Hall of Fame FEB/AS

Rudy: “En 2015 me dijeron que me quedaban dos o tres años de carrera”

Una leyenda como muy pocas en la historia de nuestro baloncesto, el mallorquín entra en el Hall of Fame un año después de su retirada.

El balear disputó 20 temporadas en la Liga ACB y 4 en la NBA, siendo uno de los motivos del cambio de paradigma del baloncesto español. Fue el primer jugador masculino en participar en seis ediciones de los Juegos Olímpicos, terminando tres veces en el podio: dos platas (2008 y 2012) y un bronce (2016). Rodolfo puede presumir de ser bicampeón mundial (2006 y 2019) y tetracampeón continental (2009, 2011, 2015 y 2022).
Fernando Faucha
Nacido en Madrid en 1987. Licenciado en periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. Entró en AS en 2010 en la sección de fútbol. En 2014 pasó a formar parte de AStv, en donde ejerció como redactor y montador. Ya en 2018 recaló en su actual ubicación, la sección de baloncesto, donde escribe de ACB, Euroliga, NBA, Selección española...
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La edad de oro de la Selección española y la década larga de dominio del Real Madrid no se entenderían sin Rudy Fernández. Es el jugador con más partidos jugados con España (266) más medallas ganadas (11, igual que Pau Gasol) y más oros en su cuello (6, todos lo que tiene el equipo nacional en su historia). Y justo tras su fichaje el Madrid jugó una final de Euroliga casi 20 años después. La primera se siete para él, con tres títulos continentales. Aquel adolescente que irrumpió como una supernova en el Joventut hace más de dos décadas entra con todo merecimiento en el Hall of Fame del baloncesto español.

Después de más de dos décadas de baloncesto, ¿cómo lleva lo de estar alejado de las pistas?

La verdad es que bien. Sigo haciendo cosas de los negocios que he ido teniendo, a nivel empresarial y de publicidad. Entretenido, pero también tranquilo, que lo necesitaba para estar con la familia. Tengo una bebé de ocho meses y quería hacer bastante más de lo que antes no podía hacer.

Todo el mundo conoce a su hermana, sus padres también fueron jugadores de baloncesto. ¿Cómo fue de decisivo para su futuro profesional tener esa familia?

Sobre todo mi padre, y eso es algo que estoy viendo yo ahora como padre, lo que quería es que hiciese deporte. Que salga de casa y pueda jugar. Pero mis padres no me impusieron el baloncesto. Al contrario, me dieron toda la libertad del mundo para poder tomar una decisión. Es verdad que al principio empecé jugando al fútbol porque muchos de mis amigos jugaban a este deporte en el recreo antes que al baloncesto. Pero viendo a mi hermana jugar, habiendo visto a mis padres, algún amigo que sí que después empezó a jugarlo, al final me metí yo también. Y bueno, la gente empezó a ver que tenía un talento innato familiar y tomé ese camino.

Rudy: “En 2015 me dijeron que me quedaban dos o tres años de carrera”
Varios jugadores del Joventut, entre ellos Rudy, celebran el título de Copa del Rey de 2008.PAULINO ORIBE

Se muda a Badalona usted solo siendo un niño. ¿Cómo lo llevó?

Pues te puedes imaginar… Con 12 o 13 años, tomar esa decisión fue dura. Pero yo lo tenía bastante claro, sobre todo después de haber visto a mi hermana irse al Siglo XXI. Yo siempre tuve bastante claro que si me dedicaba al baloncesto iba a dar todo mi esfuerzo para poder llegar a lo más alto. Esos primeros años sin mis padres, sin mis amigos de toda la vida, fue muy complicado. El club, a nivel de compañeros y de cantera, me ayudó muchísimo en la adaptación. También tenía la suerte de tener mucha familia catalana y me podía escapar para estar con ellos. Al final salieron las cosas bien.

Manel Comas le hace debutar y Aíto García-Reneses le da las llaves del equipo. ¿Cómo era tener a esas dos personalidades del baloncesto al mando siendo solo un adolescente?

Manel era un entrenador muy veterano, con las cosas muy claras. Él me hizo debutar con 16 años recién cumplidos en un partido que íbamos perdiendo contra el Real Madrid. Pero recuerdo que siempre me empujaba a ser quien yo quería ser. Era una forma de entrenar diferente a la de Aíto. Confiaba más en los veteranos y te dabas cuenta de que era difícil debutar con 16 años. Aíto me dio todas las herramientas para ser el jugador líder que buscaba para el Joventut. Con 18 años me dio toda la libertad del mundo. Era muy metódico, con las cosas muy claras. A esas edades lo que más importa es la confianza y me la dio. Y yo respondí.

