Claver, 16 años de guardia con la Selección
Scariolo, que siempre ha creído en él, lo sigue viendo como una pieza clave en momentos decisivos. Llegó sin plaza fija a la concentración pre-Mundial y ha empezado volando.
“Partidazo. No tengo otra palabra”. Sergio Scariolo se rindió al partido de Víctor Claver en el debut ante Irán: 3/3 en triples, tres asistencias, tres rebotes y un +19 con él en los apenas 13 minutos que estuvo en la pista. Unos números que demuestran todos los intangibles que maneja este valenciano que el miércoles cumple 35 años; y que lleva 16 de guardia con la Selección. Invitado en 2007 y 2008 a aquellas inolvidables concentraciones en Bahía Sur, San Fernando, en las que aprendió los códigos de la Familia en las cenas de matrícula del Ventorrillo, sigue al pie del cañón.
La de Claver es una historia de superación para seguir haciendo lo que más le gusta, jugar al baloncesto. Operado en 2009 del tobillo derecho, del menisco externo de la rodilla izquierda en 2017; luego, en 2019, se rompió la fascia del pie izquierdo; y, en 2020, fue intervenido de la fascia del derecho. El año pasado tuvo que renunciar al Eurobasket para cuidar sus tobillos. Pero no se había ido. Pese a un año complicado de lesiones, incluido un fuerte golpe en las costillas en un partido contra el Fuenlabrada que hizo temer lo peor, le confirmó a Sergio Scariolo que estaba listo para subirse a bordo de esta nueva aventura que ha empezado en Indonesia. “Agradezco a Víctor que venga sin tener el puesto asegurado”, dijo el italiano al principio de la concentración. Y aquí está Claver, en Indonesia, después de una preparación inmaculada que le llevó a ganarse, como un novato, un sitio entre los doce. “Agradezco a Sergio su oportunidad; este mes me ha servido para coger sensaciones”, correspondió el cumplido del seleccionador en la previa del estreno ante Costa de Marfil.
Claver fue clave en el oro del Mundial de 2019. Componente junto a Ricky, Llull, Rudy y Marc del quinteto de seguridad de Scariolo (Víctor siempre jugaba los últimos minutos en lugar de Juancho, entonces más joven), secó a Gallinari o Ponitka rumbo al oro del Wukesong. Siempre ha tenido un papel de especialista. Con los años, fue ganando seguridad en su juego y hasta trabajó el aspecto mental con entrenadores personales como Roger Esteller (“ahora soy más consciente de lo que está en mi mano y lo que no”, dijo en una entrevista con este medio en 2019). El miércoles soplará soñando de nuevo con grandes cosas.