Lavodrama: “Queremos reproducir lo de Angola en el ‘92″

Con 60 años recién cumplidos, Anicet Lavodrama (4-7-1963, Bangui, República Centroafricana) tiene una vida de película. Hijo de diplomático con 18 hermanos por parte de padre, saltó de África a una universidad estadounidense (Houston Baptist Huskies) al mismo tiempo que el nigeriano Hakeem Olajuwon; y en 1985 llegó a Ferrol. Ya nunca dejó España. Jugó en Ferrol, Badalona y Valladolid. Vive en Málaga, trabajó para la FIBA y ahora es director técnico de la selección de Costa de Marfil, primer rival de España en el Mundial de 2023. Atiende a AS en el lobby del hotel Fairmont de Yakarta.

Me contaba antes de empezar la entrevista que el diario AS la ha acompañado desde el primer día que llegó a España en 1985…

Así es. El día que llegué, en el aeropuerto estaba Martín Tello (mítico redactor de baloncesto de AS ahora jubilado). No sé si tenía alguna noticia deportiva o qué, pero allí estaba. Yo llegué de Houston y no conocía España ni Barajas. Había aterrizado en la terminal internacional y tenía que pasar a la nacional (de Madrid iba a Santiago de Compostela para fichar por el OAR Ferrol). Sorprendentemente, vine sin un visado. En Houston me habían dicho que me subiese al avión sin problema. Cuando llegué aquí, los policías no lo entendían. Me decían que cómo podía venir sin pasaporte…. Salieron a buscar a uno de los jefes y Martín Tello estaba paseando, imagino que buscando su entrevista, y lo escuchó. Preguntó: ¿Tenéis ahí a alguien que viene a jugar al baloncesto? Y fue él quien avisó a la Policía que era cierto que yo venía a jugar a Ferrol. Así que, gracias a su intervención, se solucionó y él me acompañó a la terminal nacional, donde cogí un Aviaco que me llevó a Santiago de Compostela… Y hasta hoy, sigo manteniendo contacto con él, con su hijo…

Usted es de la República Centroafricana, pero tiene relación con Costa de Marfil porque vivió allí cuando su padre era diplomático y tiene tres hermanas que trabajan allí. ¿Cuándo empieza a trabajar con ellos?

Cuando dejé de jugar en Valladolid y pensaba en la retirada, mandé mi currículum al COI, a la NBA y a la FIBA. Fue el señor Borislav Stankovic (ex presidente de FIBA fallecido en 2020) quien me hizo una entrevista, habló con el señor Segura de Luna para confirmar si era una persona fiable (risas)… Me recomendaron y empecé a trabajar en la FIBA como responsable de lo que eran las comisiones de zona. Me ocupaba de lo que hoy son FIBA África y FIBA América. Yo debía aportarles el manual de cómo funcionaba una federación y acercarme a las instituciones; los Ministerios de Deporte, Educación, Salud.,, Cinco años después salí para trabajar en los Cavaliers, pero las federaciones me seguían consultando a mí. Una de las federaciones que me consultaba era Costa de Marfil. El presidente actual tenía un club en Abidján y quiso venir a España a ver cómo funcionaban los clubes. Yo tenía relación con Joventut, Estudiantes, Perfumerías Avenida y Ros Casares, donde estaba Carme Lloveras. Y justo coincidiendo con la pandemia del COVID-19, me llamó para decirme que había ganado las elecciones y que necesitaba un director técnico. Yo les recomendé a Slobodan Subotic, que estuvo hasta 2022. Pero le hicieron una oferta y el presidente me pidió que me hiciera cargo de la dirección deportiva de Costa de Marfil. Yo tenía compromisos profesionales en España, pero lo acepté. Y aquí estoy desde agosto de 2022 como director técnico de la Federación de Costa de Marfil. Configuro las ligas, fomento la formación de entrenadores, preparé a la Selección U-16 para el Mundial; a la absoluta femenina para el Afrobasket 2023 y a la masculina para este Mundial…

En España, Costa de Marfil suena a fútbol: Drogba, Gervinho, Zokora, Yaya Touré, Kessié. ¿Cómo está allí el baloncesto?

