TurquíaTUR
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PoloniaPOL
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Finalizado
EuroBasket | Edición 2025 | Cuartos

Turquía roza la medalla al ritmo de un histórico Sengun

Alperen Sengun, con un triple-doble, dinamita otro partido del EuroBasket y lleva a Turquía a semifinales. Encuentro con Polonia sin demasiados problemas.

Turquía - Polonia -
Ints Kalnins
Mike Maestre
Nació en Madrid en 1992. Cursó estudios en Periodismo en la Complutense de Madrid. Entró a AS en 2017 y se zambulló en Baloncesto. Y ahí sigue, entre NBA, ACB, LEB, competiciones internacionales... Ha trabajado, además de aquí, en MARCA, NBAmaniacs, EuroSport, la revista Gigantes o las retransmisiones de Euroliga.
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La parte alta del cuadro ha beneficiado a Turquía en el Europeo de baloncesto. Es palmario. El enfrentamiento de octavos ante Suecia supuso alguna alteración nerviosa pero era lo que era, de lo sencillito. A mirar, si no, cómo cayeron Francia o Serbia en otros cruces. Este martes tocaba dar comienzo a los cuartos de final y lo hacían con Polonia, de las selecciones más rocosas y consistentes de los últimos años en el circuito continental. De nuevo, echando un ojo a lo de alrededor, de los contrincantes con menor nivel a estas alturas del campeonato. Por ello se incidía en lo mismo: los otomanos no podían fallar. Y lo que vendrá después es Lituania o Grecia, el que gane de esos dos. Buen camino para transitar. Es la tercera vez que acceden a semifinales; las otras dos, 1949 en la primera participación de aquel torneo que ganó la anfitriona Egipto y 2001 para una plata que supo amarga porque como locales les ganó Yugoslavia. Nueva generación, nuevas miras. Aquí se está cociendo un equipo para muchos años y este triunfo no hace más que confirmarlo.

Polonia plantó cara hasta donde pudo. 91-77 al darle carpetazo al partido. Esa diferencia, entre los diez y los quince, fue la tónica habitual en Riga a partir del segundo cuarto. El nivel es superior y más si en la plantilla tienes a Alperen Sengun, referencia de los Rockets en la NBA y de los turcos en los torneos de FIBA. Un pívot moderno, que actúa como base, y que firmó un triple-doble de ley (quinto de la historia en el registro oficial; sexto en el oficioso; Stojko Vrankovic (Croacia, 1993), Toni Kukoc (Croacia, 1995), Andréi Mandache (Rumanía, 2017), Mateusz Ponitka (Polonia, 2022) y, hace escasos días, Luka Doncic contra Bélgica en Katowice. La línea estadística es ésta: 19 puntos, 12 rebotes, 10 asistencias, más tres robos, para 33 de valoración en 31 minutos. Es un estrellón. Turquía, además de colectivo, goza de un líder joven -23 años- y que da lo que promete.

Polonia batalló con lo que tenía. Igor Milicic les ha conducido hasta cuartos de final, una vez más, y se pueden dar por satisfechos. Aquí fallaron viejos conocidos de la liga española, como un Gielo que no ha contado lo que debería o un Balcerowski azotado por la calidad de su homónimo turco. Sengun dominó campo y mente. Si bien era un lado factible para la clasificación de ambos, los turcos tienen una o dos marchas más.

Para los que no estén familiarizados con él, Alperen Sengun es un pívot de 2,11 metros -algo inflados- que posee un juego de pies como pocos en el mundo; en base a él baila de espaldas a canasta a muchos de sus defensores. Bote muy bueno para su altura y visión de juego como si fuese el director. Que es lo que es, en toda su extensión, a este lado del charco y al otro. En Houston le escogieron el mismo año que a Garuba tras despuntar en el Besiktas en 16º puesto y hacia el estrellato. Este año, con Udoka en el banco, ha crecido colectivamente. Son todo buenas noticias.

Turquía no es solo Sengun. Bona, su suplente, brilla. Expertos como Sanli, Yurtseven, Osman. Hazer, en crecimiento. Larkin, el naturalizado. Y por detrás viene Kutluay, aún en edad adolescente, formándose en la cantera madridista. Bitim, con pasado en América, ni siquiera participó en este encuentro. Los próximos años son suyos. En el ardiente presente quién sabe si no hablamos de un oro al cuello cuando nos plantemos en el domingo.

Los locales tardaron medio cuarto en entrar al partido. Les despertaron del letargo dos jugadores de los que completan la rotación, Sipahi y Osmani. Buen inicio de Polonia, sí, pero qué poco les duró la gasolina. Hasta que Sengun volvió de su primer descanso en el banquillo. Robo, canasta, dos rebotes ofensivos y palmeo, 2+1 y lío formado. La distancia se había disparado hasta la frontera psicológica de la decena.

Los de Ataman habían acrecentado el ritmo en los ataques, pasando de transiciones sesudas a la comida rápida, y les salió bien.

Kenan Sipahi, de nuevo el ex del Betis y Zaragoza, y Cedi Osman, que después se salió dolido de un tobillo aunque no reviste gravedad, ayudaron a colocar el margen en un punto de seguridad para Turquía de cara al tercer y cuarto periodo. El 27-13 del segundo había sido demasiado.

Los lanzamientos exteriores de Polonia estaban peor ejecutados, en posiciones más complicadas, y se hacía grande la montaña a ascender. No coronaron. La mejora del veterano Ponitka y del nacionalizado Loyd, pretendido en estos momentos por el Real Madrid para reforzar el puesto de escolta, 19 tantos cada uno, resultó estéril. Porque también se vistió con sus mejores galas Larkin, el base real de Turquía, y entre él, Sengun y algún invitado a la fiesta terminaron en alto. Pase a semifinales. Dados los diversos condicionantes, aquí hay candidato a absolutamente todo.

Furkan Korkmaz

El ex de la NBA (jugó en los Sixers) responde con sorna tras meterse en semifinales: "Hasta ahora creía que Joel Embiid era el mejor pívot con el que había jugado en un equipo. Pero ahora tengo que decir a Alperen Sengun".

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