Anthony Edwards marca el camino
El escolta de los Timberwolves aparece ya claramente como estrella de un Team USA que jugó minutos de nivel muy alto contra una Grecia totalmente superada.
Cuatro victorias en cuatro partidos y, sobre todo, muy buenas sensaciones para el Team USA. Por ahora objetivo cumplido. También en Abu Dabi, donde arrolló (108-86) a Grecia, un equipo ahora mismo con más nombre que nivel. Sin Giannis Antetokounmpo, sin Kostas Sloukas y con marejadas internas que no termina de controlar Itoudis. El bloque de Steve Kerr, que jugó minutos a un nivel verdaderamente alto, se enfrenta el domingo a Alemania. Un rival, ahora, de más entidad que Grecia.
Steve Kerr puede estar contento. Sus jugadores, una USA que no es la A ni la B pero tiene mucho talento y está bien pensada para el juego en estilo FIBA, le dieron muchos minutos para mirar al horizonte con optimismo. Esfuerzo defensivo, juego colectivo, cada vez más cohesión y una estrella que está dejando claro que es el líder, el jugador franquicia de esta selección: Anthony Edwards. El escolta de los Wolves (22 años), paseó ese aire de megaestrella que va en su ADN y se sintió muy cómodo en un rol que por ahora le ha cedido Brandon Ingram, otro go-to guy que está pasando mucho más desapercibido en la preparación. Edwards fulminó a Grecia con 21 puntos en 17 minutos y sensación de que podía anotar a su antojo. En el tercer cuarto, doce puntos muy seguidos suyos, con tres triples, reventaron el marcador (de 54-45 a 69-49).
Durante el primer tiempo (52-41), las pérdidas estropearon todo lo bueno que hizo Estados Unidos, sobre todo antes del primer carrusel de cambios y de que el partido se descontrolara para dar vida a una Grecia con muchas limitaciones. El primer cuarto (32-17) había sido una exhibición con mucho nivel defensivo (5/20 en tiros su rival), transiciones muy rápidas y circulación eléctrica. En esa versión, con Edwards al frente en ataque, Jaren Jackson Jr imponiéndose en las zonas, y una aparición brillante de Austin Reaves, Estados Unidos pareció cerca del mejor nivel que puede dar con este roster.
En la segunda parte, el dominio fue absoluto. La ventaja superó los 20 puntos en varias ocasiones y sumaron jugadores como Portis, alta intensidad en una rotación interior que dio esta vez mucha bola a Kessler, un gigante con atributos muy útil para jugar en FIBA. Mikal Bridges y Cam Johnson, que va a ser muy importante por su muñeca, también jugaron un muy buen partido para una Estados Unidos que sonríe, sigue ganando y da pasos hacia lo que parece una candidatura muy sólida de cara al Mundial. Ahora, Alemania.