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AMISTOSO

Canadá manda un aviso y Alberto Díaz da el susto en Granada

España se desfondó en la prórroga del amistoso de Granada y la selección de Jordi Fernández se llevó el partido con un brillante Gilgeous-Alexander (22 puntos). Garuba y Claver, noticias positivas en España. El malagueño se marchó tocado después de una caída fea.

GRANADA, 17/08/2023.- El jugador de la selección canadiense de baloncesto Dillon Brooks (c) se dispone a lanzar ante Joel Parra (i) y Juancho Hernangómez, ambos de España, durante el partido del Torneo Ciudad de Granada que los combinados nacionales de España y Canadá disputan hoy jueves en el Palacio de Deportes, en la ciudad nazarí. EFE/Pepe Torres
GRANADA, 17/08/2023.- El jugador de la selección canadiense de baloncesto Dillon Brooks (c) se dispone a lanzar ante Joel Parra (i) y Juancho Hernangómez, ambos de España, durante el partido del Torneo Ciudad de Granada que los combinados nacionales de España y Canadá disputan hoy jueves en el Palacio de Deportes, en la ciudad nazarí. EFE/Pepe Torres Pepe TorresEFE

Como si quisieran ensayar un escenario dramático en la segunda fase del Mundial de Yakarta, donde muy probablemente se enfrentarán, España y Canadá llevaron su amistoso en Granada más allá de los 40 minutos. En la prórroga ganaron los de Jordi Fernández (80-85), equipo joven y atlético que mandó un aviso. Incluso construyéndose y conociendo el universo FIBA como están, tienen baloncesto y piernas. Serán un peligro en Indonesia, especialmente Shai Gilgeous-Alexander (22 puntos), a quien terminó ayudando muy bien en la prórroga el knick R.J. Barrett. España, sin embargo, tampoco se marchó con mal cuerpo del amistoso. Llull regresó y eso es un primer paso; Garuba estuvo exuberante hasta que le aguantó la gasolina; Claver sigue siendo un seguro; y la única mala noticia fue un susto de Alberto Díaz que, esperemos, quede en nada. A seis minutos del final, se enganchó las piernas con Ejim, curiosamente su compañero de equipo en el Unicaja, y se asustó. Veremos qué dicen las pruebas y si todo quedó en un susto.

La primera parte, en la que España no alcanzó su primera ventaja hasta el minuto 13 (29-28), elevó a dos nombres propios. El primero, Víctor Claver. Rumbo a los 35 años, que cumplirá en pleno Mundial (30 de agosto), dio un clínic defensivo espectacular en la primera parte. No fueron sus seis puntos; ni siquiera el +10 con el valenciano en la pista. Fue su privilegiado lectura defensiva del juego, cómo tocaba cada intento de penetración de Olynyk y hasta cómo se desesperaba con algún compañero cuando no era capaz de leer como él su interpretación de la jugada. Claver, que llegó sin el sitio asegurado a la concentración, se ha ganado a pulso, tocando madera, un sitio entre los doce de Yakarta. Y al lado de Claver, Garuba. Recuperado de su problema en el tobillo derecho, el chico criado en Azuqueca de Henares, fue un ciclón. Con hambre de cancha y de minutos, subió la intensidad defensiva de la Selección y ayudó a darle la vuelta a un partido que la Canadá de Jordi Fernández había empezado en ventaja con los triples de Barret y los fundamentos de Shai Gilgeous-Alexander, que ha heredado el talento físico de su madre, Charmaine, ex atleta olímpica en los Juegos de Barcelona por Antigua y Barbuda. El partido se fue al descanso 44-40 con la aparición simultánea, y positiva, en la cancha de un tridente vintage: Llull-Rudy-Claver.

Scariolo, que también se tomó el partido como una buena manera de escrutar a Canadá, quería ver más cosas en el tercer cuarto. Por ejemplo, Abalde, que apura sus opciones de estar en el Mundial y mezcló aciertos con algún error que le pone en una situación más complicada. Willy echa en falta, de momento, más generadores de juego y se pasó casi toda la segunda parte en el banquillo. A pensar soluciones a su juego. España echó de menos sus puntos y se agarró de nuevo a la defensa. El partido se ensució algo. La Selección apenas llegó a los 12 puntos en el tercer parcial; y Canadá, 15 puntos, no hizo mucho más.

El partido se acercó a un final igualado y Jordi Fernández y Scariolo enseñaron más armas. Canadá, al gigante Edey y las penetraciones de Bell-Haynes; España, los triples de Brizuela y Parra, que deberán dar un paso más con el transcurso de los días. Claro que el susto lo dio a seis minutos para el final Alberto Díaz, que en una de sus defensas bravas se enganchó los pies y dejó en silencio el Palacio de Deportes. Scariolo lo sustituyó para evitar malos mayores y, en cierta parte, el partido quedó en un segundo plano con todos pendientes del malagueño. Hubo prórroga (73-73) después de que ni Brizuela ni Gilgeous-Alexander metieran el último tiro.

España pareció desfondarse en la prórroga (73-80), pero, agarrado a su innegociable capacidad de resistencia, se agarró el partido (78-80). La joven Canadá, sin embargo, se tuvo en la pista con R.J. Barrett a la cabeza y anunció que será un rival duro, con piernas y talento, en el Mundial. Bien estuco conocerlos en Granada.