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EuroBasket | Edición 2025 | Cuartos

Markkanen vuela y Finlandia sueña

La selección escandinava se pasea a costa de Georgia, una de las sorpresas de un Eurobasket al que dice adiós. Markkanen luchará por las medallas.

Basketball - FIBA EuroBasket 2025 - Quarter Finals - Finland v Georgia - Xiaomi Arena, Riga, Latvia - September 10, 2025 Finland's Lauri Markkanen in action with Georgia's Tornike Shengelia and Goga Bitadze REUTERS/Ints Kalnins
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Alberto Clemente
Alberto Clemente es licenciado en Historia y Periodismo por la Universidad Rey Juan Carlos. Empezó su andadura en el periodismo en Cadena SER, donde estuvo de mayo de 2018 a enero de 2019, desempeñando sus funciones en la web, dentro de la sección de deportes. Tras dicha estancia, pasó a formar parte de As, siendo parte de la sección de baloncesto.
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Con Lauri Markkanen perdido en Salt Lake City muchos se habrán olvidado del inconmensurable talento que atesora. El finlandés es la estrella de un proyecto roto como el de los Jazz, donde amasa estadísticas y millones (firmó por 238 millones en cinco años en agosto de 2024) sin ningún tipo de competencia. Pero, a sus 28 años, sigue siendo uno de los mejores jugadores del Viejo Continente, por mucho que se sitúe un escalón por debajo de los más grandes (Doncic, Jokic, Giannis), aunque muy por encima de todos los demás. No podemos dejar de resaltar que, en la temporada 2022-23 promedió 25,6 puntos y 8,6 rebotes en 66 partidos disputados. Y que la calidad y la capacidad para jugar al baloncesto están ahí, por mucho que su desarrollo se haya estancado en los dos últimos curso baloncestísticos, con alguna que otra lesión pero con buenos datos: 23,2 tantos por noche hace dos años y 19 el último, con bastante menos brillo pero todavía alguna que otra actuación destacable.

A la estrella le queda todavía mucho que decir y lo está haciendo en el presente Eurobasket. Y lo ha hecho con casi una exhibición tras otra excepto ante la todopoderosa Alemania, donde se quedó en 11 puntos. Antes de eso se fue a 28 (contra Suecia), 43 (frente a Gran Bretaña), 26 (con 13 rebotes, ante Montenegro) y 19 (con 11 y 6 asistencias, contra Lituania). Después, en octavos de final, saco músculo de manera tan inopinada como merecida teniendo enfrente a la principal favorita del torneo, la Serbia de Nikola Jokic, a la que endosó 29 puntos, 8 rechaces, 3 asistencias y 4 robos en 34 minutos, dejando en nada los 33 de su némesis en el otro lado y protagonizando la que ha sido hasta ahora y de largo, la gran sorpresa del torneo. El cruce con Georgia, que despachó a Francia, era un regalo envenenado para Markkanen y sus compañeros: su rival había pasado gracias a la derrota de España ante Grecia en la última jornada de la fase de grupos, pero llegaba sin nada que jugarse más que el honor y el poder seguir soñando. Y cuando alguien salta a la pista sin nada que perder, puede ser muy (pero que muy) peligroso.

El partido fue primero para Finlandia a pesar del buen inicio de Georgia (5-7 en los primeros compases, pero 28-15 al final del primer periodo) y luego para la incertidumbre. La ventaja de los escandinavos llegó a ser de 20 puntos a inicios del tercer cuarto (62-42), pero fue recortada por el buen hacer de sus rivales, que aumentaron la intensidad defensiva y mejoraron tanto el movimiento de balón como los porcentajes de acierto, yendo una cosa unida a la otra: 71-62 con 10 minutos por jugar. Y 73-67 a menos de 8 minutos de la conclusión. Hasta ahí llegó el sueño de Georgia: Finlandia acertó cuando lo tenía que hacer y un triple de Elias Valtonen permitió que el luminoso pasara de un peligroso 81-71 a un 84-74 que a la postre fue definitivo. Valtonen repitió y Tornike Shengelia, fruto de la impotencia, golpeó fuertemente a Edon Maxhuni cuando éste iba en transición, una acción innecesaria que fue señalada con antideportiva y supuso la expulsión de uno de los referentes georgianos. Ya no hubo reacción: Finlandia controló la parte final a placer y alcanzó, ojo, las primeras semifinales de su historia en cualquier competición. Y Georgia, claro, tuvo que hacer el petate. Qué remedio.

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Markkanen fue el líder de su equipo aunque su nivel estuviera por debajo del habitual, aunque no se le necesitó hasta ese punto. Finalizó con 17 puntos (7 de 12 en el lanzamiento), 6 rebotes, 2 asistencias y 4 tapones. Le acompañaron Sasu Salin (14, con un 4 de 6 en triples, 17 de 31 para Finlandia en una serie espectacular) y Mikael Jantunen, que se fue a 19. Además, el ya mencionado Maxhuni acabó con 15. En Georgia, Shengelia sumó un buen 18+4+4, pero le pudo el temperamento al final. Alexander Mamukelashvili consiguió 22+4+4, Duda Sanadze llegó a 19 (con 5 de 10 en triples) y 5 rebotes, mientras que Goga Bitadze logró un 4+6+3, además de poner 2 tapones. Nada de eso fue suficiente para una selección, la finesa, que está dispuesta a darlo todo ante el rival que le toque, Alemania o Eslovenia, en una ronda a la que nunca había llegado y que disfrutará como nunca. Después de ganar a Serbia, cualquier rival es batible. Y llegados a estas alturas de la competición, en la que sólo vale ganar o morir, lo lógico sería que se tuviera en cuenta a cualquier selección por menor que sea, si es que se puede definir así a una de las ahora mismo cuatro mejores de Europa. En fin, la historia está escrita y los escandinavos lo quieren todo. Se lo ha ganado. Markkanen vuela y Finlandia sueña.

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