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VUELTA A ESPAÑA | ÚLTIMA ETAPA

Y Fabio Aru tocó el cielo

Degenkolb ganó al sprint la última etapa en Madrid. En la meta también alzó los brazos Fabio Aru como campeón de la Vuelta 2015. Valverde quitó el maillot verde a Purito.

MADRID CORONÓ AL CAMPEÓN. Fabio Aru, Purito Rodríguez y Rafal Majka celebran sobre el podio ante la diosa Cibeles. Madrid recibió la carrera de día y la culminó de noche.
MADRID CORONÓ AL CAMPEÓN. Fabio Aru, Purito Rodríguez y Rafal Majka celebran sobre el podio ante la diosa Cibeles. Madrid recibió la carrera de día y la culminó de noche. Jesus Rubio

La Vuelta debe sentirse satisfecha de su 80ª edición, una de las mejores de siempre: coronó a un campeón y descubrió a otro. Digo la Vuelta, pero la satisfacción podría extenderse a la afición española, porque esta carrera nos pertenece, nos muestra y, de algún modo, nos define. Que se estrene un ganador para muchos años es buena razón para sentirnos orgullosos. Que se haya destapado otro ciclista con un enorme potencial debería completar nuestra felicidad. No venció un español, pero no podemos quejarnos: nos hemos pasado media vida lamentando la ausencia de grandes ciclistas extranjeros.

A la sombra de Giro y Tour en muchos aspectos (históricos, básicamente), la Vuelta ha demostrado, una vez más, su inigualable capacidad como cazatalentos. En esta carrera han estrenado su mejor palmarés ciclistas como Hinault, Perico, Rominger o Nibali. Aquí se han presentado al mundo corredores como Fignon o Froome. Y si no cito a Aru y Dumoulin es por no adelantarme a los acontecimientos. El tiempo lo dirá, pero será difícil que ambos no peleen los podios de las grandes vueltas durante el próximo lustro.

El relevo. Como suele ocurrir, cada época hace prevalecer unas banderas. Italia ha encontrado en Aru un relevo para Nibali antes del declive del Tiburón. El trauma post-Pantani parece superado. En Holanda también está justificada la ilusión: sin grandes victorias desde hace 35 años (el Tour de Zoetemelk en 1980), por fin surge un corredor para aspirar a todo. Sólo hay que esperar que Dumoulin no caiga en el abatimiento que anuló a otros, como Gorospe.

La Vuelta recién terminada también señala un cambio generacional delimitado con rotring. A excepción de Purito (36), los cinco primeros de la general tienen 25 años: Aru, Majka, Nairo y Chaves. El sexto, Dumoulin, los cumplirá el 11 de noviembre. Añadan a Mikel Landa (25) y no olviden a los franceses Pinot (25), Bardet (24) y Barguil (23). Tendrán la relación de ciclistas que plantará cara (y acabará por suceder) a Froome (30), Nibali (30) y Contador (32). Cuando hagan memoria no olviden que a casi todos los descubrimos en la Vuelta.

Conviene aferrarse a nuestra carrera porque al ciclismo español le esperan tiempos de sequía, sólo mitigada por el talento de Landa y la proyección de ciclistas como Verona. La gloriosa longevidad de Purito, Valverde (35), Plaza (35) o Zubeldia (38) llegará algún día a su fin. Nunca nos faltará el ejemplar comportamiento de equipos como el Caja Rural, protagonista de la Vuelta con el justo premio de Omar Fraile (25), rey de la Montaña.

El último día ganó Degenkolb al sprint y Aru se subió a lo más alto del podio. Fue en ese momento cuando una inquietud asaltó nuestras cabezas: todavía quedan 236 días para el Giro, 293 para el Tour y 342 para la Vuelta. Se harán largos.