Un proyecto para combatir la diversidad funcional: “Jaylen Brown viene todos los veranos”
Creado para ayudar a niños con diversidad funcional, el Proyecto 675 se expande con ayuda de Manolo Escobar, Berni Rodríguez y José Manuel Calderón. Una idea que empezó con la solidaridad por bandera y que ahora no conoce límites.
El 7 de marzo de 2019, Manolo Escobar contactó con Berni Rodríguez. Ese día le propuso una idea: la creación de un proyecto para ayudar a personas con diversidad funcional. El actual secretario general de la organización conocía dichos problemas muy de cerca: su hija Marina tiene un problema inmunológico que le hacía perder pelo y tender a la obesidad mórbida en caso de no hacer deporte todos los días. Manolo abandonó entonces el mundo del fútbol, al que llevaba muchos años ligado, para centrarse en ella. En su bienestar. En su felicidad. “A Manolo le conocí en una de las primeras actividades que hicimos en el Proyecto 675, donde estábamos todavía explorando, testeando el tipo de acciones que hacíamos. En una de las actividades de tecnificación se me acercó. Él estaba colaborando ya con el club de Nerja y me propuso hacer actividades con dicho club. Así empezó, de manera muy natural. Un día nos reunimos y empezamos a hablar. Y hace ya seis años que somos inseparables”, cuenta Berni a AS.
A Berni no solo le gustó la idea, sino que se volcó en ella. En Nueva York, tanto él como Manolo contactaron con José Manuel Calderón. Ambos jugadores estaban en la recta final de su carrera deportiva e iniciando nuevos proyectos en su retirada. Compañeros de la generación de oro del baloncesto español, fueron campeones del Mundo en 2006, el primero de los éxitos que convirtió a ese equipo en uno de los mejores del planeta durante más de una década. “Berni y Calderón me apoyaron desde el primer momento. Y esto provocó que las familias que tienen problema de salud en sus casas puedan encontrar aquí una vía para hacerlo todo mucho más llevadero. El mérito es de ellos dos, que no tenían por qué y con esto saben que ayudan a mucha gente”, asegura Manolo. “Ambos tienen una conexión especial y una capacidad de empatizar con los demás que ha sido clave en todo este proceso, algo que percibí desde el primer momento”, añade.
El directivo de la organización atendió a AS en agosto, días después de que 23 jugadores de la NBA estuvieran en un Training Camp llamado The Sanctuary (El Santuario), organizado por NBPA en el Basketball Premium Training Center Fuengirola-Higuerón, una instalación que los tres gestionan en Fuengirola (Málaga) y donde también faltaba muy poco para la visita de los Raptors. Entre los baloncestistas que estuvieron destaca Jaylen Brown, último MVP de las Finales. Un “intelectual” en palabras de Manolo, que asegura que la estrella acude cada verano para convivir en The Sanctuary, siendo siempre muy cercano con los niños con discapacidad e interesándose en el proyecto.
Uno que no para de crecer: su nombre es Proyecto 675, por el 6,75, la distancia que hay en el baloncesto FIBA para lanzar triples. Y todo porque son tres los pilares del proyecto: uno social, otro formativo y otro deportivo. Y todo empezó con el primero de ellos: “Queríamos utilizar el baloncesto como vehículo para ayudar a personas con riesgo de exclusión social y con discapacidad, para lo que fue pieza clave la figura de Nacho Bravo, profesional de la Educación Especial y Coordinador de la sección, que aporta toda experiencia y capacidad organizativa en esta materia, garantizando que la metodología desarrollada (conocida como Superbasket, uno de los pilares) sea un éxito que cada vez crece más”, nos cuenta Manolo.
“Empezamos por la parte social y a partir de ahí lo fuimos gestionando. Y se nos fueron abriendo muchas puertas que ayudaban a sostener esa parte, que va a pulmón entre los tres. Era una idea total y absolutamente altruista. Ha sido una evolución, pero siempre desde la parte social”, dice el secretario general. Para Berni, que se encontraba en plena retransmisión de los Juegos Olímpicos cuando atendió a AS, eso es lo más importante: “Este proyecto va más allá del propio contenido que tiene. Para mí es un legado. Yo estoy muy orgulloso y contento de mi parte profesional, me siento un privilegiado, lo he peleado y he conseguido hacer gran parte de mi carrera en Málaga. Para mí lo importante es que pueda quedar esta otra parte de perfil más social, más formativo, que es lo que a mí más me gusta. Y que dentro de muchos años se me pueda recordar más por esta faceta que por la profesional”.
