La Cabo Verde de Walter Tavares hace historia en el Mundial

Un partido para recordar en el archipiélago de Cabo Verde. Para el país más pequeño de la historia del Mundial de baloncesto, porque no llega ni a los 600.000 habitantes, este torneo es una bendición. Se estrenan y quieren hacer ruido. Ya son noticia al tener presente en la convocatoria a todo un Walter Tavares, pívot del Real Madrid, pero quieren serlo por más cosas. El equipo africano ha logrado en la segunda jornada de la fase de grupos (F) un triunfo histórico, por ser el primero en la Copa del Mundo de la FIBA, frente a una Venezuela que se dejó ir. 75-81 para ellos. Les deja, además, vivos de cara a la segunda ronda. Se jugarán el pase, que ya sería la repanocha, contra la Eslovenia de Doncic el próximo miércoles.

No será porque no lo quisieron. Y al final lograron el objetivo. Lo vieron en peligro durante la primera mitad por la mala rotación del entrenador caboverdiano, Emanuel Trovoada, con el interior madridista. Justo cuando le sentó en el segundo cuarto, poniendo sus dos faltas como excusa y sin querer arriesgarse a más, los americanos pegaron un estirón que encendió las alarmas en el contrario. 16-2 fue el parcial con el que se cerró ese periodo, con Chourio, Colmenares y Sojo (13) como impulsores del mismo.

Sabía que había cometido un error el técnico de Cabo Verde. Tavares no estaba jugando bien: era defendido con maestría y no alcanzaba a leer bien el juego para ofrecer otras alternativas. Es el eje pivotal del equipo y es necesario que haga de todo, como ocurre con otras estrellas en selecciones.

La remontada comenzó a hacerse patente a mitad de la tercera manga. Sobre todo de la mano de Almeida (18), que puso todo su conocimiento al servicio del ataque: sacó faltas, penetró con astucia, peleó rechaces y, en definitiva, supuso un revulsivo para un conjunto que no sabía a qué camino lanzarse. Tavares también se fue creciendo, porque no todo es anotación, para poner freno a la heterodoxa ofensiva que están desplegando los venezolanos este verano. Los jugadores se convirtieron en una sola unidad.

La esperanza del país estaba puesta este lunes en la victoria. Más después de que Michael Carrera, nuevo fichaje de Movistar Estudiantes y clara referencia en la selección que dirige Fernando Duró, se lesionara y se marchara sin poder apoyar cuando todavía quedaban ocho minutos de juego.

Al final se decidió todo por el cambio de tendencia y el entendimiento de Cabo Verde de todo lo que estaba ocurriendo. Tavares no tenía el partido de cara a canasta (metió su primera canasta cuando sólo faltaban 7:53 para terminar; metió 6 puntos y erró tres de sus cuatro tiros en juego), pero se vistió de catalizador cuando le llegaba el balón. Lo que se le pedía. Además pudo ejercer de monstruo comeniños, como hace en Europa en la temporada de clubes: infundió miedo en los rivales como defensor, firmando 14 rebotes, 3 robos y 2 tapones, simplemente por su presencia en la cancha. Por eso se entendió menos la decisión de Trovoada antes del descanso. Al insuflado Almeida se unió el otro Tavares, Will, que metió 20 puntos y, sobre todo, el exACB Betinho Gomes, nacionalizado después de años jugando con Portugal, que fue el máximo anotador del encuentro con 22 tantos. Venezuela evolucionó en una máquina de perder la cabeza, también los balones, y se autorreservó la pena: su segunda derrota en el torneo y el quedarse ya sin opciones de clasificación. El parcial del cuarto periodo fue esclarecedor: 9-22. Los aficionados caboverdianos presentes en el Okinawa Arena y los que se despertaron en el país a seguir al equipo (terminó aproximadamente a las 10:00, hora local) se llevaron uno de los alegrones de la historia de su deporte.