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15 curiosidades que no sabías de los Smartphones (parte I)

¿Cuándo se hizo la primera llamada? ¿Existe una forma de recargarlos usando orina? ¿Tirarlos es deporte?

15 curiosidades que no sabías de los Smartphones (parte I)

Aunque haya quienes sigan viéndolos como teléfonos y nada más, los móviles han cambiado la sociedad desde que se empezaron a vender de forma masiva en el cambio de siglo, y sobre todo desde que hace 10 años se volvieron ‘inteligentes’. Una evolución tan rápida y una adopción por parte de los usuarios tan veloz que hacen que su historia esté salpicada de curiosidades de todo tipo. He aquí 15 de sus más particulares, de la que hoy os traemos sus primeras 5:

Martin Cooper, el papá del teléfono móvil con el primer terminal de la historia
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Martin Cooper, el papá del teléfono móvil con el primer terminal de la historia

1- El primer móvil y la primera llamada

Samsung, Apple, Xiaomi, Huawei, HTC, LG, Nokia… hoy en día hay cientos de marcas de móviles entre las que elegir y decidirse. Pero, ¿dónde comenzó todo? Pues el 3 de abril de 1973, la fecha en que se realizó la primera llamada móvil de la historia. Martin Cooper, inventor en la compañía Motorola y considerado el padre de los teléfonos móviles, hizo historia realizando la primera llamada desde un teléfono móvil y además desde las calles de Nueva York. Pero lo bueno fue la llamada en sí, ya que Cooper decidió llamar desde la Sexta Avenida de NY al despacho del jefe de una compañía rival de Motorola, sólo para decirle que lo había logrado y ellos no. ¡BAM! Como señala el pionero, “hubo un silencio al otro lado de la línea. Sospecho que era porque le estaban rechinando los dientes”.

El ‘móvil’ desde la que se hizo fue con un terminal que se merecía el apodo de ‘ladrillo’, porque pesaba 1 kilo y tenía una batería de sólo media hora que tardaba 10 horas en cargarse. Aunque no fue hasta una década después, 1983, cuando el primer dispositivo móvil salió al mercado: el Motorola DynaTAC 8000X mantuvo la autonomía de media hora a cambio de 10 horas de recarga, además de salir al mercado al precio de casi 4.000 dólares, unos 3.365 euros. Pero en una época en la que si estabas en la calle sólo podías recurrir a una cabina telefónica para hablar, fue toda una revolución.

2- Tu pantalla tiene más bacterias que un water

Esta es ideal para los/as aprensivos: ¿Sabíais que esa pantalla que tocáis más de cien veces al día, y esa carcasa que sujetáis incluso en la cama tiene una concentración de bacterias 18 veces mayor que la que se encuentra en un water? Pues sí, porque cada vez que lo tocas le estás transfiriendo los microbios y virus que lleves en las manos tras un día tocando cosas como la barra del metro, el volante del coche, la puerta de la oficina, el interruptor del baño… Además, cuando se habla por él seguimos inspirando y expirando aire, por lo que respiramos todos los microorganismos que se hayan pegado al terminal.

Y es que los móviles entran en contacto con muchísimos elementos, tanto en casa como fuera, y aunque lleven funda, dejarlos sobre una mesa de bar por ejemplo provoca esto mismo y a gran escala. O cogerlos después de haber tocado uno de los objetos más cargados microbiológicamente hablando de toda la casa: el estropajo de fregar de la cocina. Pero no os preocupéis, que nadie se pone malo usando el móvil igual que no lo hace al tocar el estropajo o limpiarse en una toalla de manos que lleva varios días puesta. Vivimos en un mundo de virus diarios, aunque siempre pensad en limpiarlo cada cierto tiempo y ver dónde dejar el móvil, puesto que después lo tocaréis con las manos y luego esas manos ya sabemos dónde van.

3- ¿Por qué los móviles son a prueba de agua en Japón?

Que Japón es un mundo aparte es algo más que probado, y en Occidente no deja de sorprendernos algunas de las cosas y particularidades de su forma de ser, la mayor parte de las veces relacionadas con la funcionalidad y el ser prácticos. Aquí en Europa y Estados Unidos tenemos smartphones resistentes al agua, aunque la certificación IP68 no está muy extendida y pocos son los terminales que soportan una inmersión o salpicaduras. Pero en Japón, prácticamente todos los móviles son ‘waterproof’, todos. Y lo son por una razón práctica: Porque muchos usuarios están tan enganchados a sus dispositivos, que se los llevan a la ducha.

Sí, tal cual. En la ducha y navegando por Internet o subiendo cosas a Weibo. Por esta razón, los fabricantes hacen los móviles, que llevan en su mercado mucho más tiempo que en el nuestro, a prueba de agua. Como dice un ejecutivo de LG, “en Japón hacer que el móvil sea sumergible es mucho más importante que el poder quitarle la batería“. Todo comenzó en 2005 con el Casio Canu 502S, concepto expandido en el Motorola Defy de 2010 y en el Samsung Galaxy S5 de 2014, que sentó el precedente de un terminal de gama alta resistente además al agua.

4- Batería cargada con orina

Que estamos propiciando un futuro lleno de residuos y contaminación está claro. Pero esa es precisamente la meta de muchos investigadores, encontrar la solución. En 2013, el doctor Loannis Leropoulos del Bristol Robotics Laboratory anunció un método para extraer energía de un residuo tan habitual como la orina a través de las MFC, las células microbiales de combustible. Básicamente se trata de un dispositivo colocado en el water al que conectamos el móvil. Al orinar, la materia se convierte en el acto en energía eléctrica gracias al metabolismo de microorganismos vivos, las MFC, que la forman como parte de su ciclo de vida natural. Cuanta más orina, más electricidad, que fue suficiente “para cargar un móvil Samsung”. ¿Tendremos estaciones wireless de recarga en el baño dentro de unos años?

5- ¿Cuántas veces miras el móvil al día?

Coger el teléfono, desbloquearlo, echar un vistazo por si hemos recibido algo o buscando notificaciones, bloquearlo. ¿Sabes cuántas veces haces este gesto al día? Más de 100, concretamente unas 110 veces al día, alrededor de 10 veces a la hora. Y eso según un cómputo de 11 horas dedicadas al ritmo de vida usual sin tener en cuenta cuando estamos en la cama o tirados en el sofá. Varios estudios coinciden en esta media, que aumenta o disminuye según el tipo de persona y el nivel de dependencia que tenga o no de su terminal.