Está bien que comente lo de los futbolistas. Pero en baloncesto, balonmano y atletismo, Costa de Marfil siempre tuvo también tradición deportiva. Es posible que a nivel internacional tenga mucha más repercusión la selección de fútbol, pero el baloncesto ha dado resultados y Costa de Marfil ha sido campeona de África en 1981 y 1985. Se practica en todo el país. Pero la falta de infraestructuras y la inestabilidad política han impedido que se avance. Eso ralentiza y echa hacia atrás proyectos. Hay mucho talento en todo el país, masculino y femenino. Hay más vínculo con Francia que con España, por eso suena menos. Hay muchos jugadores que van allí. Hay jugadores explosivos y fuertes; no tenemos tanta altura. Hay excepciones, como nuestro Patrick Tape, que es un 2,08 de 24 años. Pero de eso no lo hay mucho. La falta de altura ha sido una característica típica, pero sí tenemos buenos manejadores de balón, defensa, jugadores que se mueven bien al contragolpe… En Costa de Marfil se juega mucho baloncesto a nivel escolar y universitario. Se juega durante dos o tres meses en unas 20 ciudades y hay una final nacional. Luego, las federaciones organizan las competiciones oficiales. Siempre, eso sí, que no haya periodos de mucha lluvia, porque no se puede competir; ni en periodo escolar. Porque los padres no ven el deporte como una salida. A veces, prohíben a sus hijos o hijas ir a entrenar.

¿Pero la mayoría de jugadores de la selección vienen de Francia?

No. Mucha gente me hace esa pregunta porque todo el mundo lo cree así. Yo he manejado una lista de 32 en la que muchos están jugando en casa. Hay algunos que juegan fuera, pero yo como director técnico estoy interesado en que, cuantos más vayan de casa, mejor (los tres posibles naturalizados, Costello, Poythress y Deon Thomson, no están). Quiero que los jugadores que se críen en el país vean que pueden hacer méritos para ir a la Selección. Souleiman Diabate es un producto de Costa de Marfil; y Cedric Bah es hijo de uno de los que me inspiró a mí a jugar el baloncesto, que era el pívot de Costa de Marfil en el Mundobasket de 1981. Tenemos dos que han jugado en España (Cantabria y Lleida), otro que jugó en Portugal. Uno más juega en Alemania, y otro en Gran Bretaña. Y hay cinco jugadores que juegan en la Liga francesa.

Sabe que en España se hizo muy famoso el ‘Angolazo’ de los Juegos de Barcelona en 1992, y que cada vez que España juega contra un equipo africano existe el mismo runrún.

Está bien que lo diga; porque queremos reproducir lo de Angola en 1992.

¿Creen que tienen ese talento realmente para hacerlo?

Antes de empezar esta concentración, yo sabía que, a nivel táctico y técnico, España estaba muy por delante y que una de las partes claves era la preparación física. Por eso acudí a un espacialista que conocía de Málaga, Ignacio Batallán, para que pusiese en forma a la selección. Nuestros jugadores tienen buenas características físicas pero hay que intentar equipararlos, por ejemplo, a Víctor Claver, que para mí ha sido un jugador superlativo. Físico y atlético. Es un jugador NBA. También a Llull, que ha sido el mejor jugador de la ACB en los últimos nueve o diez años, cogiendo el testigo de Navarro. Junto a Rudy… Respetamos mucho a España, pero como competidores, vamos a hacer lo que debemos para acercarnos al éxito. Y no estamos lejos. Siempre me ha gustado el sello de lo yugoslavo, porque siempre he creído en su escuela. De ahí el fichaje de Dejan Prokic como seleccionador. Creo que se acerca eso. En España todo el mundo quiere saber cómo va a quedar un partido antes de jugar pero eso no puede ser… Para nosotros es un privilegio medirnos a España, a Sergio Scariolo, Ángel Sánchez Cañete que es uno de los mejores analistas en estadísticas avanzadas, Enrique Salinas… Es un desafío. ¿Ganar? Ya se sabrá cuando se pite el final.

