Piel robótica capaz de auto-sanar, otro paso más hacia los androides
Imagina una piel artificial que sufre una herida y es capaz de sanar más rápido que la humana. Pues existe.
Podemos mirar al móvil que llevamos encima y sorprendernos de la cantidad de tecnología que hay dentro de ese diseño de 5-6 pulgadas. Pero incluso aunque construyamos a los replicantes de Blade Runner o los androides divergentes de Westworld, la máquina más perfecta siempre será el cuerpo humano. De hecho lo es tanto, que tras un siglo de Revolución Industrial y 40 años a fondo con la robótica, la idea de ver cyborgs tan perfectos sigue siendo (todavía) una quimera… Aunque los avances en su campo cada vez van más rápido.
Androides flexibles y elásticos
La idea que tenemos de un androide es la de C-3PO de Star Wars, la de Yo, Robot, la idea de mecanismos rígidos y diseños humanoides, que no humanos. Precisamente por este motivo, los científicos trabajan en ‘desendurecerlos’, probando circuitos flexibles que se deforman pero no se rompen y siguen funcionando, y dándole más articulaciones a los exoesqueletos hasta lograr la gran movilidad que posee un ser humano. Pero además, la robótica aplica sus propias ventajas, como el descubrimiento que un grupo científico de la Carnegie Mellon University ha hecho encabezados por el profesor asociado de robótica Carmel Majidi.
El problema que salta al usar materiales suaves en dispositivos electrónicos de ingeniería robótica es precisamente esto: daños en las superficies de los robots y fallos eléctricos cuando los componentes superan su tasa máxima de deformación. El desafío está en crear un material para el androide que sea a la vez flexible y resistente al daño algo que Majidi y los suyos han logrado usando un cierto tipo de polímero. El truco está en insertar microgotas líquidas de una aleación metálica con base de elementos Galio-Indio dentro de una capa suave de elastómero -un polímero viscoelástico flexible.
Piel robótica capaz de auto-sanar
De esta manera, la técnica consigue un híbrido de tejido sólido - líquido que puede estirarse, que permite recibir corrientes eléctricas y, como función más destacada, auto-repararse incluso cuando ha sido dañado varias veces. O sea: una piel robótica capaz de auto-sanarse igual que la humana, aunque a una velocidad mayor. Esto en sí no es nuevo, porque ya hay materiales y y tejidos capaces de auto-repararse si se les aplican los niveles adecuados de calor, humedad o reensamblaje manual. Pero esta composición elástómera-metálica es capaz de auto-repararse simplemente con usar un poco de electricidad para crear nuevos caminos eléctricos, sin más intervención.
Según Majidi, la inspiración para esta composición ha venido de la propia habilidad para la auto-regeneración que tiene el sistema nervioso humano. Y sus usos potenciales van desde los dispositivos wearables como los smartwatch o la ropa inteligente, hasta naves, protegiendo el cableado eléctronico del sistema de un daño potencial. Y también androides con una piel fina, suave y elástica que da igual que sea dañada, ya que se auto-sanará. El futuro da un poco de miedo, ¿verdad?