Acaba su primera temporada como referente del equipo y va directamente a jugar unos Juegos Olímpicos.

Fue una responsabilidad y a la vez un orgullo que, con esa pedazo de Selección que teníamos, pudiera ayudar a conseguir los objetivos que teníamos. Al final no pudo ser. Creo que competimos muy bien, pero tuvimos la mala suerte de enfrentarnos a Estados Unidos en cuartos. Pero ahí me di cuenta de que iba a pasos agigantados y la gente que tenía alrededor me ayudaba mucho a tener los pies en el suelo. Y también poco a poco me daba cuenta de que iba teniendo más presión a una edad que a lo mejor no tenía por qué. Pero creo que lo asumí bien e intenté dar el máximo con la Selección y con el Joventut.

Aquella Selección a la que llega ya había sido plata y bronce en Eurobaskets, había ganado un partido a Estados Unidos en un Mundial… El núcleo duro empezaba a ser claramente de los jóvenes, pero era gente con un bagaje muy importante. ¿Cómo fue integrarse en ese grupo?

La verdad es que muy adaptado. Siempre lo he dicho, cuando entras en la Selección tienes un ambiente mucho más familiar que te quita un poco la presión de tener a jugadores tan buenos a tu alrededor. Es cierto que los del 80 iban teniendo rangos más importantes. Te dabas cuenta de que eran un poco más mayores que tú y a la vez muy jóvenes. Venían de ser campeones del mundo junior y se veía las ganas que tenían de hacer algo grande. Yo intenté adaptarme para estar a la altura de ellos.

“El concurso de mates lo viví y lo padecí, pasé muchos nervios”

Rudy Fernández

Allá por 2004 no se le pasaría por la cabeza que iba a estar en seis Juegos Olímpicos.

No, ni mucho menos. Al final sabes cómo es el deporte y puedes tener mala suerte con las lesiones, que por desgracia yo también he tenido que vivir. Y luego también las clasificaciones, que no es nada fácil clasificarse para las Olimpiadas. Al final he podido llegar a seis, que es lo que le prometí a mi padre cuando estaba a punto de retirarme.

Entre sus seis participaciones en Juegos y sus seis medallas de oro con España, ¿qué cree que será más difícil de superar?

En las Olimpiadas poco a poco se ve a jugadores más jóvenes. Creo que Patty Mills tiene cinco y puede llegar a los sextos con Australia. Eso lo veo más factible que los seis oros, es muy difícil. La gente creo que no se da cuenta de todo lo que hemos conseguido estos años en la Selección española. Se está viendo. En el Eurobasket, que pude ser embajador, hubo grandes jugadores que a la mínima estaban eliminados. Ahora hay que tener paciencia con esta nueva generación. Será difícil emular esos seis oros, pero ojalá esta nueva camada pueda conseguir algo bonito también.

Rudy: “En 2015 me dijeron que me quedaban dos o tres años de carrera”
Rudy, en el concurso de mates de la NBA en 2009.LUCY NICHOLSON

En 2008 gana la Copa con el Joventut y es MVP, gana la plata olímpica, hace el famoso mate sobre Dwight Howard en la final, se marcha a la NBA… ¿Es el año que más le cambió la vida?

Puede ser. En el mundo profesional tu vida va cambiando día a día. Es cierto que ahí di un salto grande a una liga diferente, con una cultura diferente. Pero al final es baloncesto y el baloncesto es muy internacional. Te tienes que adaptar a todo tipo de reglas, pero ahí te das cuenta de la grandeza que tiene la NBA, donde tienes que jugar contra los mejores. Yo creo que más que un cambio es una experiencia poder vivir algo así. Yo me lo pasé muy bien. Es cierto que tuve muchos altibajos, pero también eso me hizo madurar. Creo que en la vida, cuando pasan cosas, pasan por alguna razón. Y esa razón fue después juntarme con el Real Madrid y vivir tantos éxitos como vivimos. Todo tiene su timing y a mí me toco en 2008 cambiar de jugar en España a hacerlo en la NBA y disfrutar de una competición como esa.

¿El mate a Howard en Pekín cree que fue más positivo o negativo para su carrera en Estados Unidos?

Fue muy positivo. Hacerlo ante Estados Unidos y a los pocos meses ir a jugar allí. Un rookie siempre tiene esa etiqueta, pero a mí me respetaron muchísimo los jugadores americanos y en eso veías que me había ayudado mucho cómo jugué en la Olimpiada.

