TurquíaTUR
83
AlemaniaALE
88
Finalizado
EuroBasket | Edición 2025 | Final

Una Alemania para la historia

La selección que entrena Álex Mumbrú derrota a Turquía en una final excelente y es campeona de Europa dos años después de conquistar también el Mundial.

Alemania, campeona del Eurobasket 2025 tras superar a Letonia en la final.
Juanma Rubio
Nació en Haro (La Rioja) en 1978. Se licenció en periodismo por la Universidad Pontificia de Salamanca. En 2006 llegó a AS a través de AS.com. Por entonces el baloncesto, sobre todo la NBA, ya era su gran pasión y pasó a trabajar en esta área en 2014. Poco después se convirtió en jefe de sección y en 2023 pasó a ser redactor jefe.
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Alemania se ha sentado, definitivamente, en el trono de España. No solo porque ocupa su lugar como nueva reina del baloncesto europeo: también replica su estatus de campeona del mundo y de Europa de forma simultánea, algo que solo habían logrado, hasta 2022, las antiguas Yugoslavia y Unión Soviética. Cuando lo consiguió la Selección española, pareció un milagro maravilloso con aquella cabalgada de película en Berlín, un no nos cogerán vivos que condujo a un título improbable que abrochó el doblete tras el Mundial 2019. Ahora, el éxito extraordinario de Alemania tiene el peso del plomo, el valor de la lógica. Es un martillo pilón que amarró el Mundial 2023 con un abrazo de oso y ha sido el mejor equipo en el Eurobasket 2025. Solo un poquito mejor que Turquía, pero el poquito que convierte la plata en oro. El 83-88 de la final deja un inmaculado 9-0 para el campeón y un casi perfecto 8-1 para el subcampeón. El casi que convierte el oro en plata.

No hay trucos de magia ni fuegos de artificio con esta Alemania: 21-2 en sus tres últimos campeonatos FIBA, incluido -a las puertas de las medallas- el cuarto puesto en los Juegos de París. Se fue Gordon Herbert y entró Álex Mumbrú, machacado por una pancreatitis pero que se convirtió, entrenando como pudo (mucho mérito) en el primer técnico español que gana un Eurobasket en categoría masculina. Por el camino quedaron los dos mejores jugadores del torneo, Luka Doncic en cuartos y Alperen Sengun en la final. Es la ley del más fuerte, el teorema del cemento alemán. Con Dennis Schröder como MVP del torneo e Isaac Bonga como Mejor Jugador de la final.

Fue Bonga, y tiene mucho significado, el mejor jugador del último partido del Eurobasket 2025. En realidad, un reconocimiento a la profundidad de Alemania, su gran valor diferencial con nueve jugadores del equipo de 2023 que habrían sido once de los doce de no ser por las lesiones de Mo Wagner y Johannes Voigtmann. Cuando Dennis Schröder perdió la brújula antes de unos minutos finales asesinos (su especialidad), y cuando Franz Wagner desapareció después de una primera parte fabulosa, fue el fondo de armario lo que sujetó el partido para Alemania.

Los secundarios ganaron tiempo para que apareciera Schröder, que encontró a tiempo el golpe de instinto: anotó los seis últimos puntos del partido, desde el 83-82. Y acabó con 16 y 12 asistencias, absolutamente de menos a más igual que Wagner fue de más a menos. Schröder entra en el rango de las leyendas: los únicos que tenían el doblete de MVPs en Mundial y Eurobasket eran, antes que él, Sergei Belov, Drazen Dalipagic, Drazen Petrovic, Toni Kukoc, Dirk Nowitzki y Pau Gasol.

Pero entre el arranque de bisonte de Wagner (16 de sus 18 puntos antes del descanso) y el fogonazo de oro de Schröder, empujaron el trabajo en las zonas de Theis y Thiemann y los triples de Obst (3/4), Tristan da Silva (3/4)… y Bonga (4/4). El alero, una pared de músculo, acabó con 20 puntos, 5 rebotes, 3 asistencias y 27 de valoración. Enchufó a su equipo después de un inicio horrible (13-2 en tres minutos), anotó triples difíciles en momentos cruciales (el más importante, con 76-74) y jugó un formidable partido defensivo que incluyó muchos minutos bailando con Sengun cuando Theis se cargó de faltas.

Turquía lo tuvo en la mano

Es el segundo oro de Alemania (el primero, en 1993) y la segunda plata de Turquía, que fue mejor durante muchos minutos. Con un excelente planteamiento defensivo que asfixió a Schröder y dejó sin espacios a un Wagner para el que el tiro exterior es un talón de Aquiles demasiado pronunciado. Con pocas pérdidas, los triples de Cedi Osman (6/9, 23 puntos), la dirección de Shane Larkin (13 puntos, 9 asistencias) y la producción premium de un Sengun que se pasó el partido con problemas de faltas pero que hizo a Turquía mejor en todos los tramos que estuvo en pista… excepto en los cuatro últimos minutos.

Ahí, con ventaja de cinco puntos (76-71) y Alemania en plena confusión, el equipo de Ergin Ataman desaprovechó en un naufragio de malos ataques varias opciones de jaque al rey. Dejó la puerta abierta y Alemania la derribó en cuanto recuperó el oxígeno. Triple de Obst, triple de Bonga... y la guillotina de Schröder.

Ese tétrico final de partido (solo siete puntos en los últimos seis minutos) será el fantasma que perseguirá a una Turquía que llegó al torneo como favorita de segundo rango, jugó como candidata con galones y perdió en los últimos segundos de la final, entre tiros mal seleccionados y con Sengun, que sale de Riga con rango de megaestrella, a la deriva por primera vez en estas casi tres semanas. Turquía, con Ataman resignado, lo tuvo en la mano, pero perdió. Alemania lo vio alejarse, pero ganó. Y es campeona del mundo y de Europa. Un equipo, por lo tanto y desde hoy, para la historia del baloncesto de selecciones. Uno de los grandes.

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