan bien como me gustaría por la caída de La Vuelta. Luego sí he entrenado bien y he tenido algún buen resultado, pero no con el nivel que va a haber en este Mundial”.

Aún así, en los medios belgas también le mencionan como uno de los ciclistas a tener en cuenta detrás de los grandes favoritos, mientras él confía en que la Selección sea capaz de dar la cara… a pesar de que ya no esté Valverde. “Al final, los que estamos aquí hemos venido con muchas ganas y podemos hacer un buen Mundial”.