Han hecho una concentración larguísima. ¿Por qué?

Hablando con Vincent Collet, a él le hubiese gustando también haberse concentrado antes porque durante la temporada tienes poco tiempo para preparar a los jugadores. No es fácil meter nuevas ideas a jugadores que llevan toda la temporada con otro equipo. España lo puede tener más fácil porque Rudy, Claver, Abrines, Llull; y hasta los más jóvenes, Brizuela, Parra y Alberto, llevan con España desde que tienen 12 o 13 años, cuando empieza la metodología de la FEB y ellos se la saben de memoria. Nosotros teníamos 32 jugadores y nos teníamos que adaptar a nuestra identidad. No tenemos a un jugador tipo Pau Gasol, con 2,14 que te garantice ciertas cosas así que hay que inculcar unas pautas, una rutina. Por eso Dejan Prokic decidió arrancar con 45 días, para que nos conociésemos más.

Si tiene el talento físico y técnico, ¿qué le falta a la selección africana para ponerse en la élite?

Es una pregunta interesante para encontrar una respuesta que se aleje de los tópicos. La fórmula sería que no existiesen esos problemas sociopolíticos que hemos comentado y que hubiesen métodos adaptados a cada país. Porque el jugador de Senegal tiene sus características, los de Nigeria otras, que por cierto se adaptan a las nuestras; las de Sudán, el norte de África. Para cada uno de esos países, la clave sería hacer un trabajo continuo y estable y que cada jugador y jugadora pudieran trabajar ocho o nueve meses seguidos durante una temporada. Falta estabilidad y faltan instalaciones, canchas. Puedes ir a los clínics de Sergio Scariolo, Pablo Laso, Obradovic, pero necesitas unas plataformas para implementarlos en los países africanos. Los chavales tienen que jugar sobre cemento o sobre un parqué obsoleto. Hay que trabajar con estabilidad. Es la rutina la que te permite crecer; y la que permitiría llamar a la FEB y traer a Costa de Marfil a los equipos de España, desde el más pequeño al absoluto. Para un país europeo, a nivel deportivo incluso, no es fácil decir que van porque no saben con qué tipo de cancha se van a encontrar. Y luego res necesario que ministro de Asuntos Exteriores diga que se puede viajar tranquilamente a ese país. Siempre hay esa preocupación. Lo que permitiría que creciera el interés de la prensa y la gente, por ejemplo, es que selecciones como Argentina, España, Serbia, pudieran venir. Eso es lo que hace falta. Pero la pobreza de los elementos impide que haya algo nivel. Si nuestros jugadores hubieran empezado con las herramientas que hay en el Joventut, Estudiantes, Gran Canaria o Unicaja, once o doce serían de nivel Eurocup o Euroliga.

Por lo que se ve, se sigue perdiendo talento en la cadena.

Se pierde porque, si yo soy padre, el deporte no va a ser una prioridad si mi hijo vive en Costa de Marfil. Mi hijo no puede estar bajo la lluvia, o resbalándose y lesionándose porque eres su padre y lo proteges. Y a nivel de club, no es fácil decir que entrenan cuatro días a la semana porque para las familias es imposible. Las familias trabajan. Si mi hija tiene que ir todos los días a Abidján, Bouake, San Pedro, dicen que no. Y si son más de las 21:00 horas, las canchas no tienen luz. Es una problemática y por eso es más difícil ver jugadores como Olajuwon en su día. O Savané. O Lavodrama…

Una pregunta más personal. Son una familia con 19 hermanos. ¿Eso cómo se lleva?

Es fácil. Mi padre era muy macho entre comillas (risas), da igual. De mi madre somos ocho hermanos y de la segunda esposa de mi padre, siete. Eso son quince. Y mi padre, como conquistador, tuvo otras relaciones que permitieron ofrecernos más hermanos.

