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MUNDIAL 2023

Rondae Hollis-Jefferson sale a flote gracias a un Mundial viral

Las actuaciones con Jordania de Rondae Hollis-Jefferson en el Mundial le han devuelto al primer plano del baloncesto. Ya piensa en la NBA de nuevo.

Rondae Hollis-Jefferson
fiba

El Mundial de baloncesto de 2023 deja a Alemania como campeona, Serbia y Canadá en el podio y numerosos jugadores de las mejores selecciones siendo evaluados por su rendimiento. Pero hay además un elemento reivindicativo en este formato amplio que la FIBA ha propuesto para la Copa del Mundo: equipos con menos esperanzas que simplemente quieren visibilidad y oportunidad para jugar en un escenario importante gracias al billete comprado en las ventanas de clasificación. En esta edición Líbano, Sudán del Sur, Costa de Marfil, Irán, Cabo Verde, México o la anfitriona Filipinas han tenido ese honor. También Jordania. Y ahí se sitúa uno de los grandes destellos de esta cita, por lo menos durante la fase de grupos que disputaban 32 países.

Jordania acudía a este campeonato sin Dar Tucker, un jugador nacido en Chicago que era el nacionalizado más visible en la esfera de su baloncesto. Ante la oportunidad del campeonato se buscó un fichaje exprés y ahí cayó Rondae Hollis-Jefferson, al que muchos aficionados de la NBA -porque tiene un nivel superior a Tucker en base a su currículum- habían perdido la pista desde que la dejó hace dos años.

Rondae, sin vinculación aparente con el país que iba a representar, vio realizado el sueño de jugar un campeonato mundial aunque no fuese con la Estados Unidos en la que nació y a la que se enfrentó en uno de los partidos (110-62). Él creció en Chester, localidad del condado de Delaware y el estado de Pensilvania, en un entorno familiar desestructurado en el que el baloncesto fue un escape. Fue a Arizona a cursar estudios universitarios y la NBA le escogió en 2015 gracias a la elección de Brooklyn (originalmente fueron los Blazers; hubo traspaso a los Nets).

Jordania dio con él siendo una estrella con la luz ya apagada para lo que suelen ser los jugadores aún jóvenes que han probado las mieles de la NBA. Hollis había pasado también por Raptors y Blazers -la franquicia que aparece en su biografía como la seleccionadora- antes de salir de ese preciado círculo. Tras pasar por Europa y América había desembarcado en Filipinas, donde se jugó el torneo.

Fenómeno viral

Al no estar en el candelero tal fue la sorpresa al verle que llevó a ese maremágnum que son las redes sociales como lluvia en el desierto. Se había puesto una muñequera a la altura del codo, su mecánica de lanzamiento había cambiado y el dorsal elegido para jugar era el ‘24′. Estos elementos llevaron mentalmente a la imagen de Kobe Bryant, algo que la FIBA aprovechó como reclamo. Sus actuaciones refrendaban tal exposición, eso no se lo quita nadie. Y en el clamor social, además, se le llegó a apodar ‘Jordan Mamba’ (en español la traducción pierde efecto; en inglés se juega con Jordania como nombre del país además de la similitud con el apellido de Michael) para rematar la faena. En la primera semana de torneo, en la que su equipo estuvo más presente, fue un auténtico fenómeno pese a que los resultados colectivos no acompañaran; Jordania, de hecho, es la 32ª clasificada de 32 posibles.

América y otros

R.H.J. se había especializado en la parte defensiva durante sus años en la NBA. No había destacado excesivamente por su faceta de anotador. Eso también chocó. La libertad que le dejaron en Jordania fue fundamental para poder verle en el tope de su rendimiento en este sentido. Contra Grecia empezó con 24 puntos. Fue ante Nueva Zelanda cuando explotó definitivamente: 39 puntos y con el 50% de los tiros, 12/24, anotados. Estados Unidos, su tercer rival, le cortó las alas con una férrea defensa aunque logró aportar otros 20 tantos. En los encuentros para dirimir la clasificación final, ya fuera de la lucha por el título, redondeó su Mundial con una media de 23′6 puntos, 7′8 rebotes, 4′4 asistencias y 1′2 robos jugando casi todo: 38,6 minutos.

Pero sigue fuera de foco. Él, al menos, ya no se ve así. “Una vez que me vi fuera de la NBA tuve que reevaluarme. Creía que estaba en un pedestal y podía hacer todo lo que quisiera. No estar ya allí, no tener el puesto garantizado, hizo que me volviera más humilde”, ha dicho durante este Mundial.

Hollis-Jefferson tiene aún 28 años de edad. Su teléfono está a la espera. Comprometido en Filipinas, seguirá allí hasta que una llamada importante le importune. Desde febrero está en la PBA de Filipinas con el TNT Tropang Giga, un equipo de esa liga, y el contrato se mantiene hasta febrero del próximo año. Ante la prensa dejó claro que su intención es cumplir ese acuerdo, aunque sea una competición no acorde a su calidad y renovado estatus, pero que el mismo incluye una cláusula de salida si es un equipo de la NBA el que quiere hacerse con él.