Una debacle histórica de Argentina

Parece mentira, pero ha sucedido. Cuesta creerlo, al menos si miras las últimas dos décadas de baloncesto FIBA y los nombres de las selecciones protagonistas. Pero ha sucedido, sí: Bahamas ha dejado a Argentina sin ninguna opción de estar en los Juegos Olímpicos de 2024. El campeón de Atenas 2004, y bronce en 2008, no estará en la cita de París, su primera ausencia olímpica desde Sídney 2000. Un mazazo terrible para el equipo que entrena Pablo Prigioni, que se estrelló (75-82) además como local, en Santiago del Estero.

Era la final del preclasificatorio para el Preolímpico, un pre-Preolímpico que Argentina jugaba como local y en el que buscaba el empujón para no caerse definitivamente de la élite en un 2023 absolutamente negro: en febrero se quedó fuera del Mundial, que comienza esta semana por otra derrota trágica en casa, esa vez en Mar del Plata y contra República Dominicana después de haber tenido ventajas de 17 puntos. Pero esto, con la plaza para los Juegos a tiro, parece todavía peor. Una debacle que confirma que aquello no fue solo un mal día. Los tiempos de la Generación Dorada han quedado definitivamente atrás y Argentina tiene que afrontar un reinicio, una reconstrucción profunda.

El peligro, en cuanto se vio la configuración del torneo, estaba en esta Bahamas de nombre exótico, un extraño para los clásicos del baloncesto, pero con mucha fuerza NBA: Deandre Ayton (el número 1 del draft de 2018, el año de Luka Doncic), Buddy Hield (6 en 2016) y Eric Gordon (7 en 2008), que puede jugar con esta selección aunque disputó en 2010 el Mundial con Estados Unidos. Los tres dieron un recital en la fase de grupos, cuando Bahamas venció por primera vez (89-101) a una Argentina que esperaba que la final fuera otra cosa, cuestión de dureza y experiencia. Y lo fue, durante muchos minutos. Los de Prigioni mandaban (63-59) en el inicio de un último cuarto horrible (12-23). Una condena marcada por los errores en el tiro exterior y el hundimiento en defensa. Cuando el partido estaba en el aire (73-71 a menos de tres minutos del final), Gordon (el que tuvo, retuvo: tiene 34 años) anotó tres triples seguidos mientras Argentina encadenaba fallos (75-80). Sentenció Hield con dos tiros libres y Bahamas, dirigida por el asistente de los Warriors Chris DeMarco, ira al Preolímpico, historia para su baloncesto. Junto a los ganadores de los otros cuatro preclasificatorios: Baréin, Croacia, Polonia y Camerún. Por el camino han quedado Argentina, Nigeria, Turquía, Bosnia…

A las ausencias de jugadores como Laprovittola, Bolmaron y Delía se sumó la lesión en semifinales de Vildoza, un golpe tremendo que dejó muy solo en el timón a Facundo Campazzo, que jugó más de 37 minutos y acabó, desfondado, con 14 puntos y 17 asistencias. Gabriel Deck, su compañero en el Real Madrid, sumó 21 puntos. Pero el único junto a ellos que anotó en dobles figura fue el veteranísimo (40 años) Carlos Delfino (15). Bahamas mostró fuerza competitiva y se puso en manos de Gordon (27 puntos, 6/7 en triples). Además, Ayton acabó con 21 rebotes para compensar un mal día en ataque (10 puntos en 14 tiros). Hield en se quedó en 15 puntos con un 2/11 en triples y 7 pérdidas. Pero a Gordon le entró todo en los minutos decisivos, el equipo apretó los dientes en defensa y logró un éxito gigante, que mantiene vivo su sueño olímpico. Uno tan grande como el descalabro de Argentina, un gigante ahora ya sí definitivamente venido a menos. Ni Mundial 2023, ni Juegos Olímpicos 2024. Ver para creer.