Geraint Thomas se siente disgustado tras la bizarra caída que protagonizó este sábado en la llegada de la cuarta etapa del Tour de Romandía. El galés del Ineos se había puesto en cabeza junto al canadiense Woods durante la ascensión final a Thyon 2000. Tenía opciones de ganar la etapa y ponerse primero en la general, pero cuando ambos enfilaron la última recta se fue al suelo sin que nadie le tocara y Woods se quedó con el doble premio.

Thomas explicó el incidente en una entrevista con CyclingPro. Cuenta que tenía las manos tan ateridas por el frío y la lluvia que marcaron la jornada, que fue a "cambiar de marcha" y el manillar se le "escurrió". "Es frustrante porque podía haber seguido con esa marcha y quedar segundo. Me siento estúpido", añadió.

El británico descartó secuelas físicas del golpetazo. Las únicas que le han quedado son "emocionales": "Estoy bien, es un tema más de frustración, de perder todo el trabajo de un día de esta manera". "Ahora (por este sábado) solo quiero darme una buena ducha. Tengo que calmarme y empezar a pensar en mañana (por este domingo, cuando la carrera seguirá con una contrarreloj). "No sé cuál es la distancia entre Woods y yo (11 segundos), pero trataré de recuperarla", promete.