Parra: “No me esperaba ser capitán de la Selección con 22 años”

Joel Parra (Barcelona, 2000) está creciendo a una velocidad de vértigo en el baloncesto. En apenas cinco años, el canterano del Joventut ha pasado de debutar en la élite con los mayores a ser una de las piezas claves de la Penya y de la Selección, con la que ya ha ganado un oro europeo y con la que estrenó capitanía el miércoles contra Islandia. Y, todo eso, con solo 24 internacionalidades y 22 años.

¿Cómo empieza Joel Parra en el baloncesto? ¿Qué es lo que le atrae?

Mis padres siempre han jugado. Ellos son los que me ponen la pelota entre las manos. Y, a partir de ahí, empieza como un ‘hobby’. Hasta que llega un punto en el que creo que puedo dedicarme al baloncesto de manera profesional.

Y, ahora, con 22 años capitán de la Selección por primera vez. Es para sentirse orgulloso ¿no?

No me esperaba ser el capitán de la Selección con 22 años. Y, encima, de una Selección como la española con tantos éxitos. Estar aquí ya es un orgullo, pero encima ser capitán...

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¿Quiénes son los que más lo han ayudado a llegar hasta aquí?

De todos los entrenadores que he tenido en la cantera del Joventut he aprendido algo, me han enseñado algo. Han hecho que sea el jugador que soy. Y no sólo como jugador, sino como persona. Ha sido un cúmulo de todo el Joventut en general. En ese sentido, estoy muy agradecido al club por todo lo que lo que ha hecho conmigo y lo que está haciendo aún conmigo.

Habla usted del Joventut, el equipo que le hizo debutar hace escasos cinco años. ¿Qué sea un club tan de cantera, que apuesta tanto por los jóvenes, ayuda a jugadores como usted a dar esos saltos tan rápidos y potentes?

No vamos a descubrir ahora lo que es el Joventut. Es un club de formación cuya primera idea es sacar jugadores al primer equipo. Cada año el club está mucho mejor, compitiendo en Europa a gran nivel y en la Liga Endesa. Al final, esto hace que los jugadores jóvenes puedan estar más tiempo aquí, tener más aprendizaje, más rodaja. El club está haciendo las cosas muy bien.

Le voy a dar una serie de nombres: Pau Gasol, Felipe Reyes, Rudy Fernández... Todos ellos han sido capitanes de la Selección. Ahora le toca a usted. ¿No da cierto vértigo estar en un grupo así?

Hombre... estamos hablando de grandes jugadores, grandes leyendas. Yo solo tengo 22 años, soy muy joven. De momento, solamente ha podido aprender de Rudy este verano. Ser el capitán de la Selección es un orgullo como dije antes. Tengo que seguir en esta línea e intentar aprender y competir al máximo cuando vengo aquí. Estoy supercontento de estar en esa lista.

¿Qué aprendió de Rudy durante el Eurobasket como capitán? ¿Qué le gustaría transmitir a sus compañeros?

Muchas cosas. Sobre todo, la competitividad que tiene en cualquier cosa, tanto dentro como fuera de la pista. Rudy es supercompetidor y lo ha demostrado durante toda su carrera. Por ejemplo, en La Pocha siempre quería quedar primero. Esa competitividad ha sido clave en los éxitos de la Selección. Eso es primordial. Al final, venimos aquí a dar el máximo por esta camiseta.

Usted es uno de los pilares de juventud y también de esta Selección. Compite en Europa con su club, ya tiene un oro y es capitán de la Selección. ¿Cómo se asimila todo esto con solo 22 años? ¿No va todo muy rápido?

Cuando estás en el día a día, al final no te das cuenta, pero si te paras a pensar a lo mejor el camino está siendo muy rápido. Estoy agradecido, pero siempre con los pies en el suelo, siempre sabiendo de las posibilidades que tienes e intentando mejorar cada día. Tengo 22 años, soy muy joven. Acabo de empezar mi carrera profesional. Estoy contento de cómo está yendo todo, pero consciente de que esto es un proceso muy largo. Que por el momento me están pasando cosas muy buenas, pero que habrá momentos negativas. Tengo que aprovechar al máximo estas sensaciones positivas, pero también estar preparado porque una carrera son altibajos: en cualquier momento pueden venir bajones y tengo que estar preparado para eso.

Le quería preguntar por esos momentos de bajón. ¿Le dan miedo?

Creo que es parte del proceso del jugador profesional. Y no solo hablo desde la perspectiva del jugador, sino también del equipo. Al final siempre hay altibajos. No siempre puedes estar excelente. ¡Ojalá todos los días fuesen de diez! Tanto jugando como entrenando. Tenemos que estar preparados para afrontarlo de la mejor manera posible y coger el toro por los cuernos porque al final es la vida cotidiana, no solamente del jugador profesional, sino de cualquier persona.

En el horizonte el Mundial, ¿cuántas ganas tiene de ir?

Muchas. La experiencia de jugar un Europeo es increíble, un Mundial aún más. Y al final, siempre que te llame la Selección es un orgullo. Encima con los jugadores que estamos y jugando un Mundial... Creo que es algo increíble. Trabajaremos para que, por lo menos, llegue esa llamada para el verano y a partir de ahí ya se verá.

Vayamos a la Copa. Fue dura la eliminación, ¿no? Se les veía en la final...

Sí. Sí. Ahora, piensas ‘al final es deporte y estas cosas pasan’. Pero cuando te tumbas en la cama, te dices ‘teníamos una oportunidad increíble’. La Copa en Badalona, en nuestra casa… Veníamos jugando muy bien al baloncesto. Fue uno de esos momentos malo, en el sentido de desaprovechar una gran oportunidad. Tenemos que coger las cosas positivas que nos ha dejado esta Copa, tanto individual como colectivamente, y afrontar la temporada sabiendo que si estamos unidos los doce jugadores podremos hacer grandes cosas. Nos tiene que servir de experiencia para lo que queda de temporada.

Usted fue el protagonista de la última jugada (Abromaitis taponó su bandeja para ganar). Si llega a saber cómo acaba antes de coger el balón, ¿habría tomado la misma responsabilidad o habría preferido que la asumiera otro?

No, no. Habría cogido yo también la responsabilidad final. Venía con bastante confianza del partido Baskonia y durante todo el encuentro de semifinales contra el Lenovo Tenerife. Pero, ahora, en frío, piensas que podría haber hecho esto, podría haber hecho tal... Me salió así. Al final quedaban pocos segundos. Yo me veo muy solo y no veo cómo Abromaitis viene por detrás y me engancha a la pelota. Viendo las fotos, la repetición ese día, pues podría haber hecho un aro pasado, un mate... Son jugadas muy rápidas, a cara o cruz. Y a nosotros nos salió cruz.

Vayamos con algo más positivo. Están fuertes en la Eurocup y si la ganan tendrían plaza para la próxima Euroliga. ¿Qué significaría para usted?

Sería increíble, pero no solo para mí sino también para el club. Sería devolverle a dónde estuvo hace años. Pero queda mucho. Tenemos que ir partido a partido, como hemos hecho en esta Copa y luego ya se verá. Al final, en la Eurocup son partidos también a vida o muerte. Debemos estar preparados para cualquier cosa.

Se habla mucho de su futuro, con informaciones sobre el Madrid y el Barcelona. ¿Hace caso a esas noticias?

No. Estoy muy bien en el Joventut. Todo lo que sale no me afecta, estoy centrado en mi equipo, en intentar mejorar y tengo que seguir en esa línea. Tengo contrato con el Joventut y en el futuro ya se verá.