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SELECCIÓN | MUNDIAL

La tercera encrucijada de Scariolo

El italiano se enfrenta a su tercera prueba de fuego con la Selección tras la renuncia de Ricky Rubio. Las Ventanas y el Eurobasket 2022 fueron antes.

Sergio Scariolo da instrucciones a Juan Núñez con Jaime Pradilla, Alberto Abalde y Santi Aldama de fondo.
feb

La Selección afrontaba con optimismo el Mundial de Filipinas, Indonesia y Japón (del 25 de agosto al 10 de septiembre) como actual campeona intercontinental, europea y número uno del ránking FIBA por primera vez en su historia. Un escenario idóneo en el año del centenario. Un triplete glorioso capitaneado por Sergio Scariolo, que se ha encontrado, de golpe y porrazo, un problema de primera magnitud con la renuncia de Ricky Rubio.

El base del Masnou, que ya faltó al Eurobasket de 2022 por la rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda que sufrió en diciembre de 2021, ha decidido parar su actividad profesional para cuidar su salud mental. “En La Familia, desde siempre, las personas vienen antes de los resultados”, aseguró en redes sociales el mago de Brescia, que se ha encontrado de nuevo en una encrucijada: sin Ricky ni Lorenzo Brown (baja por lesión), deberá cuadrar el círculo en el puesto de base para hacer una vez más competitiva a la Selección.

La principal alternativa es la de Juan Núñez, que aterrizó en los entrenamientos del equipo en miércoles y ya jugó el amistoso ante Venezuela. El base del Ulm alemán es del gusto del italiano, que siempre ha mostrado confianza en él, en su proyección y en su futuro. Pero no es la única opción: sin tocar la lista original de convocados para el Mundial, Jaime Fernández y Alberto Abalde pueden hacer la función de unos. La última posibilidad es llamar a alguno de los directores de juego que empleó durante las Ventanas de clasificación como Sergi García, Ferran Bassas, Quino Colom y Dani Pérez.

Las Ventanas

Sea cual sea la decisión, es otra prueba de altura para Scariolo que en el pasado ya tuvo que saltar otros dos muros que parecían imposibles. Y lo hizo con mucho éxito. El primero, en 2017, cuando la FIBA marcó noviembre como la vueltas de las Ventanas. Partidos de clasificación en mitad de la temporada de clubes que provocaron un cisma entre la federación internacional y la Euroliga, que dejó claro que no iba a parar su competición lo que impedía a los jugadores Euroliga (y también NBA) no pudieran ser convocados.

Y ante una situación límite, la solución. La FEB y Scariolo se adelantaron al resto de países y llevaron a cabo la concentración de Benahavís en el verano de 2017. Una idea que amplió la base de la Selección y permitió levantar el Mundial 2019 y el Eurobasket 2022 con jugadores como Jaime Fernández, Sebas Saiz, Alberto Díaz…

Eurobasket 2022

El segundo test para el genio de Brescia llegó el pasado verano. España partía lejos de los candidatos para conquistar el Eurobasket en pleno proceso de transición tras las despedidas en Tokio 2021 de Pau y Marc Gasol, y de Sergio Rodríguez, y las lesiones de Ricky Rubio y de Sergio Llull en el último momento. El puesto de base otra vez en cuarentena. Y la FEB y Scariolo se pusieron a trabajar. Nacionalizaron a Lorenzo Brown (al que el seleccionador conocía de su etapa en Toronto Raptors) para cimentar una posición para la que no se veía a nadie con la suficiente calidad contrastada para hacer de España un equipo competitivo.

La solución Lorenzo fue un éxito al igual que el movimiento de Juancho Hernangómez del cuatro al tres y la inclusión de Alberto Díaz por Llull con el cambió forzado en la filosofía de juego (más defensa, más trincheras) para conquistar la cuarta corona continental de siempre para España. Ahora, Scariolo y su staff tienen su tercer viaje por un laberinto de incierta salida, pero si las otras dos veces todo salió bien ¿por qué no confiar?