“En la dos primeras Euroligas no teníamos la experiencia y pagamos la novatada”

Rudy Fernández

Incluso acaba en el concurso de mates en su primer año allí.

Hice el concurso de mates y también el récord de triples de un novato. Para mí fue un muy buen primer año. Después tuve la mala suerte de la lesión de espalda y tuve que asumirlo. Te hace seguir trabajando y seguir superándote, que también es bueno para un deportista.

El día del concurso, cuando acaba último en las votaciones, hubo abucheos en el pabellón.

Al final te aíslas un poco de todo esto. Yo quería vivir una experiencia, la viví y la padecí, porque pasé muchos nervios. Es algo que a nivel mundial no te imaginas la repercusión que llega a tener. Pero lo hemos hablado antes. Aquel partido en Pekín me ayudó a tener el respeto de los jugadores y también de la afición americana. Y después me lo han demostrado. Siempre que he jugado con la Selección española han tenido buenas palabras hacia mí, hacia mi trabajo… Ese es el trato que he tenido con ellos.

Rudy: “En 2015 me dijeron que me quedaban dos o tres años de carrera”
Patty Mills y Rudy Fernández durante la semifinal del Mundial de 2019, en la que España ganó en la prórroga a Australia.Juan Carlos Hidalgo

En sus años en Portland, y en los del Cahcho, Nate McMillan se convirtió en una especie de enemigo público del aficionado español a la NBA.

Yo tengo una media de casi 22 minutos por partido en la NBA. Yo creo que hubo un cúmulo de cosas. Mal asesoramiento por parte de gente. Después es cierto que había momentos en que el entrenador confiaba más en otro tipo de jugador distinto a mí. En la NBA son muy de etiquetar y a mí, después de hacer el récord de triples, se me etiquetó solo como un tirador. Veía ese estancamiento como deportista, pero este tipo de cosas pasan y no hay que señalar a nadie. Si miro atrás me señalaría a mí mismo por no haber intentado madurar un poco antes y poder haber tomado las decisiones yo por mi cuenta, escuchando también a mi familia. Este tipo de cosas son las que te va enseñando la vida y el deporte. Así fue como llegué como un jugador maduro a Madrid y me ayudó en mis últimos años a ser el jugador que terminé siendo. No creo que McMillan fuera el ogro que todo el mundo quería que fuera. Al final siempre queríamos jugar, la afición española siempre quería vernos jugar. Pero Nate me ayudó a entender cómo era el baloncesto en ese momento y no le guardo ningún rencor.

Las lesiones de espalda y el paso de los años le obligaron a transformar su juego, a ir perdiendo explosividad. ¿Cómo vivió ese cambio?

Bien. En Estados Unidos seguía siendo explosivo, igual que cuando llegué al Real Madrid. Luego tuve la mala suerte de la segunda y la tercera operación y es ahí cuando me dicen que el disco está muy irritado, muy desgastado, y que me quedaban dos o tres años más como profesional. Es un punto de inflexión donde te das cuenta de que, aparte de en el juego, tienes que cambiar muchísimos hábitos. A nivel alimenticio, físico, mental y así lo hice. Trabajé muchísimo en todos esos aspectos y puede llegar a ser el jugador que fui al final de mi carrera. Eso me ayudó a reconstruir todo mi juego para seguir aportando cosas positivas al equipo y que se cumplieran los objetivos colectivos, que era lo que tenía en mente.

“¿El mejor jugador con el que he estado? Es fácil, Luka”

Rudy Fernández

Cuando llega a Madrid el club ya iba hacia arriba. Ya había llegado Laso, el Chacho, Carroll… Pero mucha gente opina que es su llegada la que da el empujón definitivo para construir un proyecto ganador de verdad.

Cuando se me plantea ese proyecto lo estaban montando con jugadores españoles de altísimo nivel en Europa. La decisión fue fácil porque tanto el presidente, como Juan Carlos (Sánchez) y Alberto (Herreros) me plantearon un proyecto muy ambicioso y yo quería seguir compitiendo al máximo nivel y, por supuesto, competir por títulos. Por eso tomé la decisión de juntarme con ellos.

El baloncesto le dio la razón rápido, porque en sus primeras tres temporadas juegan tres finales de Euroliga.

