Baloncesto | Manisa | Saben Lee
Lee y el cóctel del Manisa
Saben Lee se fue al Maccabi, donde sólo ha estado un mes, para volver al Manisa, uno de los clubes más rompedores de Europa.
Agitación masiva en el Manisa, un club que está moviendo las piezas como pocos en el baloncesto europeo. A pesar de competir en un torneo continental de segundo nivel, la Champions League, está apostando fuerte para hacerse un hueco en instancias más altas. Inversión siempre por detrás de Fenerbahçe y Efes, los peces más gordos, pero destacable por los nombres que se han manejado.
El banquillo, para empezar, ha sufrido un drástico cambio de rumbo. De un nacional a un extranjero. Ertug Tuzcukaya dejó paso, despedido, al que en los últimos años hemos visto en Lituania con la selección y a bordo del Zalgiris. No ha ido solo: en los últimos días se ha unido a su cuerpo técnico Darius Songaila, que ha abandonado la NBA (donde estaba en el cuerpo técnico de Popovich en los Spurs) para ayudar a su compatriota en esta aventura. Pero eso está lejos de ser lo más sorprendente.
Americanos haylos por todo el Viejo Continente, aunque en el caso del Manisa hayan ido rotando con pavorosa facilidad. Uno de los que contaba al principio del curso, Javon Freeman-Liberty, dejó el equipo para probar en la pretemporada de su país con los Bulls. Otro que les dejó para regresar a su patria fue Troy Brown, ex de Wizards o Lakers, abruptamente. Van captando talentos varios en el mercado.
Contando con que hay más de EE.UU. en el plantel, como Jamorko Pickett, Chris Chiozza o el recientemente incorporado Brodric Thomas, el caso más llamativo es el de Saben Lee. Un anotador compulsivo que, de hecho, tenía registrado una de las marcas más salvajes del baloncesto europeo en años: 39,5 puntos de media en la BCL, donde maravilló en solo dos jornadas. Lee había abandonado el Manisa el 13 de octubre ante la llamada del Maccabi de Tel Aviv, que disputa una Euroliga para la que el escolta estaba más que preparado. La desvinculación se produjo el 23 de noviembre. Poco más de un mes para un jugador que se fue y regresa. Y no porque no triunfara. 12 tantos de media, un matazo para abrir boca y una canasta ganadora frente al Real Madrid en la cara de Gaby Deck, forzando sobre el sonar de la bocina una de las cinco derrotas de los blancos como visitantes. Le iba bien. Los macabeos, sin embargo, veían en él un problema difícil de resolver: el jugador, debido a la guerra en la que está inmersa Israel por los territorios de Palestina, vivía fuera del país, no entrenaba con el resto de sus compañeros, y Oded Kattash se quejó de ello varias veces -por la imposibilidad de compenetración con el resto de compañeros, iba a su aire- y se tomó la determinación en los despachos de cortar su contrato. Vuelve donde fue grande.
El Manisa se posiciona con este tipo de operaciones en el contexto más volcánico del deporte europeo. Es una institución que tiene treinta años de vigencia. El negocio crece y en Turquía lo entienden a lo grande.
Lee y los antes nombrados no son los únicos atractivos. Martynas Echodas, otro clásico moderno, y el prometedor francés Hugo Besson se incluyen en esa definición de igual manera. Pero hay algo más. Cerrar el círculo con otro hecho chocante para entender mejor que son vanguardia. ¿Quién es el CEO del club? Desde inicios de mes al mando se halla Can Pelister. Este directivo ha pasado a ese puesto de máxima exposición abandonando los Lakers, donde ejercía como ojeador en Estambul (un trabajo que empezó a desarrollar con 19 años, lo que le hizo el más joven de toda la historia). Innovador es un adjetivo que se queda corto.
El Manisa está buscando romper moldes en todas sus áreas, como se demuestran las diferentes apuestas realizadas. El objetivo no es otro que el de buscar nuevos horizontes, allá donde están los mejores.
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