Existe una lista llamada la Top500 que se lanza dos veces al año aprovechando el evento anual SC 17 Supercomputing Show, una feria que gira alrededor de las supercomputadoras del mundo -máquinas gigantescas que pueden ocupar un edificio entero-, nuevos modelos y los más potentes. Compilada por investigadores del Laboratorio Nacional de Berkeley Lawrence, la Universidad de Tennessee y la compañía de computación en la Nube Prometeus, la Top500 organiza por rangos las supercomputadoras del mundo, colocando las que más rápido realizan cálculos matemáticos en las primeras posiciones.
China, la primera en todo
Durante dos años, la Sunway TaihuLight y la Tianhe-2, las supercomputadoras más rápidas del mundo, han ayudado a China a mantenerse en lo más alto de la lista en cuanto a quién tiene el superordenador más potente. Pero en cuanto a quién tiene más supercomputadoras, Estados Unidos siempre ha sido el país dominante por poseer 169 SC en comparación con las 159 SC que China tiene por todo su territorio. Pero hay una cosa que reseñar: esto era hace 6 meses. Hoy, noviembre de 2017, la cosa ha cambiado y China acaba de arrebatarle de forma inesperada el primer puesto a Estados Unidos.
El ascenso de China como superpotencia informática ha sido constante en los últimos años, y hoy puede presumir de tener 202 superordenadores en funcionamiento contra los 144 sc de Estados Unidos. Exacto, una nación ha aumentado sus existencias mientras que la otra las ha disminuido.
Summit, financiada por el gobierno USA
Pero aunque los USA no sean los que más superordenadores tienen en el mundo, sí que pueden conquistar el primer puesto en cuanto a la supercomputadora más rápida del mundo, ya que la compañía IBM está construyendo una nueva máquina llamada Summit en el Oak Ridge National Laboratory. Presentada hace unos días por el Departamento de Energía de los Estados Unidos, Summit está diseñada para doblar la potencia actual de la Sunway TaihuLight china y necesita para ello un sistema de energía de 20 megawatios para hacerla funcionar y mantenerla refrigerada, el equivalente para proporcionar electricidad a 16.300 casas.
El proyecto, desarrollado por IBM y pagado por el gobierno USA, ha costado 200 millones de dólares, logrando que Summit sea 4 veces más rápida que la anterior supercomputadora de Norteamérica, puede computar 200.000 trillones de cálculos por segundo, y para Rick Perry, secretario del departamento americano de Energía, se trata del pináculo del desarrollo tecnológico y una gran esperanza de cara a crear supercomputadoras que con el tiempo puedan ayudar a fines nobles como ayudar a encontrar la cura del cáncer o del Alzheimer.
Cuidado con Japón
La medición de la potencia de los superordenadores se realiza con un test de velocidad llamado Linpack, un test imperfecto pero útil que podría tener los días contados, ya que los organizadores de la Top500 están empezando a clasificar las supercomputadoras mediante un nuevo test de velocidad diseñado para reflejar mejor el tango de tareas computacionales que la máquina puede realizar. Y según el nuevo test HPCG (High Performance Conjugate Gradient), la SC más rápida del mundo no es china ni americana, sino japonesa: la K Computer de Fujitsu. ¿Quién liderará la lista en noviembre de 2018 ahora que Summit ha entrado en juego?