Nueva derrota del Baskonia como visitante en una montaña rusa
Un parcial de 20-2 en contra de los vitorianos les condenó en el cuarto final. Sedekerskis y Rogkavopoulos no comparecieron por sendas lesiones.
No comenzaron bien las cosas para los de Pablo Laso con un parcial inicial de 8-0. Los franceses encadenaron dos triples consecutivos y, tras una canasta de dos, el entrenador ya pidió tiempo muerto sin que se hubieran cumplido dos minutos. Sedekerskis y Rogkavopoulos no pudieron jugar por sus respectivas lesiones y Moneke tuvo que estar mucho tiempo en el tres. No estaba cómodo pero luego fue creciendo.
Para el minuto 4, el choque iba 13-2 y se veía a Donta Hall con poca energía. Quizás estaba sintiendo molestias en el tobillo. De hecho, en el día del Real Madrid, no pudo jugar la segunda parte. En el 6 entró Luwawu-Cabarrot, un jugador que dejó un gran sabor de boca en el Astroballe. En este caso, el duelo se disputó en el pabellón nuevo, en el LDLC Arena, con capacidad para 16.000 personas. En el 8, el compromiso iba 20-6 y Moneke llevaba ya dos faltas.
El Baskonia entró tibio en el partido y lo fue pagando durante todo el primer cuarto. Defendía por detrás y no punteaba el tiro exterior de los de Lyon. Gente como Maledon o Sako hacían mucho daño y De Colo impartía cátedra de pase de balón. Los vitorianos se fueron entonando a medida que avanzaba el primer acto y se marcharon con un marcador relativamente decente al segundo. Pero había atasco en estático y la defensa tampoco era la mejor, ni mucho menos.
Las cosas no mejoraron esa entrega (27-14, min. 13). Laso no encontraba su quinteto ideal y hubo que esperar al minuto 15 para que llegara la primera canasta en juego de Markus Howard. De hecho, el que más minuto sumaba era Ndiaye. Los franceses se pusieron de nuevo a 14 con el 34-20 del 16. Por fin llegó el primer triple tras un 0/10 cuando quedaban tres minutos para el descanso. Al tiempo intermedio se llegó con un 38-26. El más destacado del Baskonia era Kamar Baldwin, que llegó a coincidir en la pista con el otro base, Trent Forrest. Jaramaz estaba a esas alturas sin minutos. Los porcentajes de tiros de campo baskonistas eran paupérrimos.
Se ve que el paso por vestuarios le sentó bien al Baskonia, que firmó un parcial de 15-28 en el tercer acto. Primero gracias a los puntos de Howard y luego por la irrupción de un Moneke, que fue de menos a más jugando en el cuatro. Los locales tuvieron un atasco ofensivo preocupante y las distancias se fueron estrechando. En el 28 se empató el partido a 51, los vascos llegaron a estar 51-54 y terminaron esa entrega con un 53-54 muy ajustado. Desde el 47-37 hasta el final del cuarto, el parcial fue de 6-17 a favor del equipo de Pablo Laso. El Baskonia firmó esa remontada en apenas 5 minutos.
Los de Laso endosaron un gran parcial de 3-13 en los primeros cinco minutos del acto decisivo. Dicho de otra manera, entre los últimos cinco del tercer cuarto y los primeros cinco del definitivo, el marcador vivió un 9-30 con un Moneke desatado que hizo 23 de valoración durante esos diez minutos. Desfondado, y con la señal de televisión perdida en Ginebra, pidió el cambio. En la primera parte se le había visto con gesto triste pero fue creciendo y terminó bailando para celebrar sus canastas. De hecho, los vascos se pusieron once arriba con el 56-67. El Asvel había desaparecido de la cancha y no encontraba soluciones a sus problemas. Eso parecía, al menos, en teoría.
Los componentes del conjunto babazorro se las prometían muy felices pero los locales fueron capaces de darle la vuelta a la tortilla de nuevo. Sako hizo un partidazo y los vitorianos se fueron desinflando de manera estrepitosa. Los franceses colocaron un parcial inicial de 13-0 y, con antideportiva de Donta Hall incluida, volvieron a meterse en el partido con el 69-67 en el minuto 37. Edwin Jackson cogió protagonismo con una minutada sensacional, y también Neal Sako, un jugador diferente con gran capacidad en el rebote. Lo de Maledon, punto y aparte, sensacional. Los vitorianos cometieron demasiadas pérdidas tontas cuando tenían el marcador de cara. No supieron guardar bien sus posesiones para gestionar la ventaja a favor.
El Baskonia pagó la pájara y perdió el partido. El último cuarto fue una montaña rusa que terminó en su contra. Un triple de Maledon resultó la puntilla para un equipo que pagó la falta de rotación y que recibió un sonoro tortazo con un parcial de 20-2 en los momentos decisivos. Del 9-30 al 20-2. Un final de locura. Ahora hay viaje a Barcelona y habrá que ver si Sedekerskis y Rogkavopoulos se recuperan o no a tiempo. Tadas tiene una sobrecarga en el tendón de Aquiles de un pie y el griego, molestias en el aductor izquierdo. Sander Raieste sigue en el dique seco.
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