Se encuentra líder en el primer día de descanso del Giro. ¿Cómo afrontará las dos semanas que faltan?

Con confianza, ahora vienen las ascensiones extensas y se producirán más distancias de tiempo. Creo que con la última crono que habrá en Milán tendré que llegar con algo de ventaja para ganar. Con cuánta, dependerá de quiénes estemos en la lucha. Contra un Remco, contrarrelojista, debería ser minuto o minuto y medio. Obviamente esto en un mundo ideal. Si los otros adversarios son escaladores, podría ser menor la diferencia que disponga.

Este miércoles toca más sterrato y el sábado, el Zoncolan.

La segunda semana será muy intensa. Hasta la fecha hemos luchado casi por alcanzar el rosa y exclusivamente por segundos. De ahora en adelante habrá más diferencias. Después de diez días de carreras se pagará el desgaste y empezarán las subidas largas. Así que tendremos que estar centrados y saber que comienza lo difícil.

¿Qué tal se siente físicamente?

No hice entrenamientos de tanta calidad como me hubiera gustado por los problemas de espalda, que afortunadamente me respetan. Espero recuperar bien de los esfuerzos, y a lo mejor llegar con menos preparación igual me deja más frescura para la fase final.

En la Strade Bianche terminó tercero y en la sección de tierra de Campo Felice logró su primer triunfo en una grande. Se ha convertido en un especialista.

Hay muchas diferencias. La Strade es una carrera de un día a la que acude gente más agresiva de clásicas sólo para esas horas de competición. En un día es el todo por el todo. Un pinchazo te elimina, pero no se pierde el Giro. Llevamos diez etapas y todo lo hecho hasta ahora se puede perder. En la Strade se toman más riesgos. Habrá menos kilómetros incluso. Tras hacerla en marzo inspeccioné la jornada de este miércoles. Se puede realizar daño antes del sector y durante el propio tramo. Lo que más contará será la posición. Será importante ir bien colocado.

Por cómo habla, parece que está mejor de lo que pensaba.

Charlé con el equipo y estimábamos llegar al primer día de descanso con menos de un minuto cedido. No creí que iba a estar tan bien. La preparación no había sido la ideal. No pensaba luchar por bonificaciones y ganar una etapa. El plan funciona mejor de lo planteado. La adrenalina y las piernas me han llevado hasta aquí.

También Evenepoel, segundo tras usted, rueda a un nivel muy alto tras su grave lesión.

Remco nos ha sorprendido a todos. Después de ocho meses sin competir, rendir a este nivel quiere decir que ha realizado un gran trabajo. Y por supuesto, su clase está presente. Se le ve que quiere conquistar el Giro, eso es algo bueno para el ciclismo. Respeto a todos los rivales, miedo no me dan. Aunque debo vigilar a Remco y Vlasov, no sólo corren ellos. La carrera no la formamos únicamente los tres primeros de la general.

Entonces, ¿cómo valora las primeras diez jornadas y las once que restan?

Creo que la general no se va a decidir por segundos, pese a que lucháramos por bonificaciones estos días. En el Ineos somos un grupo relativamente joven, queremos disfrutar, fue chévere ese esprint intermedio con Remco, deseamos pasarlo bien. Pero Yates, por ejemplo, se encuentra a 56” y va a estar ahí. La gente que está en un minuto de margen aspirará al título, y es porque aún no hemos entrado en la alta montaña. En mi caso dependerá de las fuerzas, pero sobre todo de la situación en que me halle en la general. No iré al ataque todos los días, aunque sí que habrá que tomar la iniciativa de cara a la contrarreloj final. Será un poco juego de tácticas, porque los otros también tendrán que hacer lo mismo. Me siento en una muy buena posición, así que debo aprovecharla.