Rudy Fernández, camina o revienta
Pese a los dolores en la rodilla derecha, el capitán estuvo 30 minutos en la cancha y fue la cruz de guía de la Selección. Scariolo está rendido al madridista: “Es nuestro único líder, sólo puedo darle las gracias”.
“El día que no le duela nada, me preocuparé. Es gigante”. El sábado por la noche, ese era el comentario que llegaba de dentro del vestuario de la Selección cuando alguien se interesaba por el estado físico de Rudy, que reapareció después de su ausencia ante Turquía por un problema en la rodilla derecha. De los 13 minutos de media que acumulaba durante el Eurobasket, pasó a 29:23 minutos.
A Rudy es difícil analizarlo sólo con la estadística. En los papeles aparecen sus 13 puntos, pero no hay sitio para los intangibles. El triple que deja a España a cuatro puntos (66-70) cuando más asfixiada está. Su regreso a la cancha, rápido, en cuanto Scariolo ve que el tren de partido se puede escapar. Su piscinazo para salvar un balón que se escapa o su palmada de ánimo a Garuba cuando acierta y a Pradilla cuando no le da un balón cantado para que se tire otro triple. Eso, por no contar su actividad cuando Scariolo decidió activar la defensa en zona. Cómo acude a las líneas de pase, cómo anticipa qué va a suceder en la jugada. Y luego, su jerarquía para, a sus 37 años y cargado el cofre de medallas, hacerle algunas observaciones pertinentes a los árbitros. A estas alturas, todo juega.
Conexión
Rudy estaba exhausto al final del partido, pero los dos días completos de descanso le permitirán llegar con los músculos a tono para medirse a Finlandia. Scariolo volvió a dedicarle unas palabras de profunda admiración al final del partido contra Lituania. Campeón del mundo en 2006 y 2019, es la correa de conexión que une a la vieja con la nueva generación. El jugador que transporta los valores. “Es un líder increíble. En la pista, trabajando duro, Fuera, también. Siempre fue uno de los líderes, pero estaba más en la sombra por la presencia de Pau, Marc, Navarro. Y ahora es el único líder. Y es un orgullo que esté haciendo crecer a este equipo. Con el legado de los anteriores, pero que también es nuevo. Es lo que hace que esta camiseta sea envidiada en el mundo. Sólo puedo darle las gracias por todo”, dice Scariolo. En un momento de euforia el sábado por la noche, a muchos les dio por imaginar qué sucedería si volviese a verse una imagen similar a la del Wukesong en 2019, con Rudy levantando otro título. De momento, ya ha vuelto a transportar a España a un escenario que nadie esperaba este verano.