El exjugador, junto a Calderón, colaboran con la organización, codo con codo con Manolo, que es secretario general del Club Deportivo 675 (conocido como la Academia) y el CEO de la parte profesional, The Embassy. La Embajada, situada en Fuengirola (Málaga) y que sirve como sede para proyectos formativos y entrenamientos de equipos profesionales. Pero todo eso llegó después. “Comenzamos creando la Academia con una clara mentalidad inclusiva para jóvenes con diversidad funcional cognitiva que convivían con chicos que no tenían ninguna discapacidad. Esto fue hasta categoría minibasket (12 años), porque entendíamos que esta era la fórmula. Hemos descubierto que el sentimiento de pertenencia para estos chicos, sobre todo los que tienen autismo, ha sido la clave. Son chicos que necesitan sentirse integrados. La misma equipación, el mismo chándal, tener el mismo material que el resto y la convivencia con chicos sin diversidad funcional”.
Un crecimiento exponencial
A partir de ahí, no se paró de crecer. “Desde la Academia desarrollamos Superbasket un método de entrenamiento en baloncesto para chicos con diversidad funcional. Nuestro segundo paso era difundirlo de manera gratuita para todos los clubes que les pudiera interesar. Y ahí nos encontramos a Endesa, que nos ha echado una mano muy grande sobre todo a nivel de difusión. Han creado una plataforma que ha derivado en la creación de casi 40 academias que han seguido esta metodología. Nosotros la ponemos a disposición lo que llamamos superbasketlover.com. Y toman como referencia esta metodología y en tres años hemos crecido muchísimo. Endesa se ha convertido en nuestro principal apoyo. Jamás lo podremos olvidar”.
Y ahora, buscan seguir su expansión. “Nuestro siguiente paso es que la Federación Española de Deportes para Personas con Discapacidad Intelectual como los propios clubes de ACB incluyan dentro de su programa la categoría de superbasket y que esto ya sea imparable. Y que todos los sitios y pueblos de España tengan una categoría dedicada a esto”. Algo de lo que cada vez están más cerca, es más tangible, más palpable. Más real. Y que lo hace apoyados por Endesa y otras asociaciones que han visto futuro en un proyecto que, desde lo social, sigue alcanzando cotas que se pensaban imposibles.
Tanto Berni como Manolo insisten en que el trabajo en equipo ha permitido crecer así al proyecto, de una manera tan brutal. Y que las personas involucradas en el mismo, incluido Calderón, son las que lo han hecho posible. “Me siento un auténtico privilegiado jugando en el mismo equipo que estos dos inmensos seres humanos... con los que además de evolucionar, se disfruta trabajando”, dice Escobar. Algo que Berni lo explica del siguiente modo: “Todas las actividades que hacemos las hacemos juntos y tenemos tanto el proyecto de la Embajada como el Proyecto 675. Y otros muchos que están guardados por si no tenemos tiempo físico para desarrollar”, asegura. Además de rendirse a su compañero en este viaje: “El universo ha tenido a bien a ponerme a Manolo a mi lado, muy cerquita. Tanto por su capacidad de trabajo como por su profesionalidad. Además, tener un amigo cerca haciendo las actividades siempre es mucho más divertido que no teniéndolo. Gracias a él hemos podido incorporar y hacer muchas actividades que en mi cabeza no sabía que se podían llegar a hacer. Y sus habilidades y conocimientos van mucho más allá de lo deportivo y es una pasada poderle tener cerca”.
El oasis
No acaba ahí la cosa. “Nuestra última locura se llama el Oasis, es el centro deportivo inclusivo que vamos a construir en Málaga”, nos cuenta Manolo. No es algo banal: va a ser el más grande de España y uno de los más grandes de Europa. Una especie de “villa olímpica”, tal y como nos cuenta el directivo. La presentación ya está hecha, tendrá 20.000 metros cuadrados. Es un hecho innegable. Y el último gran éxito de una asociación extraordinaria. Algo que empezó con una pista de tenis que les cedió el Ayuntamiento de Málaga (el primer apoyo que tuvieron), una en la que quitaron la red con sus propias manos dos campeones del mundo y el propio Escobar. Entre los tres tuvieron que poner a pulmón 14.000 euros de su propio bolsillo para que todo arrancara. “Berni está más liado ahora que cuando jugaba”, bromea Manolo.
Ahora, quieren llegar a los 3 millones de euros para cumplir el sueño del Oasis y apoyarse en niños con diversidad funcional y con más deportes además del baloncesto. “Mapfre, Fundación Unicaja, Endesa, AUSOL, Viprehome... si bien aún nos queda un poco para conseguir la financiación completa, de ahí que abrimos la puerta a todas aquellas otras empresas a las que pueda motivar ser compañeros de viaje nuestros en este maravilloso proyecto. Que una marca tan potente como Endesa, patrocinador oficial de la Liga de Baloncesto Masculina y de la Liga Femenina Endesa, apoye este proyecto hasta el punto de incorporarlo como una de sus secciones Superbasketlover”, revela Manolo. Y con jugadores NBA que se podrían involucrar en el Oasis. “Tenemos que fomentar superbasket. Que es lo que llamamos baloncesto para personas con discapacidad”, insiste. Algo increíble. Y que empezó con un hombre que quería que su hija estuviera mejor. Que gozara de salud, disfrute y poder vital. “Marina tiene 15 años y es la chica más feliz del mundo”. Objetivo cumplido.
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