La leyenda del hombre dorado

Hay pocos deportistas que se puedan considerar leyendas y sólo algunos elegidos son capaces de cambiar el rumbo de un equipo. Rudy Fenrnández es uno de los integrantes de este último grupo y lo hizo nada menos que con el Real Madrid. Aunque Pablo Laso ya llevaba un año en el banquillo y los blancos habían ganado la Copa del Rey de 2012 en el Palau Sant Jordi al Barça, la llegada de Rudy desde la NBA el siguiente verano fue el aldabonazo definitivo a un proyecto que ya no pararía de crecer hasta recuperar el trono europeo, el lugar que por historia y dimensión se ha ganado el Madrid.

“Contigo cambiamos el rumbo. Gracias por tanto, Rudy”, rezaba una gran pancarta desplegada en el WiZink Center el pasado 10 de junio. Aquel día los blancos se ponían 2-0 ante el UCAM Murcia en la final de la ACB después de que Rudy metiese 14 puntos, 8 en el último cuarto, en el que iba a ser su último partido ante la afición madridista, que le estuvo aplaudiendo 15 minutos ininterrumpidamente desde que se sentó en el banquillo a 1:30 del final del partido. Pocas veces se ha visto algo así en una cancha de baloncesto. Ahora, ya retirado, tiene otros menesteres igual o más importantes: sus hijos. El mayor le ha salido portero: “Mandan los niños (risas). Que se lo pase bien, está en una edad para pasarlo bien. A mí se me cae la baba viéndolo disfrutar. Era lo que queríamos nosotros cuando empezábamos, pasarlo bien", aseguraba Rudy anoche, ya con su Premio AS Trayectoria en sus manos. Un reconocimiento compartido con Sergio Rodríguez.

Es ya sin duda uno de los grandes nombres de la historia del club blanco. Por lo que supuso su llegada, sí, y también por lo que hizo en la pista durante sus 13 últimos años de carrera: 3 Euroligas, 7 Ligas, 6 Copas, 9 Supercopas y 1 Intercontinental. Antes ya le había dado tiempo a llevar al Joventut a las más altas cotas a las que ha llegado en este siglo. Y, entre medias, vivió durante cuatro años la experiencia NBA, llegando a participar en un concurso de mates del All Star. El primero de ellos fue junto al Chacho: “Hemos vivido muchísimas cosas con la Selección, con el Madrid. Incluso mi primer año en Portland tuve la suerte de vivirlo con él, el Spanish Connection. Me dio muchas asistencias”

Por supuesto, su carrera no se entendería sin la Selección española. Es el único con los seis oros que se han ganado, dos mundiales y cuatro europeos, y también tiene en su vitrina particular las tres medallas olímpicas logradas entre 2008 y 2016. Y es, desde este verano en París, el único jugador de baloncesto masculino con seis participaciones en los Juegos. Un jugador único, que llegó como un ciclón y se fue como un referente. Leyenda absoluta.

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