Así es como la CIA hackea una TV inteligente
El método Weeping Angel usa los ajustes horarios del aparato.
El pasado mes de marzo nos hicimos eco de la particular historia de espías de Donald Trump, y desmentimos el absurdo de las acusaciones de los consejeros de Trump a la administración Obama, culpándolos de espiarles incluso mediante un microondas. Pero lo que sí es cierto es el intenso entrenamiento que los espías de la CIA reciben en cuanto a obtener pruebas de un sujeto minando una casa entera de cámaras. Pero, ¿por qué perder tiempo desmontando una TV cuando puedes aprovechar su tecnología y convertirla en un micro gigante? Bienvenidos a 1º de Espionaje en el Hogar 2.0 actual.
Así es como la CIA hackea una televisión usando el Smart TV
Con la tecnología en aumento y cada vez más dispositivos caseros convertidos en ‘smart’ o inteligentes, las TVs actuales lleva micrófonos en el aparato y hasta en el mando a distancia para manejarlas mediante comandos de voz. De hecho las hay hasta con cámaras de vídeo y todo para realizar videollamadas con Skype. Así que se acabó eso de colocar cámaras si la TV ya tiene una, por lo que tanto los chicos de Langley como otras agencias -la también americana NSA, las agencias de inteligencia de Rusia y China- tienen su trabajo cada vez más fácil.
En marzo vimos cómo WikiLeaks, la plataforma que desclasifica material confidencial sin esperar a permisos gubernamentales, publicaba varios documentos de algo llamado ‘Weeping Angel’ (y no, no era algo sobre los ángeles del Doctor Who). Pero este mes hemos podido ver el manual entero para los agentes de campo de la CIA, que señala cómo transformar una smart TV en un receptor gigante pinchando el micrófono incorporado de la tele para espiar conversaciones, y todo ello a través de los ajustes de hora del aparato. Pero no os preocupéis si tenéis una TV así en casa, ya que el hack requiere de un elemento que lo hace poco viable de forma general.
Físicamente en casa
Parece que cuando señalamos la CIA, imaginamos a Tom Cruise introduciéndose en nuestra casa, manipulando la TV y dejándola igual sin que nos demos cuenta, como también le pasaba a Will Smith con la NSA en Enemigo Público. Pero el problema del hack es que no se puede hacer a distancia, sino que hay que introducir físicamente un USB ya configurado para reconfigurar el aparato y que sirva para propósitos de espionaje. Así que ese es el problema del Weeping Angel, que físicamente hay que estar en el sitio para hacerlo.
Por lo tanto el hack es limitado, y parece algo que haría la NSA hace precisamente dos décadas. Fue en 2014 cuando fabricantes como Samsung y otros instalaron bloqueadores en sus aparatos para que las TVs no se pudieran piratear a distancia, por lo que un espía de la CIA debe tener acceso físico a los equipos. Algo que de ser verdad, sinceramente parecería algo ‘cutre’ comparado con la fantasía hacker que las películas y series nos venden.