“Lorenzo Brown ha sido un ángel caído del cielo”
Directivos y técnicos se felicitan en la FEB por la elección del base, fruto del trabajo de meses y conversaciones personales con el jugador
“Lorenzo Brown ha sido un ángel caído del cielo”. La frase, escuchada estas semanas de verano en el interior de ‘La Familia’, demuestra hasta qué punto la nacionalización del estadounidense complace al grupo de trabajo de la FEB, conformado por la cúpula directiva que lidera Jorge Garbajosa y el staff técnico que coordina Sergio Scariolo, que desde el principio estuvieron de acuerdo en que el base de Georgia no era un capricho, sino una oportunidad.
La FEB supo desde el principio que la nacionalización de Lorenzo Brown haría ruido, y no preciosamente de violines, pese a la larga historia de naturalizaciones en el baloncesto español, pero estaba obligada a tomar decisiones y reaccionar ante la falta de disponibilidad de Mirotic y, sobre todo, la carestía de bases. Sin Ricky, Sergio Rodríguez, Alocén ni Vives, no era suficiente con Quino Colom o Ferran Bassas, como demostró el partido de la Ventana de julio contra Georgia. Pero la nacionalización de Brown se cocinó antes. Para cuando AS adelantó el pasado 22 de mayo que la FEB trabajaba en hacerlo español, se habían recopilado los informes suficientes para comprobar que, además de un buen jugador de baloncesto, era un excelente profesional y un buen tipo que calaría bien en el vestuario. Jorge Garbajosa, en primera persona, habló en primera persona con el jugador para convencerse de que no sería alguien problemático. Su intución funcionó. Había, además, más referencias. Brown había coincidido con Ricky Rubio en Minnesota Timberwolves y con Scariolo en los Raptors. Esas, además de la llamada de un agente ‘X’ que informó a la FEB de que Brown había sido tentado para jugar en otra selección, pero que él sólo quería jugar con España y que, para ello, estaba dispuesto a renunciar a su pasaporte estadounidense.
El BOE anunció el 4 de julio, precisamente el día de la independencia de Estados Unidos, que Lorenzo Brown ya era español, aunque luego el jugador tuvo que jurar la Constitución en Houston y terminar de arreglar el papeleo a su llegada a Madrid a finales de julio. La noticia de su nacionalización, que cogió a la Selección volando de Tblisi a Riga en las Ventanas, chocó en el vestuario. Pero fueron quienes no estaban en ese viaje quienes se manifestaron en las redes sociales. “Lamentable no, lo siguiente”, criticó Dani Pérez, base del Manresa. Abrines y Rudy también hicieron públicas sus quejas. Fueron días de cierta tensión, pero Scariolo puso la raya con un aviso a navegantes. “Cuando un jugador entra en un vestuario, el primer código es la lealtad. La deslealtad hacia un compañero es la aberración más grande. Conociendo a estos jugadores, no tengo la más mínima duda de que no existe ese riesgo”. Sabía de que hablaba. Brown ha sido “un ángel caído del cielo”.