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MUNDIAL | ESPAÑA-C.D.M.

Elefantes para empezar

Costa de Marfil, número 42 del ranking FIBA, rival en Yakarta en el debut en el Mundial de la Selección de Scariolo, que defiende el título.

La piña de la Selección en la pista auxiliar del Yakarta Arena
FEBFEB/EFE

La Selección española de baloncesto, número uno del ranking FIBA, se ha venido a la lejanísima Yakarta para empezar una defensa del título de campeona del mundo que empieza este sábado en el Indonesia Arena (15:30 horas, La 2) ante Costa de Marfil, número 42 del ranking. En estos días de vísperas, saltan innumerables flashes. Aquella Serbia de Jokic y Micic, dirigida por Djordjevic favoritísima para el título sorprendida en la Wuhan que meses después se hizo universalmente conocida por albergar al paciente cero del Covid-19; el inolvidable partido de semifinales contra Australia, con puntos de dramatismo extremo; y, cómo no, el capitán Rudy levantando la Copa Naismith en el Wukesong de Pekín.

Aquello pasó, pero está bien rastrear sobre las huellas de aquel equipo que aterrizó rodeado de pocas expectativas, jugó una primera fase discreta y luego se agigantó conforme crecía el nivel de dificultad. De aquella Seleccción sobreviven el tridente vintage (Rudy, con 38 años; Llull, con 35; y Claver con 34) más los Hernangómez. Ellos conocen el camino, pero también los conquistadores del oro de Berlín: Garuba, Joel Parra, Brizuela y Alberto Díaz. A los ocho campeones se han unido Alex Abrines, que sueña al fin con romper en un gran torneo con la Selección; y dos Golden Boys: Juan Núñez y Santi Aldama.

Puede que esas dos Selecciones, como ha admitido el mismo Scariolo, tengan algo de irrepetible. Pero por qué no plantearse lo original una tercera vez. Esta vez, el maestro de Brescia ha diseñado un nuevo plan. Admitiendo que, de llegar, el cruce de cuartos sería feroz (Australia, la mejor Alemania en años o la Eslovenia de Doncic); y que el primer objetivo, y nada fácil, es ser una de las dos primeras selecciones europeas (Francia aparte) para garantizar la plaza para los Juegos de París, Scariolo pretende una Selección que juegue a toda máquina y dé el cien por cien desde el inicio del torneo. Veremos si está preparada para ello, Condicionada como ha estado su planificación por las ausencias, primero de Lorenzo Brown y luego de Ricky, la personalidad de la Selección está obligada a ser otra, con mucha menos concentración de jugadas en unas solas manos. España deberá compartir la pelota como nunca y defender como un lobo para poder correr. Luego, poder jugar los ataques estáticos con la sabiduría que hizo en Berlín, donde minimizó las pérdidas y supo elegir cada jugada como la última, vendrá más adelante.

El estreno es relativamente sencillo, pero merece respeto. Los Elefantes de Costa de Marfil son la selección número 42 del mundo. Su líder espiritual, el mítico Anicet Lavodrama, se ha inventado junto al seleccionador, Dejan Prokic, una concentración larguísima de 50 días que contó hasta 32 jugadores y en la que ha convertido en Ignacio Batallán, un ex jugador de volley-playa argentino afincado en Fuengirola que ha trabajado, por ejemplo, con Alejandro Davidovich en el circuito ATP, en su gurú de la preparación física. “Muchos no han trabajado nunca su físico cuando son diamantas de un potencial admirable”, cuenta Batallán a AS en el hotel Fairmont de Yakarta, donde Costa de Marfil comparte hotel con España y el resto de equipos de los grupos G y H. Los Elefantes, que llegan un equipo desconocido, trabajaron dos semanas en Bayona, también estuvieron concentrados en Blazic (Bosnia) y han jugado hasta nueve amistosos: dos contra Guinea, dos contra Bosnia y ante Portugal, Chequia, Jordania, Líbano y Filipinas. A un equipo relativamente débil han sumado la ausencia del naturalizado. A sus 35 años, Deon Thompson ha renunciado; Matt Costello, el “Elefante blanco” lo llama Lavodrama, fue padre recientemente y pidió un descanso. Y a Alex Poythress, operado el año pasado de una muñeca, le pidieron en el Olimpia Milano, su nuevo club, que se abstuviera. Debería ser una tarde tranquila para España en la bulliciosa Yakarta. Pero si la Selección ha llegado hasta aquí, es a través de la humildad. Que empiece la aventura.