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LEB ORO

Movistar Estudiantes: la lesión de Dee lo cambió todo

La luxación en el codo del escolta ante el Clavijo, el 4 de febrero, fue un antes y un después en la temporada del Movistar Estudiantes.

Johnny Dee, escolta del Movistar Estudiantes, ante el Grupo Alega Cantabria.
Nicholas P. Jones

Hay momentos que cambian una temporada. En el caso del Movistar Estudiantes fue el pasado 4 de febrero ante el Rioverde Clavijo en el WiZink Center. La vida sonreía para los colegiales en esas fechas: eran líderes en solitarios de la LEB Oro tras acumular cuatro victorias consecutivas y haber levantado su segunda Copa Princesa en tres temporadas en Segunda.

El quinto triunfo estaba en camino. A cuatro minutos para llegar al descanso, los estudiantiles habían alcanzado el +12 de diferencia ante los riojanos, colistas de la clasificación, cuando Johnny Dee cayó lesionado en un lance fortuito: el escolta sufrió una luxación en el codo en un choque con Coffi en la parte derecha del ataque local. Con grandes síntomas de dolor, el estadounidense abandonó la pista antes de sufrir un fuerte mareo que le impidió llegar a los vestuarios. Fue traslado al hospital. Días después, fue operado con un parte médico indeterminado, con tintes de que es muy difícil volver a verlo la presente temporada.

Su baja dejó tiritando el potencial exterior ramireño. Sobre todo, porque se unía a la de Francis Alonso, fuera de las canchas desde el 20 de diciembre por culpa de la rodilla derecha. Sin el malagueño, el entrenador Pedro Rivero había conseguido poner un parche con la llegada del base Guillem Ferrando y el traslado de Toms Leimanis a la posición de escolta. Pero sin Dee, la herida se hizo muy profunda.

El Estudiantes había marcado el ritmo en la categoría a base de arrollar ofensivamente. Su peligro perimetral era enorme: hasta la lesión de Dee, promediaba un 42% de acierto con 203 triples anotados de 483 lanzamientos (solo en temporada regular, sin contar Copa Princesa). El norteamericano estaba en un 46,3% (Alonso, en un 52,4%). Solo en 5 de 19 partidos se había quedado por debajo de las 10 dianas y solo en uno había perdido (Oviedo).

Sin el norteamericano, las tornas han cambiado. Son ya cinco duelos sin él y en ninguno el Estu ha llegado a los nueve aciertos: ocho contra el Menorca, siete frente al Lleida, cuatro ante el Burgos y siete contra el Coruña. Solo frente a los balearse ganó. Los otros cuatro encuentros, derrotas. Y abultadas, por 20 puntos de diferencia. El porcentaje desde el triple en ese lapso ha caído en barrena, un 15,8%, hasta el 26,2%.

Los refuerzos por la lesión de Dee no han tapado su ausencia. Nikola Rakocevic no cuenta mucho para Rivero y Branden Freizer no es un tirador puro, es un jugador vertical que necesita mucho más balón que el estadounidense y Alonso para crearse sus tiros. El entrenador segoviano ha pasado a tener tan solo un lanzador de garantías (aunque tampoco es puro), un Leimanis al que han colapsado de manera excelente tanto el Burgos (1 de 5) como el Coruña (2 de 7). Un problema real que ha dejado a los colegiales virtualmente sin opciones de ascenso directo.

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