Sí, ves que es un proyecto en el que compites por todo. Es cierto que las dos primeras finales se perdieron. En el baloncesto de este nivel, en este tipo de competiciones debes tener una experiencia, nosotros no la teníamos y pagamos la novatada. Pero después llegaron los títulos y estoy muy agradecido por haber tomado esa decisión.

Rudy: “En 2015 me dijeron que me quedaban dos o tres años de carrera”
Rudy, Llull y el Chacho celebran la Euroliga de 2015, la primera del real Madrid en 20 años.FELIPE SEVILLANO

¿Esas dos finales de Euroliga perdidas las considera entre los peores momentos de su carrera?

A nivel profesional las derrotas no tienen que perjudicar al jugador. Es algo con lo que el deportista tiene que convivir. Está claro que duele, pero la única parte negativa es la derrota. La parte positiva, como deportista ambicioso que he sido todos estos años, era intentar levantarme para poder competir al año siguiente. Y si no es al siguiente, al otro. Es un poco lo que me ha generado el Real Madrid, luchar hasta el final y seguir luchando. Y al final los frutos llegan. Si tengo una parte negativa del deporte han sido las lesiones. Como jugador tenía que convivir con ellas, pero a veces recaes en una misma lesión y esa frustración es importante trabajarla a nivel mental y a nivel físico. Eso fue lo más duro, asumir que pasaban ese tipo de cosas y que tenías que hacer un esfuerzo extra para que no volvieran a suceder.

¿Y el mejor momento?

La superación de cada momento difícil, eso es lo más importante. Después, me siento muy orgullos de haber conseguido todo lo que he conseguido a nivel de equipo. El nivel individual en un deporte de equipo lo dejo bastante a un lado, porque al final el jugador se tiene que adaptar a la situación del equipo para conseguir los objetivos. Lo he intentado transmitir en mi juego y cuando he tenido la etiqueta de liderazgo, cuando he sido capitán, he intenta inculcarlo a las nuevas generaciones. Quieren un Stephen Curry en su equipo que meta muchísimos puntos, pero lo que te da los títulos es el conjunto.

“En el Mundial 2019 fuimos construyendo ladrillo a ladrillo y al final pudimos levantar un muro brutal”

Rudy Fernández

Hace poco se cumplieron 10 años de la semifinal del Eurobasket ante Francia, uno de los grandes momentos de su carrera con España.

La suerte que he tenido es que he convivido con muy buenos jugadores y uno de ellos es Pau. Poder vivir ese partido junto a él luchando por llegar a una final, en un pabellón llenísimo y ante un eterno rival de tantos años, Imagínate… Poder disfrutar de su partido, de la victoria, me siento un privilegiado. Para mí fue un Eurobasket difícil porque a raíz de eso tuve otra operación de espalda. Pero a la vez fue de los campeonatos que más disfruté pudiendo ver jugara a Pau.

¿Diría que Luka Doncic es el mejor jugador con el que ha compartido vestuario?

Es bastante fácil. He tenido la suerte de jugar muchísimos años con Pau. Con jugadores como Navarro, Llull… Te podría hacer una lista. Brandon Roy, LaMarcus Aldrige. Una lista muy larga. Pero quien más me ha impactado a nivel profesional y personal ha sido Luka Doncic. Hay jugadores que están tocados por una varita y Luka es uno de ellos.

Los dos últimos oros que ganó con España fueron inesperados para la afición y la prensa. ¿También para ustedes?

El primero, el Mundial, era la primera vez que no se jugaba con ningún jugador de la Generación del 80 y había runrún. Pero Ricky estaba a un nivel increíble, Marc había ganado la NBA y cada jugador iba aportando lo suyo. Ahí tuvo mucho que ver el trabajo de todo el staff y de Sergio, de que cada uno sabía su rol. En ese campeonato hubo momentos y oportunidades, y si coges esas oportunidades puedes tener una gran sorpresa. Y así fue. Fuimos poco a poco, construyendo ladrillo a ladrillo, y al final pudimos levantar un muro brutal que nos dio ese Mundial. El Eurobasket es el más especial que he podido vivir como deportista y como capitán. Justo antes de empezar perdimos una pieza clave para nosotros que era Llull. Había muy poca experiencia a nivel de competiciones internacionales. Pero el trabajo del staff y los jugadores, que creían en todo, en el rol que les daba el entrenador, en que si jugaban cinco minutos se tenían que dejar la piel. Cada uno de los jugadores que formábamos ese equipo sabíamos qué plan había que llevar a cabo en cada partido y gracias a esas pequeñas oportunidades que nos iba dando el torneo pudimos coger un oro. Para mí, uno de los oros más especiales.

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