Mario Saint-Supery, el Principito del Carpena

Con 15 años, once meses y dos días fue el debutante más joven con el Unicaja en un partido oficial contra el Obradoiro, aunque en realidad Ibon Navarro le dio la alternativa en la BCL contra el Ostende. 50 segundos donde le dio tiempo a cometer una falta personal. Saint-Supery es el apellido de la madre. Se lo cambiaron de orden. No tienen constancia de que sean familia de Antoine Saint-Exupery, el autor de El Principito, pero es verdad que la zona de donde es originaria la familia de la madre es la misma del escritor de este célebre libro, que era francés de Lyon.

Este año pasa de cadete a júnior, pero estará con el primer equipo para ser el jugador número 13 y entrar en convocatorias cuando la ocasión lo requiera. Mientras tanto jugará con el equipo de Liga EBA. Esta es una manera de intentar retenerle y que no se vaya a Estados Unidos, que es la idea que manejaba la familia para que estudiase y jugase en este país. Su enorme actuación en el Europeo sub-16 no ha sorprendido en Málaga. Es un jugador vistoso y plástico. Un base técnicamente muy bien dotado capaz de hacer reversos y cambios de mano con el balón y capaz de meter triples de ocho y nueve metros. Suele ir una categoría por encima de su edad. Con dos años menos jugaba a tiempo completo con los júniors.

Siempre ha estado arropado, guiado y bien rodeado por su familia, que ha optado por defender su crecimiento sin meterle presión y sin descuidar sus estudios de la ESO. Ahora se plantean buscar un agente que lleve sus asuntos. Es admirador de Alberto Díaz, a quien considera su ídolo. La Federación tiene enormes esperanzas en su evolución en estos tiempos donde no sobran los bases. Tuvo opciones de jugar el Mundial sub-17 de Málaga, pero se optó por no abrasarle a las primeras de cambio. El futuro está en sus manos.