Descubriendo al USA Team
La superpotencia del baloncesto se presenta en Málaga ante Eslovenia sin grandes nombres pero con una idea clara de lo que quiere en el Mundial. Haliburton, Brunson, Ingram o Jaren Jackson, alguno de sus grandes nombres.
A Steve Kerr se le ve radiante. Ha vuelto a Málaga, el lugar que conoció hace 37 años en el Mundobasket de 1986 (que acabó en casa por una lesión que le llevó de vuelta a Los Ángeles), y se ha instalado confortablemente en El Higuerón, donde ha aterrizado una expedición de más de cien personas que incluye a su hija, su yerno y el bebé que le ha hecho abuelo. Kerr, que fue leyenda como jugador (es historia su famosa frase “I’ll be ready” a Michael Jordan antes de meter el tiro decisivo del sexto partido de las Finales de 1997 ante Utah Jazz), terminará de poner en marcha a partir de este sábado (21:30 horas) contra Eslovenia al USA Team que tiene el desafío, desde el anonimato, de devolverle la corona de campeona del mundo a la superpotencia yankee.
El USA Team que ha aterrizado en Málaga no es un equipo conocido para el gran público. No están las grandes vedettes de la NBA (Lebron, Durant, Curry, Tatum, Leonard, Harden, Davis) pero igual dentro de unos años la gente que haya pagado el abono del Carpena sí recuerda que por allí pasó un equipo joven que incluía al mejor defensor de la temporada 2022-23 (Jarent Jackson), el mejor rookie (Banchero) o el número de 2020 (Anthony Edwards). Además de un considerable talento en la posición de base (Haliburton y Brunson), clase en Brandom Ingram, el glamour que siempre pone un laker como Austin Reaves o la curiosidad por saber qué pasó con el indomable carácter de Bobby Portis, el chico que agredió a Nikola Mirotic cuando eran compañeros en los Bulls. Portis es, con 28 años, el jugador más veterano de un equipo en el que es difícil saber cuáles serán los roles, más teniendo en cuenta que es un equipo pequeño con apenas un siete pies (Walker Kessler, que ha jugado muy bien en Utah este año).
El USA Basketball Team que ha aterrizado en Málaga con una expedición de más de cien personas y un staff que supera la mitad, hasta el punto de que no hay manera casi de acreditarlos, ya no es aquel equipo de ensueño que aterrizó en Barcelona en 1992 y que pudo ganar aquellos Juegos casi sin dormir y con un espíritu salvajemente ocioso. Aquí hay cientificidad y laboratorio. El Big Three no está en la pista sino en el banquillo (Steve Kerr, Erik Spoelstra, Tyronn Lue). Siete anillos en los manos para dirigir jugadores nuevos, aún en formación, pero con perfiles moldeables al baloncesto FIBA. Málaga los descubre hoy.