Baloncesto

Sara Okeke: una experiencia americana

La madrileña, una de las grandes joyas del baloncesto español, se ha mudado a Estados Unidos para continuar su explosivo crecimiento en la DME Academy.

Sara Okeke, durante un entrenamiento en la DME Academy.
José Ignacio Pinilla
Licenciado en Periodismo por la Complutense, comenzó en AS en maquetación en 2010. Tras su paso por fútbol, se unió en 2014 a baloncesto. Ha cubierto en directo la Supercopa de 2020, las Copas de 2020 y 2021 y partidos de España de las Ventanas. También el Eurobasket femenino de 2023. Escribió sobre la pandemia de la COVID en el confinamiento.
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El baloncesto femenino español dominó un verano más con pleno de podios. Fueron cinco en total, la plata en el Eurobasket de Atenas y las cuatro medallas en categorías de formación: tres oros continentales y un bronce mundial. Tres primeros puestos con sus respectivos MVPs del torneo. Gina García fue la mejor en el Europeo Sub-20 e Isabel Hernández, en el Sub-16. Sara Okeke reinó en el Sub-18 con una presencia arrolladora. La pívot de 1,93 metros promedió 13,8 puntos y 7,2 rebotes para 16,2 de valoración. Finlandia poco pudo hacer en la final (81-72) para detener a una jugadora especial que se disparó hasta los 23 tantos y 29 de valoración. Un rendimiento excelso para una chica que, con apenas 16 años (ahora tiene 18), tomó una decisión trascendental para su carrera y su vida.

En el verano de 2024, Estados Unidos le hizo una oferta irrechazable. La tentación era demasiado fuerte para la madrileña, que tenía claro que su carrera debía pasar por el baloncesto norteamericano. Aunque a diferencia de muchos otros españoles, la madrileña decidió adelantar su marcha y enrolarse en la DME Academy previo paso a la universidad.

Sara Okeke: una experiencia americana
Sara Okeke, durante un entrenamiento en la DME Academy.

“Me dieron la opción de venirme un año antes aquí, entrenar mucho, hacerme al país y al tipo de baloncesto. No me convencía mucho al principio, pero luego… Creo que he hecho bien. Es como un año de prueba, para ver si me gusta. Y sí, estoy muy contenta”, asegura a AS Okeke desde Daytona Beach, donde debe acabar la secundaria en uno de los centros más prestigiosos del baloncesto escolar en EE UU.

Desde Colmenar Viejo, una pequeña localidad de la sierra norte de Madrid, a Florida. Un largo recorrido para una jugadora que empezó a jugar al baloncesto a los 9 años por no estar todo el tiempo en casa. Un salto de vértigo: “Tenía un poco de miedo al principio. Es un país nuevo, con una nueva forma de baloncesto y no sabía muy bien si encajaría. Dejar a mi familia, a mis amigas... pero es estoy muy contenta”, afirma Okeke, que ve más fácil compaginar los estudios y el baloncesto en su nuevo hogar. Por nivel académico (“Es más fácil que en España”) y por horarios: empieza a las ocho de la mañana su jornada. Cuatro horas y media de clases entre inglés, matemáticas y personal fitness para, a continuación, vestirse de corto y ponerse manos a la obra. “Me gusta bastante más que en España. Allí acababa las clases a las 15:30, empezaba a entrenar a las 17:00, llegaba a casa a las 23:30… terrible. Aquí termino a las 17:00”, revela.

Pero no todo es sencillo. El idioma complica todo un poco. “En mi primera visita, en mayo, no hablé mucho con el entrenador. Él tenía la imagen de que no sabía expresarme en inglés y preparó a la gente. Me hizo gracia porque solo estaba nerviosa”. “Creo que me expreso bien. No es lo mismo que en español, me cuesta más… En las entrevistas post-partido no he sabido muy bien qué decir (ríe). Tengo que mejorar un poco bastante en ese aspecto”, asegura.

Sara Okeke: una experiencia americana
Sara Okeke, durante un entrenamiento en la DME Academy.

El nivel deportivo también es elevado (“hay mucho talento aquí”) en un centro de tecnificación en el que han querido tocar de todo en su forma de jugar. “Los cambios van bien, aunque cuando llegué, me costó un poco. Trataron de modificarme el tiro un montón… ese día, me estresé mucho”, comenta entre risas. “Pero me estoy adaptando bien y estoy muy contenta”, continúa la chica que cerraba los calentamientos con la cantera del Movistar Estudiantes con un mate. Una acción que se hizo viral por su extrañeza (muy pocas chicas los hacen) y que por el momento tiene parada por las rodillas: “Cuando las tenga mejor… (ríe)”.

Sus pasos americanos van dando sus frutos. Pívot cinco estrellas (máximo nivel que se puede dar una jugadora), las universidades ya empiezan a llamar, en un proceso que es “largo y difícil”, a la puerta de una de las tres mejores de la promoción de 2026, según analistas como Michael T. White. “A veces presiona un poco (esas previsiones). Aquí la gente es muy competitiva y estás todo el rato en ese ambiente de rankings, estadísticas… a veces me estreso porque es como si todo el mundo esperara mucho de ti”, reflexiona con madurez.

“Trato de no fijarme ni mirarlo mucho porque creo que son solo números. Y un día puedo jugar genial y al siguiente tener el peor día de mi vida, y eso no significa que sea peor jugadora”, prosigue Okeke, que extraña a su familia, a sus amigas y, sobre todo, la comida: “Necesito volver a España y comer bien (ríe)”.

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