CICLISMO | MUNDIALES

La historia del maillot arcoíris: el motivo de sus colores

Sobre un maillot blanco, luce el llamado arcoíris, con cinco bandas con cinco colores distintos para distinguir durante todo el año al campeón del mundo.

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La historia del maillot arcoíris: el motivo de sus colores
Agencias

A lo largo de todo un año, solo un ciclista tiene el honor de lucir una prenda distinta respecto al resto del pelotón. Para tener dicho privilegio, el corredor debe lograr un triunfo que prevalece sobre el resto de victorias: ser campeón del mundo. Sobre un maillot blanco, luce el llamado arcoíris, con cinco bandas con cinco colores distintos: azul, rojo, negro, amarillo y verde. Precisamente, los colores reales del arcoíris (fenómeno que se produce cuando los rayos de sol atraviesan partículas de agua suspendidas en la atmósfera) son rojo, naranja, amarillo, verde, azul, añil y violeta. Es decir, salvo por el negro, el parecido entre la prenda y el arcoíris real es elevado.

Sin embargo, este no es el motivo por el que la prenda luce de esa forma. Se debe a que el campeón del mundo luce los cinco colores representativos de la UCI (Unión Ciclista Internacional), que además son los mismos colores que forman los cinco anillos olímpicos. La UCI es muy estricta respecto a su uso, ya que debe prevalecer siempre sobre el resto de maillots, con la excepción de vestir una prenda de líder (de las distintas clasificaciones) en una gran carrera por etapas. Sagan, durante su ‘triplete’ de mundiales, combinaba el maillot verde de puntos del Tour de Francia con el arcoíris. Valverde, ganador en 2019 de la Ruta de Occitania siendo campeón del mundo, compaginaba la prenda naranja de líder con las bandas de su título en el pecho. El arcoíris siempre prevalecía y con buena posición para la vista del espectador.

La victoria en un Mundial le da al corredor el privilegio de vestir, para el resto de su carrera, en el cuello y en las mangas de su maillot, una vez ya no sea el campeón vigente. Eso sí, este campeón del mundo, en el caso de la prueba de fondo como Valverde en 2018, lo vestirá siempre en pruebas y carreras de esa modalidad. Es decir, en la contrarreloj debe usar el maillot normal de su equipo, sin distinciones, ya que ese honor le pertenece al ganador mundialista de dicha modalidad (Rohan Dennis los dos últimos años).

Tras el título, llega para algunos una parte menos positiva, que no deja de ser una leyenda que, eso sí, cuenta con ejemplos certeros: la mala suerte del arcoíris. Uno de los casos más famosos es el del belga Jean-Pierre Monseré. El belga se proclamó campeón del mundo en 1970 con tan solo 22 años. En marzo del siguiente año, falleció atropellada por un coche mientras participaba en un critérium mientras vestía la preciada prenda. Otros corredores, después de conseguir ese preciado triunfo, nunca rindieron como antes. Sagan, por si hubiera duda, demostró que para él no existe maldición: ganó en 2015, repitió en 2016, y volvió a saborear el oro mundial en 2017. Alejandro Valverde cierra su año de campeón del mundo con cinco triunfos (uno en la Vuelta y el campeonato de España incluidos). Precisamente, este será el maillot que vista si no lograr revalidar la corona en Yorkshire. Una 'maldición' que sin duda estaría dispuesto volver a pasar.