También tiene un don para los idiomas. ¿Cuántos habla?

Usted trabaja en el AS. Eso ya me lo preguntaron como quince veces así que revise la documentación… (risas). No, me gustaban los idiomas. En muchos países africanos, como en España, se hablan varios idiomas, En España se habla catalán, euskera, gallego, bable en Asturias. Pues en muchos países tienes la suerte de escuchar cómo se dice agua en dos o tres idiomas. Y en mi país, por el vínculo con Francia, se habla francés y sango. Pero toda mi familia no es así, ¿eh? A veces pongo artículos en español o inglés en el grupo de wasap que tengo con mis hermanos y me piden que les traduzca. A mí siempre me encantaron los idiomas. Mi padre tenía libros en su biblioteca y me encantaba leerlos en todos los idiomas.

¿Pero cuántos idiomas habla?

Más de cinco, menos de nueve (risas)…

Son días también agitados a nivel social en España, a vueltas con el machismo. Usted llegó en los 80 a España, un país que aún no había dado los pasos necesarios para erradicar otra lacra, el racismo. ¿Cree que nuestro país está mejor?

Es que España tiene mucha más cercanía con África que con Latinoamérica, por ejemplo. España ha tenido una cultura que venía de África durante 800 años. Siempre se ha intentado crear un conflicto con esa cultura que hay en España y algunos se aprovechan para instigar y fomentar rechazos, conflictos…, formas de rechazar otras razas. Siempre me molestó en España, cada vez que había algo un poco tal, que la persona señalada era gitano, o sudaca. Que se dijese que eso era “un trabajo de negros”, que se dijera “me pone negra” cuando alguien no te caía bien. Yo no lo he vivido porque, como deportista, siempre se identifican con nosotros. Y España está mucho mejor, pero saltan a la palestra titulares. Y luego hay un partido político que reivindica lo que es el españolismo… Y por eso en el País vasco o en Catalunya, la gente quiere tener su propia identidad. Lo de España es interesante porque llevo 38 años; y gente que tiene 27 o 30 años me quieren explicar a mí lo que es España… ¡Que conozco toda España! Por lo que he viajado y por el baloncesto. España ha mejorado, es mucho más multicultural. Y viven más con ellos. En mi familia hay gente que viene de Galicia, de Catalunya, Y nunca hay ningún problema hasta que interviene el componente político. Ahí es cuando se intentan crear barreras de contenido racial. Y luego, los medios de comunicación sois muy importantes. Hay plataformas que buscan conflictos porque creen que le será rentable y lo que hay que hacer es fomentar la cordialidad. España me encanta y parte de mi familia es gallega y no hay problemas. Pero como a veces se lee de los extranjeros, la inmigración ilegal, siempre se crea el estado de alarma. Existe y eso será así siempre, pero los que vivimos aquí adoptados hemos vivido con amigos que nos han hecho sentir bien. Me fastidia que en Ferrol, donde han nacido mis hijos y mucha gente me conoce, algunas personas les pregunten de dónde son. Eso me duele y me parece muy ignorante de parte de la sociedad española.

¿Ha cruzado alguna apuesta con Manolo Aller? En Ferrol, como usted mismo ha dicho alguna vez, jugaban “de memoria” (durante la entrevista, su ex compañero pasa sin percatarse de la conversación).

Manolo es mi hermano. Somos de la misma quinta, él es un poco más nervioso que yo. Es de Ponferrada encima (risas) y es uno de mis mejores amigos y hermanos. Como el padre de Santi Aldama, que es uno de mis mejores amigos de toda la vida. He competido en Huesca, en el CAI Zaragoza. Pero conozco a Santi Aldama hijo desde que nació. Mi hijo fue a la cantera del Estudiantes. Yo conozco a Darío Brizuela desde que era pequeño, a Alberto Díaz.. A Luis Guil, Ángel Sánchez Cañete… He entrevistado a todos en Málaga. Con Enrique Salinas… (lo llama durante la entrevista para abrazarse). ¡Le iba a hacer una oferta!